Capitulo 85

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Daniel: señor, le debo una explicación.

Ariel: no es necesario, ya lo sé todo, me defraudaste Daniel, confié en ti,  te entregué a mi hija, a mi nieta, prometiste hacerlas feliz y no lo cumpliste.

Daniel: yo amo a Regina y a Miranda más a que mi propia vida.

Ariel: si eso fuera cierto no le habrías roto el corazón a Regina

Daniel: yo iba a decirle toda la verdad se lo juro, pero..

Ariel: no tuviste los pantalones para hacerlo.

Daniel: su hija Sofia se me adelanto.

Ariel: ¿insinúas que esto es culpa de ella?

Daniel: solo digo que si Regina se hubiera enterado por mi las cosas no se habrían complicado tanto, mi hija está sufriendo.

Ariel: lo sé y por ella no voy a tomar represalias en tu contra, solo quiero que firmes tu renuncia y te largues ahora mismo de la constructora.

Daniel: si eso es lo que quiere está bien, pero que le quede claro que voy a luchar por la mujer que amo y por mi hija.

Ariel: eso lo veremos.

Ariel: aquí tienes tu carta de renuncia y tu liquidación conforme a la ley.

Ariel le paso de mala gana su renuncia, Daniel firmo, recibió el cheque y se fue.

Ariel: ¡miserable!

Regina: tú no me puedes hacerme esto Miranda, tu debes vivir conmigo, soy tu madre.

Miranda: si, pero yo quiero vivir contigo y mi papá, como una familia, así como mis compañeras del kínder, pero como están separados prefiero vivir con mis abuelitos.

Regina: Miranda, tú eres lo que yo más amo en la vida, no puedo estar sin ti.

Miranda: yo te quiero mucho pero también a mi papito, sé que te enojaste con él y no quieres perdonarlo y por eso no podemos estar juntos, si lo perdonas me voy contigo.

Regina: no me pidas eso.

Miranda se dio la vuelta muy molesta.

Miranda: entonces me quedo aquí.

Daniel recogía sus cosas de su oficina para meterlas dentro de una caja de cartón.

Recepcionista: me dijo el arquitecto Rivera que me quedara al pendiente mientras usted se iba, no sé qué paso, pero siento mucho que ya no vaya a trabajar con nosotros.

Daniel: gracias.

Recepcionista: ¿necesita algo?

Daniel: nada, gracias, ya terminé, si quiere puede revisar para que compruebe que no me llevo nada que no sea mío.

Recepcionista: usted es un buen hombre, no tengo porque dudar de su honestidad.

Daniel: bien, entonces me retiro.

Recepcionista: que le vaya bien.

Daniel iba hacia la puerta cuando se dio la vuelta.

Daniel: ¿puedo pedirle un último favor?

Recepcionista: el que quiera ingeniero.

Daniel sacó de su chamarra un sobre blanco.

Recepcionista: entréguele esto a Regina, y dígale que la amo.

La recepcionista se sorprendió muchísimo, así que no dudo, recibió el sobre y lo guardo disimuladamente, Daniel salió de la oficina.

Recepcionista: ¿pues que habrá pasado?...

EL GIRO DE LA VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora