Capitulo 49

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Daniel: me dijiste que no volverías a tener contacto con él.

Regina: te dije la verdad, le dejé claro que no quería volver a verlo.

Daniel: y entonces como sabe dónde trabajas?

Regina: espera, tranquilízate! mi padre tiene la constructora desde hace años, hice mis prácticas de la universidad aquí mismo, es conocida por todos en toda la ciudad, incluyendo a Alan.

Secretaria: disculpe ingeniero, pensé que eran suyas, de verdad no quise ocasionar un problema entre ustedes.

Regina: no te preocupes, no pasa nada, puedes retirarte.

La secretaria se puso de pie y cuando iba de salida, Regina la detuvo.

Regina: espera, por favor llévatelas.

Secretaria: pero arquitecta.

Regina: tíralas a la basura, regálalas en la calle, has lo que quieras pero las quiero fuera de la constructora, entendido?

Secretaria: si, como usted diga, permiso.

Tras irse la secretaria Regina rompió la tarjeta y la tiró al bote de la basura.

Regina: ya te expliqué que Alan no me importa.

Daniel: pero se atrevió a enviarte tus flores favoritas.

Regina: y que con eso? A mí no me interesa, Alan ha estado enamorado de mí desde hace tiempo, por años me hizo regalos que yo ingenuamente acepté creyendo que era por nuestra amistad pero ahora no me interesan.

Daniel: por qué ?

Regina: porque solo quiero recibirlos del hombre que amo.

Regina se acercó y lo tomó de su corbata para besarlo apasionadamente.

Alan regresó a su departamento, sin dejar de lado su teléfono, esperaba que este sonara en cualquier momento.

Alan: a esta hora Regina ya debe tener las flores en sus manos, pero por qué no me llama?

Regina y Daniel olvidaron la pequeña discusión y salieron muy agarraditos de la mano de la constructora.

Alan llamò a la florería para verificar la entrega de las flores.

Si señor, las flores fueron recibidas en la constructora, de hecho tengo en mis manos la firma de recibido... dijo al otro lado de la línea la dueña de la florería.

Alan: y esa firma es de Regina Rivera?

No señor... bueno.. bueno.

Alan colgó el teléfono.

Alan: no comprendo, a estas alturas esas flores ya deben estar en sus manos, le dejé mi teléfono para que habláramos más calmadamente, espero tener mejor suerte mañana.

Mientras tanto en el departamento de Regina.

Regina: este es acta de nacimiento de Miranda.

Daniel: perfecto la dejaré con el notario.

Regina: necesitas algo más?

Daniel: tu registro civil.

Regina: creo que tengo una copia en esta carpeta, bien, aquí esta.

Daniel: gracias mi vida.

Regina: soy yo quién debe darte las gracias por lo que estás haciendo, Miranda se podrá muy feliz cuando sepa que serás oficialmente su padre.

Daniel: en realidad soy su padre, es decir me siento como tal, aunque todavía no esté escrito en un papel.

Regina: cada día me enamoro más de ti.

EL GIRO DE LA VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora