Red swan; Reiner Braun. [#1]

16.

El aire se sentía bastante pesado dentro de ese enorme tribunal dónde civiles y soldados se encontraban esperando el veredicto sobre el futuro de Eren Jaeger.

Evie se sentía demasiado abrumada con todas esas sensaciones que estaba viviendo en ese momento. Sentía la presencia de Mikasa y Armin a su lado, percatandose de toda la angustia que estaban sintiendo sus compañeros e intentaba ponerse en su lugar, rogaba que nada le ocurriese a Eren.

Pese a todo lo que le desagradaba el castaño no le deseaba ningún tipo de mal, necesitaba que él sobreviviera, pero no sólo por la vida de su compañero, si no que también deseaba que la custodia del menor estuviese en manos de la legión de reconocimiento, era la única manera de poder beneficiar a su padre y a Erwin.

Hablando del rubio, él se encontraba en uno de las gradas frente a Evie y no dejaba de darle miradas tranquilas que podían aplacar un poco todo el mar de sentimientos que se ponían en juego. A la azabache le sorprendía bastante como ambos podían comprender las miradas del otro, pero lo relacionó con el tiempo en el que se conocían y la relación que el rubio tenía con su padre adoptivo.

Se mordisqueó el labio mientras escuchaba como discutían sobre la vida de Eren como si fuese un simple monstruo y no un humano que luchaba por la humanidad. Si bien existían muchas diferencias entre él y la azabache, ella sabía muy bien que tipo de persona era su compañero. Estaba bastante segura que lo único que deseaba Eren era el exterminio de los titanes.

Por esa razón tragó con fuerza cuándo el comandante de la policía militar acusó al castaño de lastimar a Mikasa. Ella no negó la acusación, pero casi al instante defendió a su hermano adoptivo, vociferando que que él la había salvado dos veces transformado en titan, pero eso no fue suficiente para conformar al hombre que la miraba con escepticismo.

—Esas declaraciones son muy personales, Mikasa Ackerman es su hermana adoptiva. Y hemos descubierto que ambos asesinaron a dos sospechosos de secuestro cuándo tenían sólo nueve años.

Evie abrió los ojos como platos ante esa afirmación y su mirada fue directamente a la sorprendida Ackerman que estaba a un segundo de comenzar a temblar como una niña pequeña. Justo en ese instante un enorme instinto de protegerla brotó de Evie, nadie iba a lastimar a sus estúpidos compañeros mientras ella viva.

—Quisiera tomar la palabra, señor.-Pidió totalmente segura de sus palabras, colocando su puño sobre su pecho demostrando respeto hacia sus superiores.

Todas las miradas se colocaron sobre la diminuta muchacha que no dejaba de mirar al frente, intentando no dejarse intimidar por todas las personas que estaban a su alrededor. Levi intentó encontrar la mirada de su hija, esperando que supiera con que se estaba enfrentando en ese segundo.

—¿Y usted es?.-Preguntó el comandante de la policía militar, impactado por el rostro de esa niña que nunca había visto en su vida.

Pero sabía muy bien a quién le recordaba. Esa nariz, esa boca, esa postura, los sentimientos que trasmitía esa mirada, todos eran exactamente iguales a los de Margoth Langer, una prostituta que Nile conocía bastante bien, pero que hace más de diecisiete años había desaparecido del muro Rose y nadie sabía exactamente dónde se encontraba.