Capítulo 15

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Majo

La casa de los padres de Jin es hermosa y como él lo dijo es acogedora. Sus padres son muy lindos y me recuerdan mucho a mis papás, espero que este pequeño viaje me haga sentir como si estuviera aún con ellos.

-¿A qué te dedicas?- me pregunto la madre de Jin, mientras preparamos la cena.
-Estudio enfermería, me faltan algunos meses para graduarme. - le sonreí.
-Vaya! Yo no podría estar viendo sangre y ese tipo de cosas.- dijo sorprendida.
-Bueno, yo tampoco creí ser capaz, pero saber que ayudo a la gente me ha quitado el miedo poco a poco.- dije.
-Me imagino lo cansado que debe ser. ¿No tuviste trabajo este fin de semana?
-No, cuando tenemos guardia trabajamos veinticuatro horas seguidas, así que al otro día descansamos, pero cuando nuestra guardia termina en fin de semana, nos dan sábado y domingo de descanso y me debían un día así que regresaré hasta el martes.
-Perfecto! ¿Se quedarán hasta el lunes?- dijo ella dando brinquitos de emoción.
-La verdad es que no lo se- Voltee a ver de reojo a Jin que estaba en la sala, leyendo un libro.
-Yo me encargo de él. La verdad es que desde que tuvo edad y se mudó de aquí, no lo vemos muy seguido, bueno al menos yo, su padre lo ve toda la semana en el trabajo. Lo extraño mucho, pero entiendo que no se sienta bien viniendo.
-Pero se ve que él la adora ¿Por qué no estaría a gusto aquí?- pregunte e inmediatamente me arrepentí de hacerlo. -discúlpeme, no quise ser imprudente o fisgonear en su vida.
-Calma, cariño. No es algo de lo que mi hijo le guste hablar, pero tampoco es un secreto de estado.
-¿De qué hablan?- Jin entró a la cocina y su mamá le regalo una sonrisa. Él se colocó detrás de mí silla -Ven quiero mostrarte algo.- me dijo casi pegado a mi oreja, lo que me provocó un escalofrío.

Desde que llegamos Jin a estado más serio, normalmente lo es pero tiene sus episodios de berrinches y actúa como niño o bien, su ego se apodera de él. Hoy me trata de una manera linda, pero su mirada parece perdida y no ha reído tanto como suele hacerlo. No suelo meterme en la vida de la gente, no me gusta ese clase de personas, pero con lo que he visto de Jin y lo poco que me dijo su mamá, me intriga demasiado saber que es lo que pasó aquí para que el no se sienta cómodo.

Llegamos a un árbol enorme que está en medio del jardín trasero de su casa, hay unas escaleras por un lado y arriba hay una enorme y vieja, casa de madera.

-Está casa era nuestro lugar preferido para jugar, a Lisa le encantaba esconderse aquí cuando mamá la quería hacer comer vegetales.- sonrió de lado, pero parecía una sonrisa triste.
-¿Lisa?- pregunté.
-Mi hermana- su mirada se perdió en la casa, parecía que muchos pensamientos invadían su mente.
-¿Tienes una hermana? No lo sabía- después de varios segundos parpadeo y me tomo de la mano.
-Subamos, la vista desde arriba es increíble- me llevo de la mano por las escaleras y subimos a la casa.

Dentro de la casa había un tapete redondo de colores justo a la mitad del lugar, de un lado de la casa había unos cojines azules en el suelo y un cajón con algunos juguetes. Del otro lado de la casa, había una cocina de juguete, un comedor y unas sillitas, sobre la mesa había una muñeca de cabello cafe y ojos azules, tenía puesto un vestido rosa con tres pequeñas mariposas bordadas en la parte de enfrente y usaba zapatitos blancos. Jin vio la muñeca y se volteo rápidamente, me tomó de la mano y salimos al pequeño balcón que tenía la casa. Frente a mi había una vista increíble, todo era verde y después azul, la colina y el mar se unían en una misma vista, era un paisaje hermoso, parecía una fotografía.

-Jin, esto es hermoso.
-Si, lo es. Podíamos estar horas aquí encerrados, mi madre tenía que subir por nosotros para que vajaramos a comer o a ducharnos para ir a la cama. Tenía mucho tiempo que no subía aquí.
-¿Desde la última vez que viniste a casa?
-No, desde que tenía seis años.- Jin volvió a ponerse serio y no podía dejar de sentir que era mi culpa. -Vamonos, hay que comer algo.
-Jin- lo detuve a mitad del jardín, mire hacia abajo apenada -discúlpame. Si dije o hice algo para molestarte- él levanto una ceja y puso cara de no comprender de lo que yo le hablaba, después se rasco la cabeza y me dio un beso en la frente.
-Tú no has hecho nada, más que aligerar mi estancia aquí. Discúlpame si te hice pensar lo contrario.- me tomo el rostro y me dio un beso, profundo y dulce, sentí mariposas en mi estomago, mi corazón latía rápido y no podía dejar de pensar en lo intensos que eran mis sentimientos por él.

-Así que, ¿somos novios ahora?- me pregunto - No puedes retractarte, mis papás se decepcionarian de mí por no haber podido retener a una linda chica, ni una hora.- Su sonrisa aún era triste, pero ya no se veía tan distraído como antes.
-Entonces haré esto solo por no dañar tu ego.- lo tome de la mano y caminamos hacia la casa.

Destino: Arréglame el almaWhere stories live. Discover now