Capítulo 13

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Al día siguiente salgo del instituto y me dirijo al hospital para saber los resultados de Nicole y verla. Entro a su habitación y veo que tiene una sonrisa en la cara, me alegra mucho verla así.
-Veo que me vas a decir buenas noticias. -La saludo con un abrazo.
-Así es. -Me responde contenta.
-¿Y bien? -Me siento en la cama, a su lado.
-Bueno, evidentemente tengo que guardar reposo, pero no me van a quedar secuelas, todo va fenomenal y dentro de poco me dejarán irme. -Me coge de la mano. Yo sonrío. -Y lo que es más importante. -Prosigue. -El bebé está bien. -Su sonrisa es aún más grande.
-Me alegro muchísimo Nicole, de verdad, estaba tan preocupada. -Le doy otro abrazo. -¿Cuándo te diste cuenta de que querías al bebé? -La miro a los ojos.
-Pues... Cuando supe que podía perderlo. Fue muy duro imaginar que este que está dentro de mí, iba a desaparecer, que no lo iba a conocer... Y fue entonces cuando deseé que el bebé, más que nada, estuviera bien. -Se le cristalizan los ojos.
-Nicole, vas a ser una muy buena madre, y te voy a ayudar en lo que pueda. Me alegro mucho. -Le cojo de la mano. Nicole mira nuestras manos.
-También he tomado otras decisiones...
-¿Cuáles? -Le pregunto. Ella me mira a los ojos.
-Cuando termine el instituto, me iré con mi padre a Irlanda, por un tiempo, el que necesite... Allí estaré mejor para recuperarme de los que me rodean y centrarme en mi hijo o hija. -Analiza mi cara. Yo estoy tan confundida y a la misma vez apenada, no me he separado de ella nunca, siempre ha estado conmigo.
-Yo... -No sé que decir, aparto la mirada. Nicole me coge de la cara para que la mire.
-Por supuesto te visitaré y no voy a estar allí toda la vida. La verdad la idea no me entusiasma, pero... Necesito un tiempo. -Me sonríe débilmente. Por fin, reacciono.
-Por supuesto, te apoyo en esto, estoy de acuerdo en el cambio de aires. Si eso te hace feliz, yo también lo estoy. -Le doy unos toquecitos en las piernas. Va a ser duro estar sin ella, pero lo que necesita en este momento es apoyo, y yo voy a estar ahí.

Al salir del hospital me encuentro con una cara conocida, Adler, tiene una aparente cara de cabreo y una venda en la muñeca. Me acerco para saludarlo.
-Hola. -Lo saludo.
-¿Minna? ¿Qué haces aquí? -Me responde.
-He venido a visitar a Nicole.
-Ah. -Responde cortante.
-¿Y tú? ¿Qué haces aquí? -Saco de nuevo conversación.
-Me he abierto la muñeca. -Mira cabreado a su muñeca y después a mi.
-¿Y cuánto tienes que llevar la venda?
-A saber.
-¿No te lo han dicho?
-¿Por qué haces tantas preguntas? -No me mira cabreado, pero si intrigante.
-Solo me preocupo por ti. -Le respondo.
-Ya, claro. -Se ríe.
-¿Qué pasa? ¿Nadie se puede preocupar por ti?
-¿Otra pregunta? -Sonríe.
-¿Otra vez no me respondes? -Cruzo los brazos. Adler se ríe y mira para otro lado.
-Me tengo que ir a guardar "reposo". -Dice irónicamente.
-Si, y yo me voy a asegurar de eso. -Sonrío.
-¿Vas a venir conmigo? -Enarca una ceja.
-Si, si tú quieres... -Miro a mis pies.
-Vamos. -Me coge de la mano y tira de mi hasta su coche.
-¿Vas a conducir con la muñeca así?
-Tú lo has dicho. -Dice subiéndose al coche.
No rechisto y me meto en el coche. Cuando arranca el coche se pone la música automáticamente, a un volumen algo alto para mi gusto. Durante todo el camino apenas hablamos.
Llegamos a su casa o apartamento, no sé muy bien lo que es, y vamos directamente a su habitación. Adler se acuesta en la cama y yo me siento en una silla.
-¿Te vas a sentar ahí? -Me pregunta sonriendo.
-Pues...
-Ven, no te voy a hacer nada. -No me deja terminar.
Me levanto de la silla y me dirijo a la cama. Intento sentarme lentamente, pero Adler me coge de el brazo y me atrae a él. Caigo bruscamente encima suya, él se muerde los labios y yo me coloco al lado suya. Me pongo muy nerviosa cuando estoy así con él. Adler se ríe a carcajadas cuando ve mi reacción.
-Perdón a sido un impulso. -Me dice.
-Pues controla tus impulsos. -Le respondo riéndome. Me doy la vuelta acostada a su lado y noto cómo mi cuerpo roza el suyo.
-Minna... -Gruñe Adler. -Si no quieres... Para de moverte tan cerca.
-Perdón. -Me acomodo. No lo hago intencionadamente, pero me muevo un poco para ponerme cómoda.
Adler me coge de las caderas, me da la vuelta bruscamente y me pone debajo de él.
-Te he dicho que pararas... -Me susurra.
Se nota que se está controlando, y me encanta el efecto que causo en él.
-No lo hago intencionadamente. -Lo miro fijamente.
Yo tampoco me puedo controlar. Cojo sus caderas con mis piernas y me muevo.
-Minna si no quieres... -Me coge de las manos. Y gruñe.
-¿Y si quiero? -No pienso lo que digo, pero él me pone tan nerviosa... Y me gusta tanto.
No pasa ni 1 segundo desde que lo digo y me besa bruscamente, yo lo sigo. Sus manos bajan a mis caderas y me acerca a a las suyas, yo tiro de su pelo, no sé porque lo hago, pero parece que le gusta y lo sigo haciendo. Sus manos rozan los elásticos de mis pantalones.
-¿Puedo? -Me pregunta antes de proseguir.
Yo digo que si con la cabeza sin pensármelo dos veces. Él procede a levantarme la camiseta y quitarse la suya, me besa el cuello hasta mis pechos. Su mano se mete por mi pantalón y me acaricia. No sé exactamente lo que hace pero me encanta, cierro los ojos y él me penetra con sus dedos, sus caricias son delicadas y mi espalda se arquea.
-Adler... -Gimo.
-Te gusta, ¿verdad? -Me dice.
Digo que si con la cabeza. Mis muslos tiemblan y siento que exploto de la pasión, nunca había sentido esto. Adler saca la mano de mi pantalón y se la pone en los labios, después en los míos. Estamos los dos perdidos uno por el otro, Adler se pone al lado mía, pone su brazo sobre mis caderas y nos dormimos.

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