| ᴀᴜ ᴇsᴄᴏʟᴀʀᴇs | ʀᴏᴍᴀɴᴄᴇ ᴘsɪᴄᴏʟóɢɪᴄᴏ |
❝ La enfermedad del amor existe, consiste en intensos sentimientos y la necesidad de ser correspondido por esa otra persona. Llegando al punto donde el paciente pierde la noción de individualismo... si es que a...
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❝ En el fondo de nuestras mentes escuchamos el diablo que está en nuestro oído.❞
Neffex | Fear
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La realidad de Kaminari Denki cae en pedazos, carente de sonidos y colores, con atisbos de aromas y sabores. Todo junto a pequeños fragmentos de un rompecabezas que caen en su lugar hasta que puede recuperar la lucidez.
En ese momento estaba tirado en la cama de su dormitorio con nada más que ropa interior.
Le palpita la cabeza y el olor de alcohol, marihuana y sexo estaba impregnado en su cuerpo. Cualquiera creería que ha estado dormido durante días; algunas cajas de pizza en la pequeña mesa junto a su cama y el sabor rancio en su boca se lo afirman. Sin mencionar que su cerebro padece los estragos de aquellas noches desorientadas provocando que se tambaleara hacia adelante con una oleada de confusión solo para volver a quedar en blanco segundos después y sentarse en el mismo lugar.
No recuerda bien los últimos acontecimientos, solo tiene la certeza de que está en su casa y que conoce a la persona dormida a su lado que se aferra a su cintura.
Pasando una mano por su cabello enmarañado, Kaminari mira hacia un costado de la habitación solo para encontrar que el resto de sus amigos no estaban a la vista, de seguro se fueron a la clases, pese a que la noche anterior estaban en el mismo estado que él, y pareciera que el mismo Denki no se diera cuenta de su apariencia desastrosa. Vagamente, recuerda que Kirishima dijo algo sobre la necesidad de un tiempo a solas, era complicado saber qué tanto de sus recuerdos eran reales o exageraciones de su mente. Todos eran remembranzas vagas porque también cree haber escuchado a Ashido decir que iba a dar una vuelta a las tres de la mañana con el resto de sus amigos y a Jirō irse de la casa para estar con una chica que no recuerda el nombre, para el rubio todo era como un sueño confuso e inconexo.
Hasta que alguien golpea la puerta y Kaminari gira su cabeza hacia el sonido tan rápido que todos los huesos de su cuello estallan en protesta. Decide ignorar a la persona que llama en la entrada, con la esperanza de volver a dormirse al lado del chico en su cama, pero vuelve a sonar el golpeteo, y se ve obligado a levantarse con los ojos muy abiertos, todavía en ropa interior, cuando el invitado se anuncia a sí mismo como un oficial de policía y es entonces cuando al rubio se le encoge el estómago de terror.
No puede recordar nada de los últimos días donde decidió ignorar al mundo con sus amigos, entonces, ¿Por qué hay un oficial de policía en su puerta? ¿Qué pasó? O mejor dicho... ¿Qué hicieron él o sus amigos?
Debido al incesante ruido se ve en la obligación de salir de la cama, antes de levantarse deja en su lugar un enorme peluche de oso que su acompañante abraza para luego seguir durmiendo. Besa su mejilla con rapidez y sale del cuarto, cuando llega a la entrada finalmente abre la puerta, Kaminari está seguro de que luce como un completo desastre parado allí, casi desnudo, sucio y temblando como una hoja.
