Capítulo 9

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Tras bajar de su nube de éxtasis, ella lo miró totalmente anonadada, sin saber muy bien que decir. Tenía muy claro que este no era su mundo pero había algo de todo esto que la atraía demasiado y la hacía desear más. O quizá no fuera el mundo sino las sensaciones que él le estaba haciendo sentir.

—Quiero verte al final de tu jornada —le hizo saber Christopher, tras besar la mejilla de la rubia se levantó.

—¿Eso que significa?

—Significa que antes de que te vayas te vas a acercar a nuestra mesa, tenemos mucho por delante, Cyara.

Acomoda su saco y sale de la habitación. Cyara se queda durante unos minutos para asimilar todo, su mente es incapaz de pensar en momentos así. El resto de la noche se la pasa sin pensar en ello, al menos intentándolo.

—Cyara, lleva esto a la mesa de los dominantes que acaban de entrar, por favor —pidió Fiammenta entregándole la bandeja con un par de vasos en ella.

Esta caminó a paso firme hasta la mesa y sirvió sus bebidas con total formalidad, sin mirarlos de más ni nada por el estilo, limitándose a hacer su trabajo.

—Espérate un momento, perra —dijo uno de los dominantes allí presentes a la vez que tomaba del brazo de Cyara y la hacía acercarse a él.

—Señor... —aclara su garganta mientras forcejea para liberar su brazo de su agarre.

—No te hagas ahora la dura, ponte de rodillas —ordenó con la voz ronca, su compañero solo miraba la escena sin comentar nada.

—No, suélteme...

La mano del dominante se estrella en el rostro de Cyara, su cara se mueve al ritmo del golpe y mira al hombre como si estuviera loco. ¿Acababa de abofetearla solo por no seguir una orden que no quería seguir?

—¿Qué cojones te pasa? —reclamó, llevando su mano a su labio y notando como sus dedos se manchaban de sangre. Ningún hombre la había golpeado antes y mucho menos por un tema semejante.

—A un dominante no se le habla así, niña —tomó su rostro con brusquedad y la miró desafiante.

—¡Me importa una mierda! —chilló a punto de romperse a llorar.

A su alrededor comenzaron a darse cuenta la situación y empezaron a acercarse a ellos, entre ellos los dueños del club y también alguna camarera que no había pasado eso por alto.

–Tienes dos minutos para abandonar el club —dijo la voz de Joel en dirección al hombre que la sostenía.

—Oh, vamos... —lo miró con sorpresa —. No puedes estar hablando en serio.

—Las agresiones físicas de este tipo no están permitidas en el club —respondió con seriedad—. Un minuto y medio o llamo a seguridad.

—¡Solo estaba enseñándole disciplina a esta niña! —gritó, acto seguido se retiró del lugar con su compañero caminando detrás de él.

El ambiente del club vuelve a la normalidad minutos después de que el dominante abandone el sector. Joel inspecciona a Cyara y se maldice al ver su labio roto y con sangre brotando de el.

—Vamos a curar eso, hermosa —susurró, tomó su mano para guiarla a una de las habitaciones de esa sección. Joel fue rápido en tomar algodón y alcohol para desinfectar la herida—. Esto arderá...

—Lo sé —suspiró la joven, sus ojos se cerraron con fuerza cuando el algodón mojado en alcohol presionó la herida de su labio. Los movimientos de él eran rápidos y delicados, en menos tiempo del esperado terminó su labor.

Oscura tentación Where stories live. Discover now