Capítulo 8

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—Esta mierda no tiene sentido —confirmó Astrid, frustrada

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—Esta mierda no tiene sentido —confirmó Astrid, frustrada.

Uriel rió por el repentino cambio que había dado la chica y soltó el lapicero que tenía en la mano para luego girarse a la chica.

—Tienes que ser uno con la tarea, si no lo haces la tarea te comerá viva —habló él.

Astrid levantó la vista del cuaderno y lo miró, su pelo revuelto y su cuello alto, su cara y sus facciones que le parecían cada vez más atractivas, sus ojos grises que parecían una tormenta a punto de desatarse.

Con todo y rumores de que es un asesino, hay que admitir que Uriel se veía muy bien.

—No entiendo cómo me hago llamar alumna inteligente si no entiendo esto —se quejó volviendo al cuaderno.

Ambos estaban en el aula de cálculo. Una materia que ambos compartian.

Habían pasado ya varios días desde que Astrid le confesó a Uriel y a Sierra que hay alguien persiguiendola. El chico y ella se habían vuelto más amigos e incluso se ayudaban mutuamente en algunas cosas. Sierra no estaba del todo contenta con esa nueva amistad y por eso se desaparecía cada vez que ambos estaban juntos, pero de vez en cuando  hablaba con Astrid y le contaba cosas que pasaban en su día a día.

Astrid se sentía mal. Sentía que estaba perdiendo una amistad por andar con Uriel. Así que decidió ir a hablar con ella al final del día y decirle que no era buena idea que se separaran por un chico.

Vaya, cuanto drama.

—Astrid —llamó Uriel.

—Dime.

La pelirroja estaba concentrada en el cuaderno que estaba abierto, no miraba al chico y eso le molestaba a Uriel así que tomó la barbilla de Astrid y la obligó a mirarlo.

—Me gusta que me miren a la cara cuando hablo —sonrió el— ¿Tienes planes para mañana? Quiero salir y me parece una buena idea ir contigo.

—¿Ir conmigo? ¿a dónde? —la voz de la chica salió un poco distorsionada debido a la presión que hacía Uriel con los dedos a las mejillas de la chica.

—No lo sé, mañana lo decidimos. ¿Irás? —cuestionó Uriel alejando sus manos de la cara de la chica.

Astrid acarició sus mejillas un rato mientras pensaba su respuesta. Mañana no estaría haciendo nada ya que la tienda cerrará debido a que la Navidad está a la vuelta de la esquina.

¿Que más da?

—Está bien —contestó ella.

—Perfecto, mañana te mando un mensaje para cuadrar la salida.

Uriel se levantó de la mesa y dejó el cuaderno que traía, se lo pasó a Astrid y sonrió.

—Ahí tengo unos apuntes que de seguro te ayudarán —mencionó el caminando hacia la puerta.

No te acerques a Uriel [COMPLETA] [Editando]Where stories live. Discover now