Red swan; Reiner Braun. [#1]

29.

Evie había crecido con las enseñanzas de Erwin y Levi resonando por su cabeza. Ambos creían que no debían proteger de más a su hija, si no darle pequeñas herramientas para que su princesa pudiera hacerse valer en ese mundo dónde los titanes sólo quería devorarte y los hombres no te tomaban en serio si eras una pequeña muchacha de aspecto angelical.

Por esa razón le enseñaron todo lo que pudieron, desde tácticas de batalla, hasta como podría formar un equipo en el que confiar, pero, lastimosamente, nunca le enseñaron como debía actuar cuándo todas sus esperanzas estuvieran destruidas y la muerte la esperaba a la vuelta de la esquina, ansiosa de tener sus manos en un ser como esa ingenua adolescente.

Pero no podía bajar los brazos, no ahora, no cuándo la muerte de Mike pesaba en su espalda y la vida de sus amigos dependía únicamente de su accionar. Por esa razón bajó las escaleras con rapidez, encabezando el pequeño grupo de cadetes desarmados que debían hacerse cargo de la seguridad del castillo en ruinas.

Sabía perfectamente que el hombre que amaba estaba justo detrás de ella, cuidado sus espaldas a todo momento, y no muy lejos estaban sus dos grandes amigas, seguidas de dos compañeros entrañables para la azabache. No podía dejar que nadie pierda la vida, no cuándo habían dejado toda su confianza en la joven Langer que no paraba de temblar como estúpida.

—¡Busquen todo lo necesario para una barricada, no importa que tan obsoleto sea, nos servirá!.-Exclamó la pequeña muchacha permitiéndose girar para apreciar a sus compañeros, las vidas que tenía entre sus manos y no podía darse el lujo de perder.

Pero de un segundo a otro sintió que alguien se le adelantaba y fue muy tarde cuándo se percató que el rubio de gigantesco tamaño ya estaba al final de las largas escaleras, exclamando que él iría a las puertas para resguardarlas. Reiner no podía dejar que Evie muriera, no cuándo por fin habían sido honestos con sus sentimientos, no cuándo podría afirmar que la amaba más que a cualquier cosa en este horrible mundo.

Evie se mordió el labio cuándo pudo ver cómo Bertolt corría escaleras abajo, dispuesto a seguir a su mejor amigo, pero ella no pudo imitarlo, no cuando debía encontrar alguna forma de salvarlos a todos allí sin la necesidad de perecer. Pero de un segundo a otro pudo ver un enorme cañón junto a las escaleras, podría ser obsoleto sin pólvora, pero Evie no era de quienes se rendían, mucho menos en un momento así.

—¡Tomen ese cañón, ahora mismo!.-Gritó con una voz potente, los más fuertes del grupo estaban escaleras abajo, pero ellos podrían demostrarles que lograrían defenderlos.

—¡Hay titanes acá abajo!.-Advirtió el castaño del dúo marleano, pero Evie ya se lo había visto venir, por esa razón siguió empujando el trozo de hierro con fuerza, sintiendo cada músculo doler por la fuerza puesta en esa acción, pero no le importó.

—¡Reiner, Bertolt, a un lado!.-Gritó con fuerza, sin posibilidad que alguno fuera en contra de lo que estaba diciendo y Christa se sorprendió un poco, ya que había escuchado ese tono anteriormente proveniente del comandante.