No te acerques a Uriel [COMPLETA] [Editando]

Capítulo 26

Phoebe Thurner.

Aunque no lo creas, ésta historia no hubiese existido si no fuese por ella, ya que Uriel empezó su plan sólo para encontrarla y por ahí mismo se topó con Astrid.

No sabemos mucho de ella, ¿donde está? ¿que pasó con ella? ¿está viva o muerta?

Físicamente, sabemos que ella es alta, de piel blanca y pelo largo color negro junto con ojos azules. Su sonrisa era como la de un ángel ya que te transmitía paz cada que la veías.

Si hablamos de su personalidad, era algo difícil de explicar.  Phoebe era manipuladora, siempre hacía que Uriel terminara haciendo cosas para ella y a cambio le daba esperanzas de tener una relación amorosa al chico. Ella sentía cosas por Uriel, pero no era algo tan alarmante. Graciosa, coqueta e inteligente, pero dentro de toda esa fachada se encontraba una chica miedosa y asustadiza que se echó para atrás cuando vió lo que Uriel era capaz de hacer.

Phoebe desapareció cuando tenía trece años, nadie sabe por qué. Sólo sabemos que un diez de diciembre del 2015 se reunió con Uriel en un lugar abandonado y más nunca supimos de ella.

¿Está viva? ¿Que pasó en realidad? Eso no lo sabemos, pero estamos seguros de que hoy descubriremos algo.

Para empezar, les diré algo.

Phoebe está más cerca de lo que creen.

—¿Necesitas agua? —Uriel se asomó por el umbral de la puerta.

Astrid alzó la vista desde la cama en la que se encontraba, miró a Uriel por unos segundos y luego lo ignoró.

Ya habían pasado tres días desde que Uriel la secuestró, tres días en los que ella se sentía desesperada y asustada por todo lo que estaba pasando. Por las mañanas Uriel salía de la casa y volvía en la noche, se iba a lugares desconocidos para ella y la dejaba sola. Mientras eso pasaba Astrid se la pasaba investigando la casa ya que Uriel se las arreglaba para que ella no saliera.

En esos tres días, descubrió que la casa en la que estaban era la de Phoebe.

Astrid al principio no se lo creía, estaba más que seguro que Uriel estaba obsesionado con Phoebe y al mismo tiempo estaba obsesionado con Astrid, ese chico tenía sentimientos raros y hacía cosas extrañas. Aveces llegaba cubierto de sangre a la casa y otras veces quería besarla.

Todo era un caos, y todo eso había pasado por culpa de Phoebe.

—Dejame en paz —Astrid habló tras salir de sus pensamientos.

El chico entró a la habitación y cerró la puerta, se acercó a ella y se sentó en la cama. Tomó las manos de Astrid, estas estaban ligeramente cubiertas de sangre.

De inmediato, Uriel recordó las palabras que le dijo cuando estaban en la biblioteca.

Cuando estoy nerviosa, aprieto tanto mis dedos contra las palmas de mi mano que estas terminan manchadas de sangre.