Red swan; Reiner Braun. [#1]

10.

Los días habían pasado demasiado rápido desde el momento que llegaron a ese lugar. Fueron tres años completos llenos de sangre, sudor, lágrimas y entrega, todo esto para llegar al lugar dónde se encontraban en ese momento.

Graduándose del entrenamiento militar.

El pecho de Evie se infló, llenó de orgullo por llegar a ese lugar en el que nunca pensó en estar. Y es que le parecía totalmente imposible llegar a entrar a los diez mejores puntajes de la tropa 104, pero al parecer sus instructores no estaban de acuerdo con los pensamientos de la azabache.

Había entrado en el puesto número siete, justo en medio de Connie y Jean. Eso la llenaba de entusiasmo, no podía creer que había superado a casi todos los miembros de su tropa, sólo habían seis cadetes que eran mejor que ella, eso era algo tan tranquilizante que pudo respirar con normalidad sólo cuándo los superiores dejaron salir su nombre luego del de Connie.

Una bonita sonrisa partió sus labios mientras se acercaba un poco del alcohol que habían robado algunos de sus compañeros. Después de todo esa noche era perfecta para festejar, y ella se sentía la protagonista de su historia, alguien imparable que se nunca dejaría pisotear por nada ni por nadie.

Vió como Marco, un azabache pecoso con el cuál Evie se llevaba bastante bien, tomaba un trago largo de su vaso con una expresión llena de pena. Pobrecito, él quería llegar a la policía militar, pero no había logrado ingresar a los diez mejores, eso le daba un poco de tristeza a la azabache que palmeaba la espalda ajena con empatia.

Jean ya se encontraba maldiciendo en voz baja por haber quedado por debajo del "imbécil de Jaeger" como ambos mejores amigos le decían al chico de cabellos castaños y ojos verdes. Pero Evie no lo detuvo cuándo hacía su desquite, después de todo estás serían de las últimas veces que disfrutaría junto con su mejor amigo, no quería regañarlo.

Y es que ella seguía con la idea de ir a la legión de reconocimiento pese a lograr entrar a los mejores de su generación. Nunca aspiró a conseguir ese lugar, solo quería avanzar para enorgullecer a su padre adoptivo, y aunque lo haya adquirido no cambiaría su mentalidad.

Dejó el vaso sobre la mesa y se levantó de su asiento dispuesta a felicitar a Reiner por llegar al segundo lugar, pero cuándo estuvo a mitad de camino comenzó a escuchar los parloteos de Eren Jaeger, y se frenó en seco.

Ese imbécil no decía cosas erróneas, sólo que la manera tan pedante que tenía de soltarlas lograba hacer que la sangre dentro de Evie hirviese. Sólo quería que ese maldito imbécil reciba una lección, y conocía a la gente de la legión lo suficiente para saber que la tendría allí dentro. Se mordió la lengua para no comenzar otra pelea idiota con ese chico y simplemente salió de la sala dónde todos estaban festejando. Necesitaba un poco de aire fresco para no querer golpear a nadie allí dentro.

Apenas sintió el viento bañar su rostro pudo respirar con tranquilidad y dejar salir una pequeña sonrisa, recordandose que nunca más debía tomar alcohol en las cantidades que había consumido con sus compañeros. Sus cabellos ondulados estaban sueltos y eso provocaba que le hicieran un poco de cosquillas cuándo se estrellaban contra su rostro.