Capítulo 6

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Astrid abrió la puerta de la tienda y el familiar entorno apareció frente a sus ojos

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Astrid abrió la puerta de la tienda y el familiar entorno apareció frente a sus ojos.

Estaba de vuelta en el local en donde había empezado a ganar dinero. Ya era un lunes por la tarde y la chica decidió ir a trabajar.

Entró a la tienda y se encontró con que todo estaba igual a como ella lo dejó, sonrió al darse cuenta de que no tenía que arreglar nada.

Caminó hacia el mostrador y se sentó a esperar que alguien entrara.

La chica se relajó y cerró los ojos por un tiempo, los pensamientos y recuerdos invadieron su mente. También lo que había pasado el sábado.

Su madre, Ninoska Bulter estaba en la cárcel, eso era una realidad. Tenía 15 años de cárcel y apenas llevaba 10, la arrestaron cuando ella tenía apenas 13 años. No pregunten dónde está su papá porque ahora mismo no tiene pensado hablar de él.

Su arresto fué el día 10 de diciembre del año 2015 en pleno invierno y en plena nevada. Vuelvo y repito, no pregunten por qué ya que no tiene pensado hablar de eso ahora.

Sabiendo esto ya se imaginarán por qué la chica odia el invierno. ¿Verdad?

Astrid sintió la brisa que se colaba por las ventanas entrar en su cara y refrescarla, hacía frío afuera pero adentro todo estaba caliente debido a la calefacción del lugar.

La pelirroja abrió los ojos e inmediatamente la puerta también lo hizo, mostrando a Dankev, un cliente de unos 19 años que siempre pasaba por ahí para comprar comida a su gato.

Dankev tenía el característico pelo oscuro de las personas que eran nativas de ese país, sus ojos en vez de ser grises y opacos eran verdes y lleno de una luz inexplicable. Tenía unos lunares en su cara, específicamente en la comisura de los labios. De tez media blanca y morena y como era de esperarse era alto.

—¡Este invierno nos quiere matar a todos! —exclamó este acercándose a la chica con una sonrisa— Hace tanto frío que creo que me puedo congelar sin intentarlo mucho.

—De seguro es porque llevas abrigos de tela, ¡sabes que morirás con eso! —respondió amablemente la chica.

Dankev le dió otra sonrisa características de él y se giró para empezar a buscar el alimento para su mascota.

—¿Cómo está Peter? —preguntó Astrid.

Peter era la mascota de Dankev.

—Está más gordo que una pelota, presiento que si sigue comiendo mucho saldrá rodando —respondió el chico mirando un paquete de croquetas.

Astrid se acercó al pasillo en donde se encontraba Dankev y puso su mano derecha en el hombro del chico, este dejó de mirar el empaque y se dispuso a observar los ojos azules de la chica.

—Hay algo que no entiendo, si está tan gordo como dices, ¿por qué sigues dándole la misma comida siempre? —la curiosidad salía de sus poros— Es como una persona que no quiere entrometerse viendo a su ex pareja pero aún así lo sigue haciendo. Se llama masoquismo.

No te acerques a Uriel [COMPLETA] [Editando]Where stories live. Discover now