Capítulo 18

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La estación de policía estaba hecha un caos

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La estación de policía estaba hecha un caos.

Era primero de enero del año 2021, exactamente las 1 en punto de la madrugada y el año se había llevado a 5 personas en lo que llevaba.

Cinco personas habían muerto y entre ellas estaba Sierra.

Astrid estaba parada frente al edificio de dos pisos color gris que en grandes letras blancas y negras decía "Estación de policía de Century".

Un guardia pasó por el lado de la chica corriendo con una pistola en manos hacia la puerta de entrada, Astrid miró hacia atrás y se dió cuenta de que era un ladrón que estaba intentando robar algo cerca de ahí.

—¿Qué diablos le pasa a la gente hoy? Es como si estuvieran poseídas —susurró la pelirroja mientras empezaba a caminar hacia la puerta.

El frío de la sala se coló por las manos desnudas de la chica, Astrid tenía un abrigo pero no traía guantes, había salido muy rápido de su casa desde el momento en el que recibió la llamada de Sierra.

—¿Qué desea? —preguntó un oficial que pasaba por ahí.

—Yo... —Astrid maldijo en su interior al no tener una excusa que decir.

El plan de la chica consistía en ir a la estación e intentar buscar información, pero no sabía cómo hacerlo en realidad. Si preguntaba mucho sobre el caso, sería tachada inmediatamente de sospechosa, y si no decía nada también la tomarían como sospechosa.

—Que bueno que llegaste —habló otro policía detrás de ella, específicamente el que le dijo hace unos minutos en el callejón que la iba a llamar— Ven conmigo.

La chica asintió hacia el guardia de ojos grises que se había presentado ahora y antes de seguirlo se despidió del policía de ojos negros.

El pasillo por el que estaba pasando la chica le daba escalofríos, las celdas que utilizaban para las personas que fueron detenidas por un día estaban todas abiertas y un hombre las limpiaba. Los policías entraban y salían de sus oficinas y algunas estaban sentados en un sofá tomando algún tipo de café.

Astrid recordó la última vez que estuvo ahí: un 11 de diciembre del 2015, cuando su madre fué arrestada y ella sólo tenía 13 años.

Sacudió su cabeza, alejando esos pensamientos tristes de su mente. No quería ponerse a llorar en plena estación.

Después de unos minutos caminando, llegaron a una especie de pequeña habitación en donde se encontraba únicamente un escritorio con algunas cosas encima, el guardia se sentó y le pidió a Astrid que también lo hiciera.

—Muy bien —habló el chico mientras buscaba una libreta— ¿Cómo se llama?

—Astrid —comentó esta, por alguna razón se sentía nerviosa— Astrid Bulter.

No te acerques a Uriel [COMPLETA] [Editando]Where stories live. Discover now