Capítulo 2

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Majo

Estoy poniendo la mesa para la cena, mientras mi hermana cocina. Hace dos años perdimos a nuestros padres en un accidente automovilístico, desde entonces las cosas son más complicadas. Ambas estudiábamos la universidad, mi hermana estaba por graduarse y a mi aún me faltaban un par de años. Decidí sacrificarme y dejar que ella se graduara primero, hace un año termino ella y yo me volví a inscribir.

-Micaela puedes darte prisa, el transporte me dejará, no quiero llegar tarde a las prácticas.- cuando deje la carrera esta por empezar mis practicas en el hospital, estudio enfermería y siempre estoy a las carreras.
-Ya voy.- puso un plato delante de mí y una taza con café.
-Gracias. ¿Hoy empiezas el trabajo?- Mica se sentó delante de mí y empezó a desayunar
-Si, me darán un grupo de 3er año. ¡Estoy nerviosa!
-Te irá bien, eres muy buena con los niños.- le di el último trago al café y me levante de la silla -Yo preparo la cena, hoy llegare temprano.- le lance un beso, tome mi chamarra, mi bolso y salí corriendo.

A dos calles de mi casa esta la parada del transporte público, cuando llego hay una pareja dandose besos y abrazándose, no es que este en desacuerdo con las muestras de cariño públicas, pero aún así me siento incomoda. Me paro en el otro extremo de la estación y me hago la tonta viendo hacia otro lado. Muero de frío, tengo que anotar mentalmente comprar una bufanda y tal vez unos guantes, es otoño y aún que a medio día hace algo de calor, en las noches y principalmente en las mañanas, hace bastante frío.

Ajusto el cuello de mi chamarra, como si se pudiera cerrar más, soplo y froto mis manos para calentarlas un poco, siento entumidos los dedos y me empiezan a doler. El semaforo se pone en rojo y algunos autos empiezan a detenerse, observo cualquier cosa para no ver a los chicos que siguen besándose, aunque probablemente esa chica no esté pasando nada de frío. Veo como él le acomoda su bufanda y volteo mi vista hacia los autos. Mi corazón empieza a latir rápidamente, el conductor de uno de los autos hace que no pueda apartar la vista. Parece que esta cantando y mueve un poco su cabeza, como si llevara el ritmo de la canción, voltea su mirada hacia donde está la parejita, su perfil es hermoso, su cuello es largo y su piel blanca, su cabello y sus ojos oscuros son presiosos, pero su boca, Dios mio! Sus labios son gruesos y rosados, de un tono fuerte que los hace resaltar aún más. Gira su cabeza hacia donde yo estoy y aparto la vista, casi me descubre viéndolo. Espero que mis mejillas ya estén teñidas de rosa por el frío y así disimulen la vergüenza en mi cara. Intento cubrirme más con la chamarra y de pronto el camión llega.

Nunca me había alegrado tanto de que llegara el transporte. Quería salir de ahí a toda prisa. Mientras tomaba mi lugar, las bocinas de los autos empezaron a sonar, me senté, me puse mis audífonos y me olvidé de todo. Menos de él.

Llego al hospital y empieza la misma rutina de siempre, me encuentro en el área de urgencias, esta área es de las más saturadas, siempre hay muchos enfermos o lesionados, doctores y enfermeras corriendo por todo el lugar. El tiempo se me pasa rápido estando aquí y hoy no tengo guardia, así que saldré temprano. Dejo mis cosas donde siempre y me pongo mi ropa de trabajo.

Unas horas más tarde me relajo un poco, tomo dos vasos con café y voy a recepción, mi amiga Dulce tiene asignada esa área en estos momentos.

-Toma- le entrego uno de los vasos y saco mi celular.
-Gracias, lo necesitaba. Hoy ha sido una locura, tuve guardia así que estoy desde anoche aquí. -la escuche decir algo pero mi mente sigue en aquel chico, lo había olvidado por unas horas, pero ahora que mi mente se relajo su rostro volvio a mi.
-Majo.. Majo!- la voz de mi amiga me hizo regresar de mis pensamientos.
-Eh? ¿Me decías algo? -pregunté
-Estas muy distraída, ¿qué sucede?- Dulce me ve arqueando una ceja en espera de una respuesta. Ni yo se que esta pasando así que decido no contarle.
-Nada, estoy cansada. Anoche no dormí bien. Tengo que regresar, nos vemos más tarde.

El agetreo continúa, pero son las tres de la tarde y por fin mi hora de salida llego. Reviso mi celular y tengo un mensaje de mi hermana.

*Tengo una reunión en un rato, llegare a casa como a las cuatro. Te tomo la palabra, haz la cena😁*

Antes de llegar a casa, pase al super y compre algunas cosas. Mica sabe que yo no se cocinar, así que todo lo que compre es de microondas. Al llegar, dejo las cosas en la mesa y voy a recostarme, mientras espero a que Mica llegue, no pasa mucho tiempo y me quedo dormida.

Destino: Arréglame el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora