Capitulo 86

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Sofia: no puedo creerlo, estas de parte de Daniel.

Lorenza: no estoy de parte de nadie, solo veo el sufrimiento de Miranda y el de Regina, ambas no han parado de llorar, si al menos te hubieras callado, esto no estaría pasando.

Sofia: ¡no!, me niego a que me culpes por algo que Daniel no supo manejar.

Lorenza: tu lo has dicho "Daniel"; era su responsabilidad hablar eso con tu hermana, tu no tenías por qué meterte y mucho menos arruinarles su luna de miel.

Sofia: ¿es verdad que Miranda no quiere vivir con Regina?

Lorenza: si, es verdad, la niña esta desecha, la culpa de no querer estar con su papá.

Sofia: valiente padre el que tiene.

Lorenza: no eres quien para juzgar a los demás, si tu no has sabido darle a Gabriel su lugar como padre del hijo no esperes que tu hermana actúe igual.

Sofia: yo solo quiero lo mejor para ella.

Lorenza: ¿y lo mejor para ella es sufrir por algo que pudo evitarse?

Sofia: Tarde o temprano se iba a enterar mamá.

Lorenza: si, pero no de la forma en que tu soltaste todo, Sofia, te creí una mujer madura, pero me has decepcionado profundamente; te advierto, si no tratas de reivindicar esto olvídate de ir a la casa por que por mi parte no serás bien recibida.

Sofia: pero mamá, eres muy injusta.

Lorenza: por primera vez en la vida asume tu culpa, así como separaste a tu hermana del amor de su vida y padre de su hija ahora tu deber es enmendar las cosas entre ellos, eso era lo que quería decirte.

Lorenza se fue sin despedirse de su hija.

Gabriel: ¿me pregunto si por fin alcanzas a entender la magnitud del daño que hiciste?

Sofia: ¡vete al demonio!

Gabriel: bien, solo espero que nuestro hijo si sea una persona prudente.

Gabriel salió del consultorio después de pronunciar esa frase sarcástica.

Regina guardo el sobre en su bolsa y se dirigió a la oficina de su padre.

Ariel: ¡hijita! No pensé que vinieras hoy.

Regina: necesitaba ocupar mi mente en algo, estoy cansada de llorar.

Ariel: haces bien, por Daniel no te preocupes esta mañana lo despedí.

Regina: ¿ qué hiciste qué?

Ariel: después de lo ocurrido no iba a permitir que siguiera trabajando con nosotros.

Regina: ¿y que te dijo?

Ariel: no lo deje hablar, aunque el muy sinvergüenza no se fue sin antes decir que va a luchar por ti y mi nieta.

Regina: ¿de verdad te dijo eso? - Sus ojos se iluminaron-

Ariel: si, pero no te preocupes, puedo buscar la orden de un juez para impedir que se acerque a ustedes.

Regina: ¡no papá! te suplico que no hagas nada, Miranda esta muy enojada conmigo y no quiero que las cosas se pongan peor.

Ariel: ¿Qué quieres hacer entonces?

Regina: deja que yo me encargue.

Ariel: pero ¿Cómo? no puedes pensar con sensatez.

Regina: ¡Miranda es mi hija y solo yo puedo decidir sobre su vida!

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