No te acerques a Uriel [COMPLETA] [Editando]

Capítulo 25

El calor insoportable de la ciudad de Century hacía que todos los ciudadanos se sintieran irritados.

Era verano y las vacaciones habían empezado, los estudiantes eran vagos y no salían de sus casas, algunos se la pasaban jugando en el centro de juego y otros sólo pasaban por la ciudad.

—Entonces, ¿iremos a la colina? —preguntó Phoebe.

La chica traía un short corto y una blusa de tiros color azul, su pelo negro estaba recogido en una cola de caballo y ligeras gotas de sudor hacían que algunos mechones se pegaran a su frente.

—Si, ahí la brisa es mejor —confesó Uriel.

El chico de quince años llevaba una bermuda y una camisa abierta, debajo traía un T-Shirt blanco. Su pelo negro estaba revuelto ya que Phoebe lo había revuelto diciendo que se veía menos nerd así.

Si comparamos al Uriel de antes con este, había mucha diferencia. Antes el chico era regordete y con baja autoestima, pero ahora que conoció a Phoebe se volvió musculoso y su autoestima subió mucho.

A pesar de que la chica era muy manipuladora, se podía decir que ella había hecho un impacto positivo en la vida del chico. Al igual que el hizo un impacto positivo en la de ella.

Phoebe antes no tenía amigos, la catalogaban como un especie raro debido a su cuerpo sumamente delgado, su pelo ultra negro y sus ojos azules y enormes.

Pero, con la llegada de Uriel, Phoebe hizo un amigo.

—Llegamos —la chica sonrió al sentir la brisa fresca de la colina.

Ambos se acercaron al árbol que estaba en medio y se sentaron allí, sintieron la picosidad del pasto, el olor de las flores y se deleitaron con todas las mariposas que pasaban por ahí.

La vista era perfecta al igual que el ambiente, pasar una tarde así en un día de verano era la fantasía de toda persona.

Uriel se sentía como si estuviera en el cielo, pues estaba con la chica que le gustaba y en un lugar muy lindo y tranquilo.

Mientras más conocía a Phoebe, Uriel se convencía de que ella era la chica más inteligente y hermosa que haya conocido. Su pelo negro y ojos azules la hacían ver como una princesa y que el era su príncipe azul que estaría dispuesto a rescatarla siempre. No le importaba que ella fuera un tanto mezquina, o que al mismo tiempo era una cobarde de mierda.

Su amor por Phoebe era tan grande, que ni siquiera sabía cómo describirlo. El sentía mariposas cuando la veía, se sonrojaba cuando ambos compartian una mirada y no había que olvidar las veces en las que Uriel pensó en besarla y acariciar su cara.

Por eso había aceptado ir a la colina. Como ahí era un lugar muy solo y tranquilo, el chico decidió llevarla ahí e intentar lo que tanto rondaba por su mente.