21: Las Liminiades y el Ellerkonge

8.8K 551 22
                                    

La alarma del teléfono de Malika se encendió muy temprano por la mañana, al ser el primer día del fin de semana, mi cuerpo se negaba responder. Arrastrando las sábanas conmigo logré salir de la cama y tomar una ducha rápida.

Al salir del baño, envuelta en toallas, Malika se encontraba haciendo una pequeña mochila para la misión. Ya no se molestaba en ocultar sus habilidades, de ninguna manera. Los objetos flotan alrededor de nosotras, depositándose a sí mismos dentro de la mochila de cuero.

—Voy a fingir que ya no me aterra todo esto —comento con algo de humor mientras deslizo el top por mi torso.

—Una vez que eres consciente de la realidad es imposible de escapar de ella —responde, encogiéndose de hombros—. No le tengas miedo a ser quién eres, Alex.

—Ese es el problema, ya ni siquiera lo sé —ruedo los ojos, secando mi cabello.

Malika me sonríe, intentando brindarme calma, pero es imposible, no tiene las habilidades que tiene Nathan para tranquilizar a las personas. De hecho, resulta cómico que una de las personas más caóticas que conozco sea tan capaz de transmitir paz. Contradictorio.

—Vamos a encontrar a tu madre y tendrás todas las respuestas que necesitas —asegura, tomándome por los hombros.

—¿No crees que todo esto está demasiado fuera de nuestras manos? —pregunto, insegura.

—¿De qué hablas?

—El Athyo, Derek, mi madre... Las cosas que están sucediendo —respondo.

Ella se sienta al borde de su cama, lista para partir.

—Esos chicos son más viejos que este castillo, se han enfrentado a Derek y a peores cosas —responde—, esta pelea por el cubo no es cosa nueva, ya había sucedido antes, solo que en una escala mucho más grande. Hubo una época, en la que los Rhegar eran cazados por los humanos.

—¿Hablas de la leyenda que contó Nash?

Asiente.

—Presentían que su especie no duraría mucho por aquí en la tierra, por lo que un grupo de ellos, los más antiguos, cedieron sus poderes al cubo, no sé cómo podría explicarte la procedencia de ese objeto —niega, consternada—, es algo que va más allá de nuestra comprensión, su forma misma es imposible, nosotros lo vemos como un cubo pero se dice que su forma real es un teseracto y como sabes... en nuestra realidad de tres dimensiones es imposible de observar uno.

—¿No podemos ver un teseracto pero podemos volar, electrocutar, quemar y hacer levitar cosas? —cuestiono con humor— ¿Por qué no todos tenemos el mismo tipo de poder?

—Los Rhegars son criaturas cósmicas, la naturaleza de la existencia está en ellos, asumo que es por ello, que ustedes, son capaces de adoptar estas habilidades elementales—responde, no muy segura—. Puedes afinar tus habilidades, eres muy poderosa

Sonríe, colgándose la mochila al hombro, al ver que hago lo mismo.

Me quedo con eso mientras salimos de la habitación. De las demás habitaciones salen las otras chicas, algunas preparadas para irse a casa por el fin de semana, otras para dar un paseo por la ciudad más cercana, otras planean quedarse en la academia.

Cerca de las enormes rejas y muros que nos separan del exterior logro ver dos Jeep Wrangler negras estacionadas. Los cuatro hermanos y los Harrison se encuentran ya esperando junto a la profesora de ciencias.

Jade se encuentra con nosotras, acompañada de Mary y Dana.

—¡Es fantástico! —exclama la profesora Lisa— Los padres de sus compañeros Clark nos enviaron los vehículos de sus hijos para poder movilizarnos... La van de la academia se había quedado sin batería, no íbamos a poder salir de aquí si no fuese por ellos.

Academia WindstormWhere stories live. Discover now