tenías que ser tú; trueno

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MATEO

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Por fin había derrumbado una gran parte del muro que me separaba de Nora, pero descubrir ese lado de su pasado y lo rota que estaba me dejó destrozado.

La consolé hasta que se quedó seca de tanto llorar y luego la llevé en brazos hasta su cama.

Estaba mentalmente agotada y hacía rato que me había dejado, su mirada perdida lo confirmaba.

— No te vayas — dice rogándome con los ojos de un gris más oscuro de tanto llorar.

— No lo haré, ahora descansa — me tumbo a su lado y formo pequeñas circunferencias en su brazo hasta que se duerme.

De mientras analizo todo lo que me ha dicho sobre Lina, sus padres, la forma en la que habla de ellos y las cosas de a poco empiezan a encajar: el hecho de que no tenga fotos familiares en el salón, cuando le pregunté si tenía hermanos y se quedó unos minutos en silencio como recordando algo para finalmente negarlo, cuando llama a Melanie y Óscar por sus nombres y no como papá o mamá, el tatuaje que tiene y su significado, los profesores particulares...

Todo.

Y así estoy minutos o horas, intentando descifrar el pasado de la chica de la cual estoy enamorado y suspiro notando como me empieza a doler la cabeza, hay partes que todavía no cuadran.

Me levanto de la cama en busca de una aspirina tanto para ella como para mi y miro en su mesilla de noche, rebusco en el primer cajón y en el fondo doy con una tableta de aspirinas entre otras cosas.

Voy a la cocina y al ver los platos en la mesa decido limpiarlos, luego me tomo una y relleno un vaso de agua.

Cuando llego de nuevo al cuarto Nora está mirando hacia mi dirección.

— ¿Qué haces despierta? — entro y le doy el vaso junto con la pastilla.

— Pensaba que no estabas — tiene la voz ronca.

— No me iré hasta saber que estás bien Nora — me siento a su lado.

Asiente sin decir nada.

— Tómatelo — indico con la cabeza lo que tiene en las manos.

Me hace caso y se bebe el agua para luego tragarse la aspirina.

— ¿Has visto mi móvil? — pregunta mientras deja el vaso en la mesilla.

— Creo que está en el salón.

Murmura un vale y baja a por el, yo aprovecho para echarle un vistazo al mío pero no encuentro nada importante.

En la planta inferior escucho como Nora habla con alguien que segundos después descubro como Melanie, su...

¿Madre? ¿Amiga de algún familiar?

Resoplo y me dejo caer sobre la cama.

No es de mi incumbencia pero es algo que influye directamente en la vida de Nora y eso hace que me interese, aunque tampoco veo bien preguntarle por el tema...

Debo esperar a que sea ella quien se decida a contármelo, como hace unas horas.

Escucho como sube las escaleras y me incorporo.

— Están de camino — dice cuando entra.

— ¿Quieres que me quede? — pregunto dubitativo.

— Sí, tenemos que hablar sobre todo esto — se sienta en la cama y me mira.

— No quiero que te sientas presionada por las circunstancias, podemos hablar en otro momento.

Me muero por saberlo todo pero no es suficiente motivo para que Nora lo pase mal, así que si no está preparada todavía respetaré su decisión.

— Quiero que lo sepas — dice tajante.

— Vale, te escucho — estiro la mano y le agarro la suya.

— Hace dos años mi familia y yo sufri...

El tono de llamada de mi teléfono le interrumpe, bajo la mirada hasta el dispositivo y la letra M se lee en la pantalla.

Martina lleva llamándome desde aquella fiesta y yo no hago más que ignorarla.

Nora mira el móvil con el ceño fruncido y le levanto la cabeza posando mis dedos en su barbilla.

— ¿Quién es? — pregunta cuando por fin sus ojos encuentran los míos.

— Martina — confieso.

Algo parecido al enfadado cruza su semblante y suelta mi mano.

— Responde, quizás sea importante.

Niego con la cabeza mientras corto la llamada.

— No hay nada más importante que tú, ¿vale? Así que olvídate de ella y cuéntame porqué te vi tan rota hace unas horas.

Su expresión cambia y asiente para segundos después decir algo que encajaría y destruiría al mismo tiempo el rompecabezas.

— Hace dos años sufrimos un accidente en el que la única sobreviviente fui yo.