2. xxvi. just the beginning of the nightmare

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SOLO EL COMIENZO DE LA PESADILLA

—¿ENSERIO ESTO ERA NECESARIO? —BUFABA RON SIENDO ARRASTRADO POR VENUS HACIA LA LECHUCERIA

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—¿ENSERIO ESTO ERA NECESARIO? —BUFABA RON SIENDO ARRASTRADO POR VENUS HACIA LA LECHUCERIA.

Si mal no recuerdo —dijo volteando hacia Ron, pero sin dejar de caminar—, fuiste tú quien quería pasar el día conmigo.

—Pero sentados en algún sitio comiendo, he comprado un montón de dulces en Honeydukes —espetó bufando.

—Eres un guardián, Ronald Weasley. ¿Dónde está tu resistencia? Solo estamos subiendo una cuesta —se burló la rubia tomándolo de la muñeca y aligerando su paso.

Ron había ido a la mesa Slytherin para proponerle pasar el día juntos, y aunque Draco pataleó como un bebe, Venus aceptó gustosa el plan del pelirrojo.

No había nada planeado en realidad para hacer así que solo andaban y reían por el castillo, hasta que Venus se le ocurrió escribirle una carta a Remus.

—Después iremos al Lago Negro a comer dulces —dijo divertida Venus—. Pero hace mucho que no le mandó una señal de vida a Remi, seguro que tiene que estar pensando que me he olvidado de él.

Había estado intentado aparentar que todo estaba bien después de su reunión con Dumbledore, pero ciertamente se le hacía duro hablar con Remus sin poder hacerle todas las preguntas que revoloteaban por su mente.

Él sabía toda la verdad, mejor que nadie sin duda. Pero le había jurado al director que no diría nada hasta llegado el momento, y por muy mal que le cayera el hombre, así lo haría.

Estaban a punto de entrar a la torre cuando escucharon unos gritos. Tanto Venus como Ron compartieron una mirada curiosa antes de asomarse disimuladamente por la esquina.

Delante de ellos se encontraba un chico de Ravenclaw, muy alto y corpulento. Tenía el pelo negro como el carbón, y la piel levemente bronceada. Tenía el celo fruncido y empujaba al niño que había enfrente de él con diversión. Pero lo que menos le gusto a Venus era su actitud de superioridad ni mucho la forma despótica a la que le hablaba al menor.

Era un chico menudo, probablemente de primer año y de Hufflepuff. Estaba encogido en su sitio y con las lágrimas saltadas. Tan blanco, tan asustado, que a Venus le recordó un corderito en el matadero.

Y con todo el valor que no sabe que tenía, como si fuera una Gryffindor, dio un paso hacia delante.

—¿Qué se supone que está pasando aquí? —su voz era seria y autoritaria.

Se sorprendió así misma intentáis intimidar al chico Ravenclaw. Este la miró de arriba abajo con burla.

—Nada qué te interese, asquerosa serpiente —escupió mirando con odia a la rubia.

DEMONS, draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora