Capítulo 41

274 12 0
                                    

1 mes después.

Estoy en el descanso entre clase y clase hablando con Nicole y Lina.

    -¿Entonces tú madre te deja? -Pregunta Lina.

    -No es que no me deje, Lina. -Responde Nicole. -Es que yo no le quiero pedir a mi madre que se quede con el bebé, y menos cuando apenas tiene un mes. -Añade.

Si. El bebé de Nicole nació hace casi un mes. Ya es madre, y he de decir que tiene un buen instinto maternal, no podría estar más orgullosa de ella. El bebé es clavado a Nicole y es niño, obviamente tiene algunos rasgos de Joshua, pero tiene más genes de Nicole: Pelo oscuro, ojos castaños, piel con un tono suavemente moreno... Es un amor de bebé.
Joshua no ejerce mal de padre, es una situación extraña, pero ha cambiado el humor y parece más centrado en lo que hace.
En cuánto a la relación de Nicole y Joshua, se supone que no son nada, pero Lina y yo sabemos que acabarán siendo algo, solo hay que ver cómo se miran.

    -Es perfectamente entendible. -Le hago una mirada asesina a Lina.

    -Si si, lo entiendo. -Lina alza las manos en el aire y se recuesta en la silla.

    -Bueno, yo me tengo que ir. Mandadme vuestros modelitos de esta noche. -Nicole se levanta y nos guiña un ojo.

Le sonreímos y observamos cómo se va.

    -¿Te vas a poner guapa esta noche para él? -Lina sonríe pícara.

    -¿Qué dices? -Sonrío cuando pillo a quién se refiere. -No. Me voy a poner como me sienta cómoda conmigo misma. -Levanto una ceja.

    -Ya. Exactamente, ¿En qué punto te encuentras con Adler? -Se sienta mejor en la silla.

    -No estamos en ningún punto. Somos amigos. -Afirmo.

    -Ya... Por eso lo has estado evitando todo lo que has podido. -Sonríe.

Yo me callo y me centro en los apuntes que tengo delante de mi.

    -Los amigos no suelen quererse como algo más. -Me mira fijamente.

La miro.

    -Y si quiero que eso deje de ser así, tengo que aprender a no quererlo. -Hago una pausa. -Justo lo que estoy haciendo.

    -Está bien si quieres soñar. -Acerca la cara a la mía, como si fuera a contarme un secreto. -Pero, estamos en la vida real. Despierta. -Sonríe sabiendo que ella tiene la razón.

Con una sonrisa, niego con la cabeza y me recuesto en la silla.

Horas más tarde.

Lina y yo ya estamos arregladas para ir a la fiesta. Yo me he dejado el pelo suelto y alisado, me he puesto un vestido ceñido negro sencillo, pero bonito. Unos tacones no muy altos dorados. Y me he maquillado algo más que de costumbre, pero no demasiado.
Salimos de el apartamento y cogemos un taxi para ir a la fiesta, ya que seguramente no podamos conducir.
Cuando llegamos, la fiesta está más que empezada, pero eso no es nuevo.

    -¿Quieres que te pida algo? -Dice Lina elevando la voz para que se escuche entre la música.

    -Lo que te tomes tú. -Respondo.

Lina asiente y va hacia la barra.
Empiezo a menearme un poco al ritmo de la música mientras espero. Alguien me toca la cadera y me doy la vuelta.

    -¿Cuándo has llegado? -Adler me mira fijamente a los ojos.

Por un momento me quedo de piedra, pero me obligo a contestar.

JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora