Capítulo 24

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Majo

Desperté porque el sol entraba por la ventana, ambos estábamos envueltos solo en una sabana. Recuerdos de la noche anterior invadieron mi mente y una sonrisa apareció en mi boca, me acomode de manera que Jin quedó frente a mí, él estaba acostado de lado y dormía como un bebé. Pase un dedo suavemente por su rostro, era tan hermoso que fue inevitable, me levante sobre un codo y deje pequeños besitos por toda su cara, hasta llegar a su boca, cuando me quise alejar Jin abrió los ojos y se dio vuelta hasta quedar sobre mí.

-Buenos días!- le dije con una sonrisa.
-Ah! Si no fuera por esta hermosa vista, me habría despertado de muy mal humor.- dijo un poco serio.
-No sabía que no te gustaba que te despertarán. Lo siento mucho!- dije apenada.
-Yo desearía que me despertarás así todas las mañanas, jamas podría levantarme de malas.
-No puedo despertarte así todas las mañanas.- estas loco, ¿Cómo podría?
-Claro que podrías, si vivieras conmigo.
-¿Qué?
-Que vivas conmigo, ¿sabes lo genial que seria eso? Podrías ver este hermoso rostro, todas las mañanas. ¿Qué más podrías pedir?- cerré mis ojo y me reír fuerte.
-Jin, tu ego acaba de invadir tu cama!- grité y me reí de nuevo.
-Ja! Chistosa.- Jin se sentó sobre mí y empezó a hacerme cosquillas.
-¿A qué hora entras al hospital hoy?- preguntó.
-Hoy trabajo de noche, entro a las ocho de la noche. Y tú ¿Qué no tendrías que estar en la oficina a esta hora?- le pregunté.
-Si y no. Si tendría, pero ayer le pedí permiso a mi jefe de faltar y ya que mi jefe es papá y te adora, me dio permiso. Y dijo que estaba seguro de que su nieto o nieta saldría hermoso.-puse cara de sorpresa y casi me ahogo con mi saliva.
-Ya vi de donde sacaste lo gracioso.- reí de nuevo.

Jin me tomó de la mano y me llevó a la ducha, nos bañamos juntos e hicimos algo más que ducharnos. Después de eso bajamos a desayunar y salimos a caminar a la plaza.

-¿Por qué te gusta vivir aquí si tu casa es hermosa? ¿Es por Lisa o no te gusta allá?
-En parte por Lisa y todo los recuerdos y en parte, porque necesitaba mi independencia y mis papás necesitaban la suya. Creo que yo no aportaba mucho con mi actitud y solo hacía que mi madre se sintiera peor.- me dijo y bajo la mirada al suelo.
-Bueno, me parece bien. La vista de la casa de tus padres es hermosa. Pero la vista de esta mañana era aún mejor.- le dije y le cerré un ojo.
-Ah! De verdad que tienes mucha suerte, pequeña.- me dijo y me agarro la cabeza como si fuera una niña pequeña. Golpee su brazo y empezamos a reír mientras caminaba hasta el auto.

Jin me llevó a casa y me espero a que me pusiera mi uniforme para él mismo llevarme al trabajo, dijo que de ninguna manera permitiría que me fuera en transporte público de noche. Una vez en el hospital, me dio un beso y nos despedimos, entre a recepción y mi amiga Dulce estaba esperandome.

-Hola Dulce!
-Hola! Estoy muerta, no pude dormir bien anoche y hoy tuve demasiado que hacer.- se empezó a quejar y me platico su día mientras nos dirigíamos al área de urgencias.

Mientras trabajaba recibí un mensaje de texto.

*¿Cenaste algo?*

Le respondí rápidamente pues llegó un paciente que había que atender urgentemente.

*No he tenido tiempo, en cuanto pueda lo haré. Te amo*

Una hora más tarde logramos estabilizar al paciente y salí a tomar un respiro, Dulce y yo estábamos en recepción cuando Ian se acercó. Ian es un interno que conocí cuando entré al servicio, no me cae mal pero es muy insistente en salir conmigo y eso me incomoda.

-Hola chicas! ¿Qué tal su area?- preguntó.
-Hola!- contestamos al mismo tiempo.
-La última hora fue un caos- dijo Dulce.
-Si, en mi área también. ¿Cenaste algo?- me pregunto.
-No, de hecho íbamos a ver que comprábamos.- le dije haciéndole una seña a Dulce.
-Te puedo invitar algo, si tu quieres- Ian se puse frente a mí y no me dejo caminar.
-No, gracias- le sonreí educadamente aunque estaba empezando a fastidiarme.
-Vamos, Majo! Cuando será el día en que aceptes algo de mí.
-Dije que no, Ian.- dije en tono serio y tal parece que eso lo motiva aún más.
-¿Qué te lo impide? Yo se que quieres ir conmigo.
-Su novio se lo impide- detrás de mí estaba Jin. Usaba un pantalón deportivo, zapatos deportivos y una sudadera rosa, traía puesta la capucha de la sudadera y estaba viéndome por lo que su rostro no estaba a la vista. Me guiño un ojo.
-Ja! ¿Este es tú novio Majo?- dijo Ian burlándose- dudo mucho que Majo se fije en alguien, que ni siquiera tiene la decencia de arreglarse para venir a verla.- Ian seguía abusando de su suerte.
-¿Qué haces aquí?- le pregunte con una enorme sonrisa, no sabía cuál era el problema de Ian, a mí se me seco la boca solo de verlo así vestido. Jin no dijo nada, solo levanto una bolsa que traía en la mano.
-Oye, amigo. Majo no ha dicho nada sobre qué seas su novio, deberías salir de aquí.- se volvió a burlar.
-¿Amigo?- Jin se quito la capucha de la gorra dejando ver su hermoso rostro, su mirada seria contrastaba con sus lindas facciones -Mira, amigo, mi chica te dijo que no quería salir contigo e insistes en molestarla, lo estoy pasando por alto, te pido que te quedes callado.
-Ian, vete.- él solo se quedó observandonos.
-Nena, te traje la cena.- Jin me dio una bolsa de plástico con comida dentro.- pasé a casa de mis padres y mamá te mando algunas cosas. Y dejaste esto anoche en casa.- me dio una sudadera, sabía que no la había dejado en su casa, pero aquí había una guerra de poderes y creo que quería hacerle saber a Ian lo serio que íbamos.- mañana vendré por ti para llevarte a casa y de ahí me voy al trabajo. Te dejo trabajar.
-Gracias!- le sonreí y lo jale de la sudadera para darle un beso. - Hasta mañana.

Jin se fue, tome de la mano a Dulce y nos fuimos, dejando a Ian atrás sin decir ni una sola palabra.

Destino: Arréglame el almaWhere stories live. Discover now