Capítulo 31

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Salgo del instituto apresurada, estoy hambrienta y he quedado con Adler para comer en un restaurante. Según dice hay que aprovechar el día de antes de mi cumpleaños, porque si, mañana es mi cumpleaños. La verdad es que me gusta pasar el rato y hacer fiestas celebrando que he cumplido años. Pero por otro lado cumplo 20 años y... No es que no sea joven ni nada de eso, per suena raro cumplir 20 años... ¿Tan rápido ha pasado? Cuando llovía y hacia carreras en la ventanilla del coche para ver qué gotita ganaba; Cuando cerraba la puerta del frigorífico lentamente para ver en qué momento se apagaba la luz; Cuando jugaba con mis amigas sin importarme las horas que pasaban; Cuando era plenamente feliz y no tenía ninguna preocupación...
Estoy embelesada pensando mientras ando, cuando alguien me coge del codo y me da la vuelta.

    -Hola. -Un chico rubio y con el pelo corto me mira con ojos azules y una sonrisa amable. -Eres Minna, ¿Verdad?

Tardo unos segundos en responder.

    -Si. -Es lo único que consigo decir.

Su mirada se intensifica y me suelta el codo. Me ofrece la mano y se presenta.

    -Soy Nathan. -Le devuelvo el saludo. -Te he visto un par de veces por los pasillos.

    -Ah... -Esto es raro y complicado. -¿Qué es lo que quieres?

    -Sé que te sonará raro. -Lee mi mente. -Pero no he podido evitar hablarte. Eres muy guapa y pareces bastante amable.

Mis cejas se enarcan y estoy segura de que tengo cara de Pocker.

    -No sé que decir... -Miro hacia los lados.

    -No te preocupes. Solo me gustaría que nos hiciéramos amigos. -Su mirada es cálida.

    -Eemm... Si, claro, deberíamos hablar más. -Mi mirada se relaja y de repente me siento cómoda.

    -¿Te puedo invitar a comer?

    -Es que he quedado con mi novio. -Respondo.

    -Ah, claro, como no, tienes novio. Es obvio que tengas. -Sigue sonriendo.

No sé cómo sentirme al respecto. Tal vez... ¿Halagada?... No lo sé, nunca me ha gustado llamar la atención.
En respuesta a lo que ha dicho me rio.

    -Tal vez... ¿Otro día? -Me pregunta con ojos suplicantes.

Por un momento voy a decir que si para no parecer borde, pero, pensándolo bien... A Adler obviamente no le va a gustar la idea. Siendo sinceros, a mi tampoco me gustaría en el caso de Adler. Aunque sé que entre este chico y yo no va pasar nada.

    -Yo... No lo sé... A mi novio no le va a gustar la idea. -Estoy rezando para que lo entienda y no parecer una borde.

    -No va a pasar nada... ¿Opinas lo contrario? -Me mira pícaro.

    -¿Qué? -Lo miro sorprendida. -No, por supuesto que no. -Niego con la cabeza.

    -Entonces lo hablamos. -A este chico se le da bien controlar la mente.

    -Nathan. -Lo miro con una pequeña sonrisa. -Me tengo que ir. Espero poder hablar más contigo. -Digo poniendo final a nuestra conversación.

    -Claro. -Sonríe. -Nos vemos.

Después de esta extraña pero "agradable" conversación, me dirijo hasta el coche de Adler, que está aparcado.
Entro en el coche y cierro la puerta.
Mientras nos dirigimos al restaurante me pregunta.

    -¿Por qué has tardado tanto?

Ya estaba tardando.

    -Un chico llamado Nathan me ha hablado y no quería parecer borde.

    -¿Nathan? -Hace una mueca. -¿Y qué quería?

    -Pues... Solo entablar conversación.

    -¿Así? ¿De repente?

    -Si. Bueno... En realidad él se había fijado en un par de veces en los pasillos. Y ha decidido hablarme para entablar una amistad. -Lo miro.

     -Fijado... Vamos que te ha comido con la mirada y quiere algo más que una amistad. Pero no quiere parecer demasiado atrevido y ha empezado por ahí. -Coge el volante con fuerza.

    -Adler. -Lo miro sorprendida.-Si piensas así es porque tú también lo has hecho.

    -Y no lo voy a negar. -Se ríe.

    -Eres idiota. -Miro hacia delante.

    -Tú también por creerte lo que te dicen. -Me pone la mano en la pierna.

Con tan solo el roce de su mano noto una carga eléctrica por todo el cuerpo.

    -Pero una cosa clara. -Su voz se vuelve ronca. -Como se le ocurra algo contigo... O una sola mirada... Le parto la cara. -Su mirada no muestra que esté de coña.

    -Eres un agresivo. -Pongo mi mano encima de la suya.

    -No tanto. Solo es que quiere algo que es mío. -Se sonríe.

    -No soy de nadie. En todo caso de mi madre. -Le riño de broma.

Para el coche en el aparcamiento y me mira.

    -Lo que digas. -Se ríe y se incorpora hacia mí para darme un beso.

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Nota autora:
Nathan, Nathan, Nathan... ¿Primeras impresiones? :)

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