Destino: Arréglame el alma

Capítulo 29

Majo

En la tarde el doctor me dio de alta, Jin y Mica discutieron la posibilidad de que yo me quedara en casa de Jin ya que mi hermana no tiene días libres y no puede cuidarme, Jin por el contrario, trabaja para su padre y él le dijo que se tomara los días que fueran necesarios para que yo me recuperará y le diera nietos. En ningún momento me preguntaron que quería hacer simplemente tomaron la desicion y ya.

Voy en el auto camino a casa de los padres de Jin, el dijo que para que no se juntara su trabajo me quedaría un rato con su mamá mientras el trabajaba y por las tardes él vendría a cuidarme. Nos instalamos en casa de sus padres, su mamá había salido a comprar cosas para comer y su papá apenas  iba a salir del trabajo. Jin me dijo que me recostara en la cama, mientras él guardaba las pocas cosas que trajimos, la puerta de la entrada se abrió y Jin salió de la habitación.

-Mamá!- a lo lejos se escuchaban sus voces.
-¿Ya está aquí?- preguntó la señora Kim y escuché sus pasos acercarse a la habitación.
-Mamá- grito Jin -Yo también llegué ¿sabes?
-Hija, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?- entró diciendo y se sentó a mí lado.
-Hola, señora. Mucho mejor de lo que esperaba.- le dije y me acomode para quedar sentada en la cama.
-No te estés moviendo, te puede hacer daño- dijo ella.
-Mamá, el doctor dijo que podía hacer todo, solo que poco a poco y sin hacer esfuerzos muy grandes.- le explico Jin.
-Ay, por lo menos hoy no. No la dejaré que haga nada más que salir a comer e ir al baño.- dijo la señora Kim y no bromeaba.
- De verdad me gustaría darme una ducha.- comenté y ambos voltearon a verse.
-Por supuesto, debes estar muy incomoda con tantos días en el hospital. Jin ayudala.-  jin y yo nos volteamos ver y nos pusimos rojos.
-Una persona tan hermosa como yo cobra muy caro y más cuando se trata de trabajos como este.- Su mamá se levantó y le dio un golpe en el brazo.
-Fue una orden SeokJin- le habló por su nombre completo y lo apunto con su dedo. -Lo digo muy enserió Jin.

Su mamá se fue a cocinar mientras Jin se quedó en el cuarto para ayudarme.

-Jamás pensé que mi madre me diera una orden como esa. Prácticamente me ordenó hacer algo que ya quería hacer.- dijo Jin sonriendo y levantando las cejas.
-Que verguenza!- me tape la cara.
-¿Vergüenza por qué?
-Porque tu mamá sabe.. que nosotros.. Jin debiste decir que no- dije y sentí que mi cara era como un tomate.
-Nena, tú crees que mis padres son tontos. Probablemente hicieron lo mismo y mi mamá es.. digamos que es un poco moderna.- soltó una carcajada.- Además sabe que no haremos nada, no puedes hacer esfuerzo.
-Ay! - me tape la cara.
-Vamos, nena. No tarda en regresar para avisarnos de la cena.

Jin me ayudó a bañarme, al final él estaba más rojo que yo y terminó regresando por otra ducha fría en lo que yo me vestía. Salimos a comer y los papás de Jin me consintieron mucho, no paraban de preguntarme si me sentía bien o si necesitaba algo, Jin le ayudo a su mamá a limpiar la cocina y después de eso regresamos a la habitación. Una vez acostados me acomodo de frente a él, paso su brazo por debajo de mi cabeza y con su mano libre acaricio mi rostro.

-Pensé que te perdería. Creí que no querrías volver a saber de mí y cuando ese auto te golpeó mi mundo se vino abajo, si no hubiera sido por Lex, no se que habría pasado.- dijo y sus ojos se pusieron rojos, se lo difícil que debió haber sido pasar por algo similar a lo que vivió con Lisa.
-No pasa nada, ambos estamos bien.- le dije intentando calmarlo- no paso nada grave, mis heridas fueron superficiales, no hay de que preocuparnos ya.
-Lo sé, en momentos pienso que debiste haber despertado, porque no podías dejar de ver mi perfecto rostro.- los dos reímos y aunque sea de broma, mis pensamientos siempre estuvieron con él, cuando desperté lo primero que quería ver era su rostro, al ver a Lex ahí conmigo, creí que de verdad lo había perdido.

No supe cuando tiempo estuvimos así abrazados, pero su aroma y la calidez de su cuerpo hicieron que me quedara profundamente dormida.