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Era una mañana cálida de otoño cuándo Evie salió finalmente de ese horrible lugar al que había llamado hogar por tanto tiempo

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Era una mañana cálida de otoño cuándo Evie salió finalmente de ese horrible lugar al que había llamado hogar por tanto tiempo. Había estado demasiado emocionada durante toda la noche y no tuvo mejor idea que ponerse su única falda buena y una camisa perfectamente limpia que había sido un regalo de Levi.

No había sido difícil escaparse del burdel, después de todo habían sido escotadas, junto con su madre, por unos miembros de la policía, ningún dueño de burdel sería tan estúpido como para contradecir a esos hombres.

Pero a Evie no le importaba en lo absoluto todo aquello, si no que se entusiasmaba tras cada segundo que pasaba fuera de ese horrible lugar dónde nació. Apenas llegaron a la superficie no pudo evitar asomarse a la ventanilla del carruaje que los llevaba, apreciando como el sol bañaba su blanquecino rostro y sintiendo una calidez que nunca ántes había podido vivir.

No supo cuánto tiempo estuvieron allí arriba, pero no le importaba, ella sólo se aferraba a la camisa de Levi con fuerza cuándo podía apreciar algo nuevo tras la ventanilla y cada cierto tiempo veía a su madre, la cuál dormía sobre el hombro de Farlan. Margoth estaba bastante débil, las mañanas eran las peores para ella y sólo podía dormir hasta que llegasen.

Pero de pronto el carruaje se detuvo y Evie miró a su alrededor con algo de pavor, intentando encontrar alguna respuesta en los ojos plata que le pertenecían a su protector. Levi no respondió y mucho menos le devolvió la mirada, simplemente abrió la puerta del cacharro que utilizaban para su transporte y le hizo una pequeña seña a Farlan e Isabel, indicando que ya volvería.

Evie realmente no esperó la caricia en la cabeza que le hizo Farlan y mucho menos los besos que Isabel dejó por su mejilla y frente, era algo abrumador.

Tras esa demostración de afecto, Levi tomó a la pequeña niña entre sus brazos ántes de bajar del carruaje, dejando que el sol cubriese, por primera vez, el cuerpo menudo y desgarbado de Evie.

No pudo disfrutar de esa sensación por demasiado tiempo, ya que Levi comenzó a caminar, aún con ella en brazos, hacia un edificio bastante descuidado y viejo. Ella no entendía demasiado porque estaban allí, pero simplemente aferró sus brazos al cuello del mayor para no caer.

Cuándo llegaron a la puerta, Levi la dejó en el suelo y no tardó mucho en arrodillarse frente a ella, algo inaudito para Evie, después de todo el suelo estaba cubierto de suciedad y sabía que Levi estaba ensuciandose al hacer aquello, quizá por esa razón se asustó un poco.

—Necesito que te comportes muy bien, Margoth estará siendo cuidada por un doctor, pero te deben mandar a este refugio dónde hay más niños. ¿Entiendes?.-Explicó lentamente, colocando sus manos sobre las rellenas mejillas de la niña de sus ojos.

Estaba orgulloso del aspecto de Evie, después de todo cuándo la conoció era una pequeña casi en los huesos y luego de un año junto a él pudo recuperar la redondez en las mejillas que todo niño debía tener.

Red swan; Reiner Braun. [#1] Where stories live. Discover now