CAPITULO: 41

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Mis padres, que en un principio me dejaron por causa perdida, de repente, estaban encantados con mis cambios y empezaron a dejarme ocuparme de los negocios de casa. Usé esto como excusa para quedarme en su dormitorio y no tener que marcharme. Era una persona amable desde siempre, y la única condición que me puso fue tener que limpiar su habitación.

Los días iban tan bien que casi me parecía increíble.

Solía trabajar hasta la media noche para verle esperarme, ya dormido apoyado contra la cama y con la cabeza inclinada a un lado.

La noche que le besé en la esquina de los labios, suave e incontrolablemente, no pude frenar el impulso de verle cada día. Para entonces, mi deseo no se satisfacía con sobras. Quería abrazarle. Mi deseo de tocarle aumentaba cada día.

Aunque ya no lo tenía como profesor, solía saltarme las clases cuando él no tenía para ir a su habitación. No era un cuarto muy grande. Había un cactus en el marco de la ventana y solía regarlo cuando iba. El cerebro de XiaoFu sólo recordaba las palabras de los libros, por lo que olvidaba regar sus plantas.

Solía apoyarse contra mis hombros con las manos y una sonrisa.

–Si no te ve durante unos días el cactus se pondrá muy flaco. Qué triste.

Cuatro años. Recuerdo que cuando nos separamos el cactus ya florecía.

El día que llegó una carta que le puso semejante sonrisa en la boca sentí celos. Dijo que su mujer le había escrito para que fuera a casa. Decía que todo el mundo le echaba de menos.

Me dijo que cuando yo me graduase dimitiría. Me dijo que ya había ahorrado dinero suficiente durante los últimos años y que podía mantener su estilo de vida siendo un profesor en su pueblo natal. Ya no tendría que mudarse ni abandonar a su mujer.

Me dijo que yo también tenía que encontrarme una pareja...

En aquel entonces, ¿cómo puede ser que no supiese qué eran esos sentimientos anormales y pervertidos que tenía por él? Quería apoderarme y tirar de él.

En realidad, con mi fuerza de entonces podría haberle violado sin que nadie lo supiera y atarlo a mi lado. Sin embargo, cuando miré esos ojos esperanzados yo... No pude moverme.

En aquel entonces yo también quería escapar de la realidad de que me gustaban los hombres. Pensaba que si no le veía durante una temporada mejoraría. Pensaba que si no estaba cerca de mí le podría olvidar.

Después de sacarnos las fotos de graduación ni siquiera me despedí de él. Era un profesor y yo era un alumno. Esa era la distancia entre él y yo.

Le dejé marchar sin habernos besado de verdad. Ni siquiera supo lo que sentía por él, esos sentimientos anormales y pervertidos.

Durante los dos años de universidad cargué con todo tipo de culpabilidad sobre los hombros. Viví como un ladrón a su lado. Controlé mis impulsos de tocarle mientras dormía.

El sufrimiento y la culpa me devoraron constantemente hasta que le dejé marchar.

Sin embargo, cuando entré en la sociedad se me acercaron muchas chicas. Todos los perfumes y los atuendos me disgustaban extremadamente hasta el punto en el que empecé a poner los pies en bares gay. No obstante, aquellos rostros y cuerpos jóvenes no se podían ni comparar con la emoción que sentía por su sonrisa.

Sólo me gustaba una persona.

Su silueta no me abandonó jamás y, por tanto, no le podía olvidar. Todavía podía recordar cómo me saludaba cuando se sentaba debajo del árbol en la parte baja de la colina después de que nevara.

Y cuando me decidí a ir a buscarlo...

Jamás imaginé que de camino a casa se vio envuelto en un accidente de coche y... murió.

No se lo podía encontrar por ningún lado de este mundo. Lo único que quedaba entre nosotros era una fotografía del tamaño de la palma de mi mano.

Debería haberlo atado a mi lado.

No debería haberlo dejado marchar.

¡No debería...!

Ni siquiera yo me habría imaginado que existiría alguien en este mundo que se pareciera tanto a él. Cuando te vi a través de la ventana del coche, fue como si lo viera a "él" en la universidad.

Era increíble. Mi corazón casi dejó de latir.

ShangFan toca suavemente el cabello negro de la persona que tiene en la cama y, como en aquel entonces, su tacto es suave y algo delicado.

Por fin te he atado a mi lado. No me volverá a pasar lo mismo. No debería haberte dejado salir de mi vista. No debería...






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Me llamo Ye CanSheng.

Lo he perdido o, en otras palabras, se ha ido...

Cuando vuelvo ya es muy tarde, sobre las diez de la noche. No sé por qué mi hermano tenía tantas armas de repente, y tengo todavía menos idea del por qué ha intentado atacar mi territorio por tantos sitios a la vez. Si no fuera porque el ruido que ha hecho ha alertado a la policía, seguramente no habría podido regresar...

Estoy sangrando y también salpicado por mucha sangre que no es mía. Me pregunto si le asustaré cuando vuelva, pero...

No hay nadie en casa. Le llamo muchas veces.

YunSheng.

YunSheng.

YunSheng.

¡YunSheng!

YunSheng...

No hay respuesta. La casa está tan vacía que da miedo. La lámpara de la habitación está rota al lado de la ventana. Está muy claro que él... ha roto la ventana y me ha... abandonado.

¡Me dijo claramente que no se iría! ¡Me ha mentido! ¡Me ha vuelto a mentir por segunda vez!

Al darme cuenta de la verdad, se me hiela toda la sangre del cuerpo. Hace un frío de muerte. Es como si volviese a la caja de metal de mi infancia. La oscuridad, los olores asquerosos y mi propio terror se reúnen dentro de la caja, atrapándome en una desesperación sin final.

Mi sol ha desaparecido...

Hasta acepté salir con él. Hasta me abrazó feliz aquella noche y me susurró palabras de amor. ¿O acaso lo hizo para engañarme y poder huir?

Las ráfagas de viento entran por la ventana rota. Quiero tapar el agujero, pero el cristal me atraviesa la palma de la mano. La sangre empieza a brotar, pero sabe a dulzura. Me gusta este tipo de dolor, porque es una forma de amar.

El dolor, la restricción, la depresión.

Me lamo la sangre de la mano. El yo que veo en el espejo me parece un desconocido.

¿Le habré asustado? ¿Por eso me ha abandonado? ¿O es por qué  cree que soy un pervertido anormal como aquella mujer y sólo ha querido dejarme cuanto antes mejor?

Me envuelvo en la sábana. Huele a él. Pienso en por qué querría escapar y por qué el lobo no se ha podido comer a la oveja. Ahora lo sé, si tiene dos piernas escapará mientras no estés. Las piernas de YunSheng son tan bonitas que quiero cortárselas y quedármelas.

Si no puede andar, si no puede usar las piernas, entonces, ¡sólo podrá quedarse conmigo! ¡Sólo me podrá mirar a mí!

¡Eso es!

Tengo que encontrarlo, y entonces... Hacerle incapaz de abandonarme, sin importar lo mucho que llore y me ruegue. ¡No pienso soltar las cadenas que le aten nunca más...!

...Pero, ¿no le gusto?

ENFERMIZO TIRÁNICOWhere stories live. Discover now