Capítulo 2

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Nuestra pelirroja se encontraba tomando clases en la universidad nacional de Century, un sitio en donde la mayoría de jóvenes adolescentes se reunían a estudiar y a forjarse para ser alguien en el futuro

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Nuestra pelirroja se encontraba tomando clases en la universidad nacional de Century, un sitio en donde la mayoría de jóvenes adolescentes se reunían a estudiar y a forjarse para ser alguien en el futuro. Un local tan enorme que hasta podrían caber cincuenta mil personas con facilidad.

Había pasado exactamente una semana desde el encuentro con esa persona psicópata en la tienda y en el callejón, Astrid todavía no podía encontrarle una respuesta al por qué el sabía su nombre, ¿lo conocía y ella no se acordaba?, ¿acaso la ha estado siguiendo desde ya hace un tiempo? Preguntas como esas eran las culpables de que la chica no pudiera concentrarse.

Astrid levantó la cabeza del cuaderno que tenía en la mesa y miró hacia la pizarra, al mismo tiempo comprobó que no estaba entendiendo nada de lo que estaba plasmado allí. Suspiró en un escape de frustración y agachó su cabeza nuevamente pero esta vez para recostarla en la mesa, seguido de esto cerró los ojos.

—¿Qué pasa? —interrogó una de sus compañeras de clase más cercanas.

La chica alzó la cabeza nuevamente, abrió un ojo y la observó, su amiga era una persona con mucha energía, difícil de tratar y muy muy parlanchina. Si hablamos de su apariencia física pues era algo normal entre los ciudadanos de Forgot: piel pálida, labios carnosos, ojos oscuros o grises y pelo entre castaño a negro.

Una sonrisa iluminaba la cara de la compañera de Astrid, era algo característico de ella.

—No pasa nada —le restó importancia la pelirroja— Es sólo que tengo sueño.

Y como si fuera su día de suerte, la sala que estaba fundida en un sepulcral silencio estalló en ruidos al escuchar el timbre que daba a entender que la hora del recreo había llegado.

Astrid se levantó con pasos perezosos de su asiento y empezó a recoger sus cosas, Sierra, su compañera, también hizo lo mismo.

Ya cuando habían terminado de guardar todo se dirigieron a la cafetería para pedir algo de comida ya que estaban muy hambrientas.

—¿Qué pedirás tú? —preguntó Astrid a Sierra cuando vio que la chica habia tomado una bandeja.

—Hoy estoy a dieta, así que sólo pediré ensalada.

Astrid asintió hacia el comentario de su amiga y una vez que su comida estuvo lista, empezaron a caminar hacia alguna mesa que estuviera vacía.

La cafetería no estaba tan repleta de gente como usualmente lo estaba, y eso se debía a que seguramente la mayoría de estudiantes estuvieran en la biblioteca o en el patio.

—Este lugar está perfecto —anunció Sierra sentándose en la mesa, Astrid se sentó frente a ella y empezaron a comer.

Mientras Astrid degustaba lo que había pedido, la sensación de que la estaban observando apareció. La chica analizó todo su entorno; las esquinas de la cafetería, la entrada, las mesas, pero no encontró nada y eso le incomodaba.

No te acerques a Uriel [COMPLETA] [Editando]Where stories live. Discover now