Capitulo 50

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Alan: temí que no los recibieras, por eso vine a confirmarlo personalmente.

Regina: recuerdas lo que te dije hace unos días?

Alan: de que hablas?

Regina: te dije que no quería volver a verte.

Alan: sé que sigues enojada por lo que pasó hace años, pero necesito tu perdón, estoy dispuesto a...

Regina: ¡ya basta! De qué manera tengo que hacerte entender que no quiero tenerte cerca y si querías mi perdón ya lo tienes, toma esto.

Alan: son tuyas, sé que recibiste las de ayer, acepta también las de hoy, son una muestra de mi gran amor por ti.

Regina: las de ayer las tiré a la basura, y haré lo mismo con esto si no te las llevas.

Alan: pero Regina, son tus rosas favoritas, además traen los chocolates que tanto te gustan.

Regina: ves a este hombre?

Dijo mientras señalaba a Daniel.

Alan asintió con la cabeza.

Alan: que pasa con él?

Regina: es mi prometido, el amor de mi vida y el único de quién quiero recibir flores.

Alan: no puedes estar hablando en serio.

Regina: por supuesto que estoy hablando en serio, entiende de una vez por todas que ya hice mi vida, dejé mi pasado atrás y eso te incluye, por eso no me interesa nada de lo que tenga que ver contigo.

Alan: nadie podrá amarte como yo, estoy dispuesto a todo por ti.

Regina: Quién ama no miente ni lastima como lo hiciste tú, tómalas. Insistió Regina.

Aquella última frase retumbó en la cabeza de Daniel, quién apenas y tragó saliva un poco nervioso.

Daniel: ya la escuchaste.

Alan: ¡tú, no te metas!

Daniel: todo lo que tenga que ver con mi prometida es conmigo, así que toma esa caja y llévatela antes de que llame a seguridad para que te saquen a patadas.

Alan: Regina no lo permitirá.

Regina: por supuesto que sí, solo quiero que me dejes en paz, mi amor llámalos.

Daniel tomó su teléfono.

"Daniel: por favor manda refuerzos de seguridad a la entrada de la constructora, necesito que saquen a un hombre que está dando problemas"

Al ver esto, Alan tomó la caja y se fue.

Regina: tienes alguna duda?

Daniel: no, mi amor.

Regina y Daniel se abrazaron, Alan corrió hasta su auto ahora furioso.

Alan: ¿casarse? Como es posible que vaya a casarse con otro, nadie la va a mar tanto como yo, que la espere todos estos años, yo que puedo darle todo lo que le ha faltado estos años, es más estoy dispuesto a darle mi apellido a su hijo.

Regina: vamos a mi oficina, la organizadora de bodas está por llegar.

Se tomaron de la mano y subieron al elevador muy cariñosos.

Alan condujo de regreso hacia su trabajo, sabía que debía cambiar su táctica de conquista con Regina.

Arturo veía una fotografía que guardaba de Regina.

Arturo: siempre fuiste tan hermosa, con una cara de ángel, pero me pregunto por que me engañaste de esa manera? Siempre te amé, no sé como reaccionaría si vuelvo a verte, que ha sido de tu vida Regina?

EL GIRO DE LA VENGANZAWhere stories live. Discover now