Capítulo 26

383 16 4
                                    

Llego a mi casa y mi madre tiene una sonrisa de oreja a oreja, me mira entusiasmada. No puedo evitar sonreír al verla así de feliz.

    -Tengo una buena noticia. -Me dice.

    -Dímela. -La miro a sus ojos llenos de entusiasmo e ilusión.

    -Tú hermano llega el lunes para quedarse toda la semana con nosotros. Estará con nosotros en Navidad y año nuevo. -Hace palmaditas.

    -¡Genial! -Doy saltos. -Estoy deseando que sea lunes.

    -Y yo. -Dice mientras se dirige al comedor.

No sé en qué pensar, tengo sentimientos encontrados. Mi hermano viene y eso me llena de felicidad, al mismo tiempo, Adler me ha dado la más pésima noticia acerca de él. Si estuviera trabajando no pensaría tanto... O estudiando... Supongo que me pondré a estudiar para el carnet, no tengo otra cosa que hacer.

Al día siguiente estoy bastante cansada y me duele la cabeza, eso me hace estar de mal humor.
Tocan la puerta y mi madre me obliga a abrir. Voy hasta la puerta malhumorada y abro. Veo a Adler y pongo los ojos como platos.

    -Hola. -Me dice.

Relajo mi cara y vuelve a ser igual de malhumorada que antes.

    -Adler, la verdad es que hoy no me encuentro bien. -Me toco la frente.

    -¿No me vas a invitar a pasar? -Como si no me hubiera escuchado.

Lo miro con la boca abierta un segundo y lo invito a pasar.

    -¿Tú habitación? -Pregunta.

Voy hasta mi habitación y él viene detrás de mi. Cuando entra cierro la puerta.

Adler examina mi habitación y seguidamente se sienta en mi cama.

    -¿Por qué has venido? -Lo miro de pie.

Él me mira y sonríe.

    -Ayer te cabreaste y he venido a arreglarlo. -Apoya los codos en sus rodillas.

    -No estoy cabreada. -Respondo.

    -Si lo estás. -Dice rápidamente

Cojo aire.

    -Hoy estoy cansada y me duele la cabeza. -Digo.

    -¿Quieres que hablemos sobre eso? -Me pregunta.

    -No. -Le doy la espalda.

Adler se levanta y se acerca a mi.

    -Minna, quiero ser claro contigo.

Lo miro.

    -No quiero... Tener... -Comienza a decir.

    -Eso ya me lo dijiste ayer. -Siento una punzada en el pecho.

    -Entonces... ¿Qué piensas hacer? -Analiza mi cara.

    -Pues... Si no cambias de opinión, tendré que tener hijos con otro. -Sé que eso lo va a cabrear.

Pone los ojos como platos.

    -Pues más vale que no conozca a ese "otro". -Me fulmina con la mirada.

    -Si no cambias de opinión, tendré que hacerlo. -Lo sigo cabreando.

    -Cállate ya, Minna. -Hace puños con las manos.

    -Tú eres el que ha venido.

    -Pero tú sabes que con ninguno te sentirías igual que conmigo. -Se acerca más a mi.

    -Puedo probar. -Lo pincho, aunque es difícil resistirse cuando está a centímetros de mi.

    -No, no puedes. -Me mira los labios.

Arqueo las cejas ante su respuesta. Adler sonríe al ver mi cara, entonces se aleja y maldigo que se aleje.

    -¿Qué quieres que haga Minna? -Sonríe pícaro.

Quiero que se quede conmigo y besarle, pero mi orgullo me gana y dice lo contrario.

    -Pues, quiero que te vayas. Ya te he dicho que no me encuentro muy bien. -Cruzo los brazos.

    -Sabes que eso no es realmente lo que quieres. -Se acerca de nuevo a mi y siento su aliento en mi cuello, se me ponen los pelos de punta.

Saco fuerzas y me alejo de él, salgo de mi habitación y me dirijo a la puerta de la casa. Me doy la vuelta y lo miro.

    -Actúas bien. -Me da un golpecito en la nariz con el dedo.

No puedo evitar sonreír ante su acto tan tierno.

    -Te quiero. -Me dice.

Se me para el corazón, creo que es la primera vez que me dice eso desde que estamos juntos.
Adler me besa, y la verdad lo estaba deseando.

    -Yo también te quiero. -Respondo.

    -Recupérate pronto. -Dice.

Asiento y sale por la puerta.

JuntosWhere stories live. Discover now