Capítulo 30

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*Holiwis. Desde aquí te doy una recomendación. Los capítulos están desordenados porque wattpad esta loco, si bb, te recomiendo que los busques. Igual está enumerados beisa. Disfrute no más. *

DOMENICA:

Se escuchó algo ¿Qué es? Es una voz, ah es la de Allan, es muy suave y al mismo tiempo rasposa, me gusta mucho su voz ummm ¿Que estará diciendo? No se escucha nada.

¿Dónde estoy? Espera un momento, estábamos en el campamento  y Nadia... y Nadia... ¡Ash!Todo luce oscuro, mi mente pesa demasiado ¿estoy muerta? No, la muerte no puede ser muy oscura; se supone que es un túnel que al final de todo la luz te atrapa a un deleite.

Uh, aún sigue hablando. Lo puedo escuchar, pero no logró entender lo que dice ¿está balbuceando? 《Qué infantil Allan; así estas bien》

¿Me habla a mí? ¿Qué quería decirme? ¿Esta enojado? O ¿feliz? Hace tiempo que no hablamos. Estas horas de oscuridad, parecen más que eternas pero aquel susurro de suave voz las pasaba volando.

¡Ah! Todo se aclaró, puedo ver lo que sucede. Él está ahí, con el cabello azabache desordenado, y esos ojos azules hermosos tapados por unos lentes que combinan con su cabello, lo quiero tanto. Quiero abrazarlo y aspirar su aroma. El huele a manzana a vecez, aunque nunca se lo he comentado.

Un momento, mi cuerpo no responde. No puedo levantarme, necesito hacerlo. Allan luce deprimido, necesito animarlo un poco ¡¿Por qué no puedo?!

Espera. Esta escribiento ¿Porque lo hace? Sonrio, al parecer ya terminó; se ve algo canzado, tienes unas ojeras muy marcadas y su estado no es lo mejor ¡Oh la carta! ¿La va leer? Exigió que lo lea.

—Allan, ¿qué escribiste?

No me respondió. ¿Acaso no me escucha? No, eso es imposible, lo puedo ver aquí, esta demasiado cerca para que no me haiga escuchado, no hay lógica.

—¡Allan, Allan! ¡¿Me escuchas?!
—No dijo nada, intente levantarme, pero no pude. Mi cuerpo sigue sin responder.

¿Qué está sucediendo? ¿Estoy muerta? No. Como si quisiera ayudarme agarro mi mano con demasiada delicadeza, puedo sentir calor entre ambas. Su mirada es dulce, quiero besarlo otra vez, ahora que puedo hacerlo, quiero aprovechar  y saborear los.

En este instante este momento que era tan confuso nuestras miradas se conectaron. Su pupila dilatante carecía de ese brillo azul que solía tener. Era perfecto, quería capturar esto, guardarlas en el fondo de un cajón y atesorar lo, porque era tan perfecto para mi este momento.

—Domenica Espinosa, —dijo mi nombre. Va leer la carta ¡Si! La escribió para mi, aún sigue pensando en mi.

—Aquí estoy Allan, justo a lado de ti.

—Domenica —soltó un suspiro relamiendo su labio.

—¡Vamos, léelo! Me matas de la intriga, Allan.

Hizo una mueca. Trago en seco para luego continuar.

—Te amo, desde lo quince ¿es tan poco tiempo? No lo sé, pero me apetece averiguar lo, ya sea con cualquier etiqueta que tengamos, igual seré feliz, ya que el pequeño fino rayo de luz estará a mi lado. Tú, eres tú.

¿Y si te digo que te extraño? [EN REVISIÓN]Where stories live. Discover now