Capítulo 23

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Otro trago había caído en la garganta de Uriel

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Otro trago había caído en la garganta de Uriel.

—Mierda —exclamó al sentir el fuego pasando por su cuerpo.

Había estado bebiendo desde que salió del apartamento de Astrid, caminó por un rato y terminó en un bar cerca de ahí.

Uriel estaba mal, la única pista para recuperar a Phoebe estaba en Astrid y ella le dijo que no quería verlo.

Uriel había decidido que el no lo dejaría así, haría lo posible por seguir hablando con ella y todas esas cosas, pero aún así eso no quitaba el hecho de que otra vez había sido rechazado.

Eso había pasado muchas veces.

Con la chica del campamento.

Con Phoebe.

Y ahora, con Astrid.

Uriel se preguntó, ¿que había hecho mal? Si el sólo era una persona que no veía lo mismo que otros, cuando era pequeño todos lo molestaban y el cambió para que dejaran de hacerlo, pero ahora lo acusan de asesino y psicópata.

Vale, era verdad. Uriel era un asesino y un loco, pero eso no quitaba el hecho de que tuviera corazón, aunque no lo parezca.

Uriel dió otro trago del whisky que había pedido, ya llevaba dos botellas y sentía que no les estaban haciendo efecto.

No sabía por qué, pero lágrimas habían empezado a caer de sus ojos, recordar a Astrid entrar al apartamento sin mirarlo lo hizo trasladarse al día en el que Phoebe lo rechazó también.

Era cosa de su imaginación, pero en ese momento Uriel sintió que Astrid y Phoebe eran la misma persona.

Sacudió su cabeza, tenía que dejar de pensar esas estupideces.

—Ya me voy —Uriel se levantó del asiento, pagó y salió del bar.

Sabía para donde iba, pero estaba caminando como si estuviera perdido.

Caminó por las calles llenas de nieve que tenía Century, los ciudadanos lo veían raro, era raro ver a un borracho en plena luz del día.

Al cabo de media hora llegó a su casa, sus abuelos lo saludaron y le pidieron que se quedara un rato con ellos, pero el sólo desistió de la propuesta. Quería estar solo.

Entró a su casa y lo primero que hizo fué ir a vomitar al baño, sus entrañas parecían revolverse y su cabeza daba vueltas.

Vomitó unas cuatro veces, se levantó del piso y salió del baño sin lavarse la boca o la cara. Se tiró en el sofá.

—Que puta vida tan asquerosa —soltó con la voz ronca.

Miró hacia delante, justamente en el sitio en donde estaba la foto de Phoebe y el.

Ambos sonreían a la cámara, el chico recuerda que esa foto fué tomada el último día de clases, su amiga no quería pero al final accedió.

Sonrío con nostalgia mientras pasaba sus dedos por la cara de la chica y la de el, se veían tan felices y sin preocupaciones. Quien diría que medio año después iba desaparecer sin rastro.

No te acerques a Uriel [COMPLETA] [Editando]Where stories live. Discover now