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El aire estaba pesado entre los miembros de la legión de reconocimiento, el miedo de morir y la necesidad de cumplir su misión era lo único que lograba mantenerlos cuerdos

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El aire estaba pesado entre los miembros de la legión de reconocimiento, el miedo de morir y la necesidad de cumplir su misión era lo único que lograba mantenerlos cuerdos. Avanzaban a paso acelerado, intentando alcanzar a la única esperanza que la humanidad poseía en esos momentos, y eso era nada menos que un adolescente de quince años que podía transformarse en titan.

Evie sintió un enorme nudo en la garganta a medida que su caballo avanzaba. Iba junto a su padre biológico, sin necesidad alguna de abandonar su puesto, quizá por miedo a perderlo o porque se creía la única capaz de cumplir el lugar de protector que tanto sabía llenar Levi. Había intentado ignorar que sus compañeros se adentraron al bosque lleno de árboles, pues solo quería estar junto a su padre el máximo tiempo posible.

Pero de pronto vió un enorme titan saliendo entre todo ese conjunto de vegetación. Era Reiner, no, no era Reiner, era el titan acorazado, el mismo que había acabado con la vida de tantas personas gracias a sus acciones, ese no era el Reiner Braun que había amado y adorado, debía hacerse la cabeza con ello.

—¡Me adelantaré, es algo que tengo que hacer, pídele perdón a papá si no vuelvo, por favor!.-Gritó la azabache, sin importarle la respuesta que podría darle su padre, después de todo sus compañeros habían desobedecido esas mismas órdenes y quizá se libraría luego de ello con una pequeña reprimenda.

Aceleró a su caballo, bastante segura que podría alcanzarlos. El titan acorazado no era tan rápido como otros titanes y eso le estaba dando una enorme ventaja a la azabache que intentaba no caer de su caballo debido a la rapidez que le obligó a adquirir. Tenía que suprimir sus sentimientos lo máximo posible, no debía verse débil o frágil, sólo tenía que recuperar a Eren para enorgullecer a sus padre.

Con esa idea en la cabeza abandonó su vehículo y usó el equipo de maniobras para llegar hasta el cuello del maldito titan acorazado. Allí mismo estaban Sasha, Connie, Mikasa, Armin y Jean, intentando convencer al castaño de gran altura que soltara al Jeager, pero el titan acorazado no dejaba de cubrirlo con una de sus manos, poniendo una barrera entre la legión y ellos.

—¡Eren, no forcejees!.-Gritó Bertolt desde el interior de la protección que Reiner le estaba brindando, dando a entender que Eren era lo suficientemente cabeza dura como para no dejar de pelear hasta el último momento.

Evie lanzó una sonrisa amarga ante esa situación, ella siempre tuvo que lidiar con el temperamento tan conflictivo de Eren, después de todo eran rivales y disfrutaban de atacarme cada vez que se veían, pero en ese mismo momento deseaban sacar al castaño de ahí y que nunca volviera a cruzarse con esos traidores que hicieron todo eso para secuestrarlo.

—Es bastante imbécil. ¿Verdad?. Es por eso que me saca de quicio muchas veces, pero vamos, sal de ahí, necesitamos hablar, Bertolt.-Exclamó, intentando convencer al nombrado, era obvio que ella no sentía esas palabras, nunca negociaria con asesinos, pero debía lograr que dejarán libre al muchacho de ojos verdes.

Red swan; Reiner Braun. [#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora