Red swan; Reiner Braun. [#1]

14.

Todo había ocurrido demasiado rápido para ser real.

El comandante Pixis había llegado para poner orden entre los miembros de las tropas estacionarias y se alguna u otra manera terminó planeando una solución dónde debían utilizar a Eren para cerrar el gigantesco hueco que el titan colosal hizo en el momento que apareció. Muchos soldados habían abandonado el campo de batalla al escuchar las palabras de su comandante, pero Evie y todos sus compañeros no bajaron los brazos, siguieron allí, con el valor a flor de piel.

Y allí estaba, en pleno territorio de titanes, intentando distraer a esos horribles seres mientras Eren sellaba la puerta de entrada siendo acompañada por Jean, Connie, Annie y otros soldados que prácticamente estaban a su cargo ya que un superior se lo había indicado.

—¡Escuadrón Langer, suban al muro!.

Gritó el veterano que los acompañaba, ellos simplemente asintieron ántes de usar sus equipos de maniobras para pasar entre esos gigantescos seres que buscaban comerlos.

Llegaron al muro, pero casi al instante Evie se percató de algo y es que eran menos personas de las que había en el pequeño escuadrón. Comenzó a contarlos y recordar los nombres de quiénes estaban junto a ella, pero de un segundo a otro recordó que la persona más importante para ella en ese escuadrón no estaba por ningún lado.

—¡¿Jean no estaba contigo, Connie?!.-Preguntó al borde de la histeria y el nombrado se puso de la misma manera cuándo se dió cuenta que su amigo no estaba con ellos.

—¡Ahí está!.

Señaló el muchacho calvo mientras señalaba un pequeño punto en entre los edificios del distrito de Trost. Evie intentó enfocar la vista y no tardó en percatarse qué allí estaba su mejor amigo, escapando de titanes, pero sin utilizar su equipo de maniobras, eso la hizo dudar un segundo.

—No está usando su equipo de maniobras.-Murmuró pensativa y algo asustada por lo que estaba observando, si no usaba le equipo de maniobras allí abajo podría acabar siendo comida de titanes.

—No me digas... ¡¿Está roto?!.

Ante las palabras del Springer una oleada de terror puro inundó el corazón de la azabache y sus ojos se abrieron con horror. No podía siquiera pensar en perder a alguien más de sus seres queridos por culpa de esos horribles seres y menos al chico que quería casi como un hermano.

—Mierda, mierda, mierda.-Murmuró para ella misma a la par que pensaba sobre cómo debía actuar.

Pero no esperó a que una idea brote de su cabeza, simplemente tomó su propio equipo y salió disparada hacia dónde se encontraba su mejor amigo dispuesta a salvarlo o perecer en el intento ante la mirada estupefacta de sus compañeros que no sabían que tenía planeado hacer en ese momento.

—¡Hey, Evie, no hagas esas cosas, espera!.-Exclamó Connie compartiendo un par de miradas con Annie y Marco, la rubia suspiró, cansada por la actitud de su líder momentánea, pero asintió, sabiendo que debían ir a ayudarlos.