Capitulo 40

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Regina llegó temprano a su trabajo, atendió las personas que había movido un par de días antes, mientras Daniel desayunaba con Gabriel.

Gabriel: que loco, tuviste el chance de decirle la verdad y te callaste, que débil eres amigo.

Daniel: un burro hablando de orejas, al menos yo caí en los encantos de la mujer que amo y no de cualquier escoba con faldas que veo.

Gabriel: uy eso si dolió... mira me parece bien que ya estés decidido a pedirle que se case contigo, pero vas a esperar que ya sea tu esposa para decirle?

Daniel: no lo sé, Regina me contó lo que pasó aquella noche en el antro, la golpiza que le dio su ex novio, sé que le costó recordarlo, no quiero lastimarla más.

Gabriel: más la vas a lastimar si esperas a que pase más tiempo, se sentirá engañada.

Daniel: y si le doy la noticia después de convertirla en mi esposa? No sé, así podría darle mi apellido a Miranda, ya casados podría quizá entenderme.

Gabriel: y también le dirías las intenciones con las que llegaste a la constructora de su padre?

Daniel: le diré toda la verdad.

Gabriel: lo que quieres es asegurarla a tu lado para cuando le sueltes la bomba?

Daniel: tal vez.

Gabriel: ella podría dejarte igual, mira Daniel sé que no soy el más indicado en decirte esto, pero sé lo mucho que la amas, y debes pensar con cabeza fría este asunto, no sólo con el corazón, como sea que vayas a decirle las cosas es seguro que se va a enojar.

Daniel: entiende que no quiero perderla, a ella y mi hija.

Gabriel: te entiendo, pero no te dejes llevar de ese miedo, ponte en su lugar, debo irme, tengo que atender un asunto importante de la clínica.

Daniel se quedó solo, pensando en que hacer, estaba lleno de dudas, pero de algo si estaba seguro, no esperaría más tiempo para pedirle a Regina que se casara con él; así que hizo un par de llamadas , no quería esperar más.

Ariel: buenos días! Ya llegó mi hija?

Secretaria: sí señor, hace un buen rato, pero está ocupada en una reunión.

Ariel: cuando salgan las personas de su oficina dile que vaya a la mía.

Secretaria: como usted diga.

Daniel entraba en ese momento a la constructora.

Daniel: buenos días.

Ariel: Buenos días, que bueno que te veo, ven conmigo.

Daniel estaba algo extrañado, lo siguió algo confundido.

Ariel: cierra la puerta, y siéntate.

Hubo un largo silencio...

Ariel: Daniel, cuáles son tus intensiones con Regina?

Daniel: mis, mis intenciones?

Ariel: si, que esperas de la relación que llevas con ella.

Daniel: la verdad es que yo amo a su hija.

Ariel: tanto como para pasar tu vida a su lado?

Daniel: si señor! Por supuesto, Regina, es la mujer de mi vida y nada me haría más feliz que eso.

Ariel: eres consciente de que es madre soltera y que mi nieta está primero que todo?

Daniel: sí, claro, además quiero a Miranda como si fuera mi propia hija.

EL GIRO DE LA VENGANZAWhere stories live. Discover now