16: Nuevos Aliados

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 —¿Por qué demonios deberíamos confiar en ti? —le pregunta Troye.

—Creí haber sido claro —Derek entorna su mirada hacia él—, no les debo nada a ustedes. Hago esto con la intención de ayudar a Alex —responde, viendo al rubio con expresión asesina.

—¿Ahora eres un osito cariñosito? —pregunta Jake.

—¿Así se definirían ustedes? —cuestiona Derek, burlándose.

—No quiero interrumpir su asombroso encuentro —interrumpo su creciente discusión, como debe ser—, pero estoy a dos segundos de tener un colapso nervioso porque mi padre sigue desaparecido.

—Mientras más tiempo tardemos en encontrar a Ray menos posibilidades tenemos de encontrarlo con vida —dice Wes, levantándose del sofá—, así que si prefieren quedarse aquí a discutir sobre lealtad bien pero nosotros nos iremos de aquí a hacer lo que de verdad importa.

Gaby, Sofía y Alexandra se levantan también, dispuestas a abandonar la casa de los Harrison.

—Vinimos a proteger Rosemont de estas personas —dice Alexandra, asumiendo el mando.

—Han pasado solo seis horas —dice Troye—, podemos encontrarlo.

—¡Pues debe ser ahora! ¡No hay más tiempo! —exclamo al borde de la desesperación.

No quiero perder a mi padre también, no quiero quedarme sin lo único de familia que alguna vez tuve, ya perdí a mi madre a manos de esas criaturas, no cumplí la promesa que hice de vengarla. No quiero fallarle a mi padre también dejándolo morir.

—Si vamos ahora vamos ahora nos aniquilaran —Conor sacude la cabeza, pesimista—, estamos rodeados, suerte que recuperaste esa cosa... Porque los Rhegar vendrían por nosotros si lo perdiésemos.

—Bueno, malas noticias para ti —dice Siva—, están aquí y Alex ya vio a uno.

Todos giran a verme.

—Y no era muy guapo —respondo—. Ya no tiene sentido, están aquí, ya llegaron a Rosemont y no podemos quedarnos escondidos.

La puerta principal de la casa se abre en un suave chirrido, todos nos quedamos en silencio alertas al extraño movimiento. Derek es el primero en ponerse de pie, dedicándole una mirada a los que siguen dudando de él. El azul de sus ojos se intensifica mientras se oculta junto a la entrada a la habitación.

Jade entra a la habitación y al ver al Derek frente ella como un reflejo eleva su puño, dándole de lleno en la nariz y pega un salto hacia atrás, aterrorizada.

—¿Pueden dejar de tener esa reacción cada vez que me ven? —cuestiona ojiazul, recomponiéndose.

Kian llega corriendo tras ella y antes de que pueda lanzarse contra él sus primos lo detienen.

—Nada debería sorprenderme a este punto —Jade entra al saloncito, resignada.

—Vengo a ayudar —Derek repite por décima vez, esta vez para la rubia.

—Qué bien... Igual yo —responde mientras a la par se sienta junto a Kian.

Caleb se levanta de su sitio, abriendo sus libretas de notas, las echa sobre la mesa, frente a Derek.

—Si quieres ayudar empieza leyendo eso y dinos si sabes algo al respecto —dice.

El barbudo toma la libreta, leyendo con rapidez los apuntes y admirando los dibujos que hizo Caleb sobre las últimas apariciones que hemos tenido. Eleva ambas cejas, dejando la libreta sobre la mesa.

Academia WindstormWhere stories live. Discover now