Capitulo 18

532 17 2
                                    

Al día siguiente
Estoy en la cafetería con Lina y Nicole, hoy les voy a contar lo que tengo con Adler, estoy nerviosa pero es básicamente porque ni yo misma puedo asimilar que soy su novia, aunque ahora mismo este "cabreada" con él.
A Nicole ya se le nota un poquito la pancita y no puedo evitar sonreír al verla, siento que va a ser una buena madre, me apena tanto que se vaya...
-Bueno y entonces ¿que te cuentas? -Me saca Nicole de mis pensamientos.
-Si, no nos hemos visto mucho esta semana. -Dice Lina y le da un sorbo a su café.
-Es que he estado muy ocupada. -Respondo. -Pero si tengo algo que contaros. -Cojo mi café.
-Interesante. -Dice Lina mientras se acerca más a mi.
-Suéltalo. -Me mira Nicole.
-Pues estoy saliendo con...
-¡Parker! Lo sabía, sabía que ibas a terminar saliendo con él. -Me interrumpe Lina
-!¿Qué?! No, no es Parker, es Adler. -Termino de decir.
Me miran con una cara de mucha sorpresa y con los ojos como platos.
-Pues menos mal que no sales con Parker, es tan... Tan... Ni siquiera tengo palabras para describirlo. -Añade Nicole.
-¿En serio estás saliendo con Adler? Madre mía eso si que es una novedad. -Por fin dice Lina.
-Si, bueno, fue hace poco, a mi también me pilló por sorpresa. -Digo.
Les cuento cómo pasó lo mío con Adler y después de una larga charla salimos de la cafetería.

Mientras voy andando recibo una llamada de un número al que no reconozco, lo cojo.
-¿Diga?
-Buenos días, ¿Hablo con Minna? -Me responde la voz de una chica.
-Si, soy yo.
-Te llamo para comunicarte que estamos interesados en que trabajes con nosotros en la tienda "Nae".
-Ah, si, si. -Es lo único que consigo decir, no me esperaba esta llamada.
-El miércoles nos gustaría verte para entrevistarte a las 17:00 h.
-Si, allí estaré.
-Perfecto, pues hasta el miércoles Minna.
-Hasta el miércoles. -Digo y cuelgo.
Estoy súper ilusionada, voy a trabajar, bueno, primero tengo que pasar la entrevista, pero estoy segura de que todo irá genial.
    -Felicidades. -Dice una voz que reconozco perfectamente.
Me doy la vuelta y veo a Adler con una pequeña sonrisa. Me quedo perpleja no sé de qué me habla.
Al ver mi cara reacciona.
    -Por lo del trabajo, lo he escuchado. -Aclara.
Es decir, que ha estado varios minutos a mi lado y no me he dado cuenta.
    -Gracias. -Me limito a decir.
Me doy la vuelta y empiezo a andar, Adler me sigue.
    -Minna perdóname, no debí ponerme así.
    -Algo en lo que tienes razón. -No lo miro.
    -Pero es que ese tal Parker quiere algo contigo y tienes que entender...
    -No, yo no tengo que entender nada, eres tú el que tiene que entender que es mi amigo y que nunca sería nada más con él. -Lo interrumpo.
    -Pero el si tiene esas intenciones contigo.
Me paro y lo miro.
    -No voy a seguir hablando de esto. Parker no va a dejar de ser mi amigo porque a ti te apetezca o pienses cosas que no son.
    -Lo sé, solo he venido para que me perdones.
    -Te perdono. -Me doy la vuelta.
Adler me coge de la muñeca y me besa. Suspira aliviado cuando le sigo el beso. Lo echaba mucho de menos, estar así con él. Me empieza a atraer más a su cuerpo y me coge de las caderas. Yo termino de besarlo para que esto no vaya a más.
Me mira y hace un puchero.
    -Estamos en la calle. -Le digo.
    -¿Y a quien le importa? -Sonríe.
    -A mi. -Sonrío.
Pone los ojos en blanco.
    -¿Y si vamos a comer a un restaurante y después a mi casa?
    -Acepto lo de ir a comer, pero no puedo ir a tu casa.
    -¿Por?
    -Porque me entretendría y hoy tengo que prepararlo todo para mañana.
Adler me mira con una sonrisa pícara.
    -Muy bien, pues vamos a comer. -Me coge de la mano.

Llegamos a un restaurante bastante bonito. Yo me pido raviolis de espinacas y queso, Adler pide lo mismo.
Cuando llegan nuestros platos huelen de maravilla.
    -Que aproveche. -Digo y tomo un bocado, están deliciosos.
    -¿Vas a ir a la fiesta? -Me pregunta entonces Adler.
    -¿Qué fiesta?
    -A la de después de la graduación.
    -Ah, pues... No lo había pensado.
    -Tienes que ir.
    -Por supuesto que tú no faltarás. -Pongo los ojos en blanco.
    -¿Te molesta? -Sonríe.
    -Para nada. -Me meto otro ravioli a la boca y miro mi plato.
Adler se ríe.
     -Bueno no importa si no quieres ir...
     -Si voy a ir. -Lo corto.
     -Me alegro. -Sonríe satisfecho
Sé que él sabía que me iba a convencer para que fuera, si no lo hacía él, iban a ser mis amigas.
    -Voy al baño un momento, ahora vuelvo. -Dice Adler.
    -Vale.
No pasan ni tres minutos cuando ya ha vuelto.
    -Vamos. -Adler me coge de la mano.
    -Pero tenemos que pedir la cuenta.
    -Ya lo he pagado.
    -¿Qué? ¿En qué momento? -Entonces recuerdo que "ha ido al baño". -No has ido al baño ¿verdad?
Me mira y me sonríe.
    -Gracias, pero la próxima vez pagaré yo.
Pone los ojos en blanco.
    -Eso ya se verá. -Responde.

Adler me deja en mi casa y lo despido con un beso, me lo he pasado muy bien, pero ahora toca organizarlo todo para mañana.
Mi madre no para de recordarme cosas que debo prepararme y estoy un poco estresada. Por fin cuando he terminado me acuesto, estoy bastante nerviosa, mañana será un día bastante especial.

JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora