Capítulo 23

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Cuando estoy en el jardín es evidente que hay una fiesta dentro de la casa. No toco la puerta, simplemente la abro. La casa está llena de gente y la música está muy alta. De repente, veo como Joshua se acerca a mi.

    -Holaaa. -Está borracho. -No sabía que ibas a venir. -Se ríe.

    -Yo tampoco. -Respondo.

    -Ven, te llevaré hasta Adler. -Lo sigo hasta el salón.

En el salón veo el pelo de Adler en un sillón, está de espaldas a mi. Veo el pelo negro de Tasha frente a Adler, están hablando y Adler se toca la frente. Una oleada de cabreo me recorre el cuerpo y noto como me da un pinchazo en el pecho.

    -Adler, mira quien está aquí. -Dice Joshua, lo suficientemente fuerte como para que un hombre que está sentado con ellos, de pelo negro con mechas se dé la vuelta. Tasha también me mira y Adler me mira al instante con los ojos como platos.
Me quedo de piedra, no me muevo, aunque probablemente me gustaría darme la vuelta e irme, o coger a Tasha de los pelos. Adler se levanta y se acerca a mi, yo lo miro, aunque mi mirada se desvía a Tasha, que tiene una sonrisa de superioridad, la fulmino con la mirada.
Adler me toca el brazo, entonces me doy cuenta de que está frente a mi, aparto el brazo y lo miro a los ojos.

    -Minna... -Empieza a decir Adler.

    -He venido a verte porque no me llamabas ni me mandabas un puto mensaje. -Lo miro con furia.

    -Lo sé, he estado ocupado...

    -Preparando la fiesta, ¿No? -Lo corto.

    -Es porque Joshua se ha pasado a vivir aquí. -Lo señala.

    -Ya. -Desvío la mirada.

    -No te enfades, por favor. -Me intenta volver a tocar el brazo.

    -No me toques. -Lo aparto.

    -Pero, ¿Y qué problema hay? -Cambia de tono.

    -No irás en serio, ¿Verdad? No me has hablado en estos últimos días y ahora te veo aquí, en una fiesta con Tasha. -Respondo cabreada.

    -No voy a dejar de ir a fiestas solo porque a ti te lo parece. -Sus ojos me miran intensos.

    -Yo no he dicho eso. -Elevo la voz. -Solo que me hables o que me lo digas. -Alzo las manos en el aire.

    -Y en cuanto a Tasha, solo estábamos hablando. -Está cabreado.

    -Esa no quiere solo hablar. Y tú lo sabes. -Lo señalo.

    -Estás paranoica. -Dirige la mirada a otro sitio.

    -Muy bien, pues me voy con Parker, a él se lo puedo contar todo. -Me doy la vuelta para irme. Sé que no le gusta que esté con Parker.

Antes de que pueda dar la vuelta, me coge del brazo y me da la vuelta, me mira a los ojos muy intensamente como advirtiéndome de que no me vaya.

    -Ni se te ocurra. -Me dice.

    -Pero así te puedes quedar con Tasha. -No aparto la mirada de sus ojos.

    -Sabes muy bien que yo jamás tendría nada con ella. -Aún no me ha soltado del brazo.

    -Cualquiera lo diría, con las chicas que has "estado". -Digo irónicamente.

    -Minna... -Me advierte.

De repente antes de que yo pueda hablar, se acerca el chico de pelo negro con mechas. Yo lo miro y Adler se pone al lado mía, mirándolo.

    -Adler, no me has dicho quién es esta chica. -Me mira de arriba abajo mientras sonríe.

No sé porque, pero este chico me da mala espina.
Adler nota la mirada que el chico me hace y me coge de la cadera, atrayéndome a él. Le quitaría la mano, pero no me gusta este chico.

    -Minna, este es Yeray. -Hace una pausa. -Yeray, esta es Minna, mi novia. -No me mira, solo mira a "Yeray".

Que diga que soy su novia me reconforta, pero en estos momentos no ayuda mucho.

    -Encantada. -Le digo.

    -Igualmente. -Me responde en un tono asqueroso.

Yeray me toma la mano y la besa. Adler se tensa y a mí me da un escalofrío.

    -No me puedo creer que tengas novia, Adler. Y menos tan guapa. -Me sonríe pícaramente.

    -Ya. -Dice simplemente Adler.

Tasha aparece detrás de Yeray y se apoya en su hombro.
<<La que faltaba>> Digo para mis adentros.

    -Minna, ¿Juegas con nosotros? -Me mira burlona.

    -No. -Le sonrío irónicamente. -De hecho, yo ya me voy.

    -Perfecto. Pues entonces ven, Adler. -Responde ella sonriendo.

    -No, yo voy a acompañar a Minna. -Dice Adler.

    -No hace falta, quédate aquí, en la fiesta. -Le digo yo.

    -No. -Me fulmina con la mirada.

Entonces doy media vuelta hacia la salida y él me sigue.
Por fin salgo de esa malita fiesta, oigo como Adler me llama para que pare, pero no le hago caso. Entonces me coge del brazo y yo intento que me suelte, pero no lo hace.

    -¡No me toques más el brazo! -Le grito. -¡Suéltame!

    -Cálmate y súbete al coche, te llevaré a casa. -No me suelta.

Me acerco a él hasta que su cara está a centímetros de la mía.

    -No me voy a subir. -Digo calmada. Está demasiado cerca.

    -Deberías. -Me mira a los labios y a los ojos.

    -¿Y qué vas a hacer? -Le sonrío con superioridad.

Entonces Adler me coge y me sube a su hombro, mientras me aguanta de las piernas.
Yo ahogo un grito.

    -Adler, ¡Bájame! -No me hace caso.

Me suelta en el sillón del coche y me cierra la puerta. Nos ponemos en marcha a mi casa.

    -No tenía elección. -Me dice.

    -Podías haberme dejado.

    -¿Sola en la calle? Ni hablar. -Mira a la carretera atentamente.

Miro por la ventanilla y cambio de tema.

    -Yeray no me da buena espina. -Digo.

    -No debería darte buena espina. Es un mujeriego y consigue lo que quiere como sea. No es un buen tipo. -Coge el volante con más fuerza.

    -¿Y es tu amigo? -Lo miro.

    -Algo así. No me gusta cómo es, pero fue el primero que me habló cuando llegue aquí.

No le respondo.

    -Nunca estés a solas con él. -Prosigue. -La mirada que te ha hecho... -Frunce el ceño y aprieta las manos.

    -No se me ocurriría. -Digo.

Llegamos a mi casa y abro la puerta del coche.

    -Minna... -Empieza a decirme.

    -Gracias por traerme. -Digo sin más y salgo del coche.

Cuando entro en mi casa se va.
Estoy muy cansada y mañana es el último día que tengo sin trabajar, así que sin darle vueltas a lo que a pasado hoy, me acuesto.

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