Juntos

Capítulo 43

Llego a la universidad con la sudadera de Adler colgada del brazo. Estoy buscándolo por todos los pasillos. Lo veo a lo lejos hablando con una chica, los dos están sonriendo. No me quiero poner celosa, pero noto como me voy enfadando más y más, espero poder controlarlo bien. Acelero el paso para llegar más rápida hasta él. Cuando llego hasta ellos parezco haberlos interrumpido, pero me da igual.

-Toma. -Le tiro la sudadera prácticamente.

Por mi tono de voz se nota que algo no me gusta. Aunque intente controlarme, no puedo hacerlo.
La chica se queda mirándome confundida y Adler parece estar divirtiéndose, aunque se le nota confundido también.

    -Hola a ti también. -Adler sonríe.

Pongo los ojos en blanco  y rápidamente me doy la vuelta y empiezo a andar.
Escucho unos pasos por detrás de mi.

-Minna. -Me llama Adler.

No le hago caso.

-Minna. -Me llama de nuevo, pero levantando el tono de voz.

Esta vez, me doy la vuelta y me dirijo hasta él.

-¿Qué quieres? -Me cruzo de brazos.

-¿La has lavado? -Señala su sudadera.

<<¿Estas de broma?>>
Abro mucho los ojos para demostrar mi reacción ante su estúpida pregunta.

-Lávala tú. -Me doy la vuelta. Pero cambio de idea y me vuelvo a dar la vuelta repentinamente hacia él. -O mejor que te la lave ella. -No podía aguantar.

Adler se ríe a carcajadas.

-Minna, era coña. Te has vuelto celosa. -Enarca una ceja.

-No estoy celosa. -Cruzo de nuevo los brazos. -Y tú no eres el más indicado para hablar.

-Pero lo reconozco. No soporto verte con otro. -Se encoge de hombros.

-Que pena, porque lo vas a hacer. -Respondo.

Adler aprieta la mandíbula.

-Minna, ella es una compañera de clase. -Se refiere a la chica.

-No me importa. -Miento.

-Está claro que si. -Sonríe.

Pongo los ojos en blanco otra vez.

-Pero, tranquila. -Se acerca. -Me tienes bien atrapado. -Noto su cálido aliento en mi cara. Se me eriza el pelo.

Se me cambia la cara totalmente, el cabreo se ha esfumado. Lo miro a los ojos.

-¿Y yo a ti? -Sonríe. -¿Te tengo bien atrapada? -Me acaricia el brazo.

Si, por supuesto que si. Y parece que va a ser para siempre.

-De momento. -Es una media verdad, porque no creo que jamás pueda querer a nadie tanto como a él.

Abre un poco los ojos.

-Entonces de momento no mato a nadie. -Sonríe satisfecho.

-A lo mejor no te lo he dicho y... -Me insinúo.

Frunce el ceño.

-¿Qué? -Eleva el tono.

-Llegas tarde a clase Adler. -Le doy dos palmadas en el hombro. -Que te vaya bien. -Sonrío con maldad.

-Minna, como no me digas... -Empieza a decir.

No espero a que acabe la frase y me marcho por el pasillo, esquivando a la gente, mientras oigo cómo me llama.