29: Caótico Ballet

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Nunca había visto el centro del pueblo de Windstorm hasta el día de hoy. Permanezco de pie en la acera en las afueras del teatro, viendo a todo el público, alumnado y familias entrar. Sus miradas recaen sobre mí.

Claro, no es normal ver a la bailarina principal ya vestida y maquillada plantada frente a la entrada como un cartel.

Estoy lista para el primer acto pero aun así estoy parada aquí afuera, con la mirada perdida en la carretera esperando ver cierto auto llegar. Siento las manos de Nathan sobre mis hombros y su aliento en uno de mis oídos.

—Deberías entrar —me dice— ¿Qué haces aquí afuera?

Me remuevo en mi lugar.

Espero a mi padre. Le invité a venir en cuanto la profesora Dallas dijo que le guardaría un lugar en la primera fila, él aceptó venir a verme pero realmente no estoy muy segura de que vaya a hacerlo. Solo resoplo y giro, dispuesta a regresar al teatro y prepararme.

—Solo esperaba... —respondo.

—¿A tu padre? —pregunta.

—Sí, pero... Creo que no vendrá —me encojo de hombros, buscando darle un aire casual—, no importa, debo entrar.

Él me detiene, sus cejas se fruncen sobre su mirada—. Ey, ey... Va a venir.

Solo aparto la mirada, no quiero que crea que me importa demasiado o que era algo que estaba esperando. Está bien. No vino. No vendrá. Está bien.

—Está bien, no es...

—Alex —me interrumpe, me dedica esa mirada que me dice que no puedo seguir mintiendo y yo solo dejo mis muros caer.

—No puedo arreglar este lazo —admito—, apenas y nos conocemos... pedirle que venga quizá fue demasiado, ya se está haciendo cargo de mí después de la muerte de mi madre y...

—Es tu padre —vuelve a interrumpirme, sonríe tranquilizador—. Escucha, vendrá...

—No, yo...

—Vendrá —asegura, elevando la voz—. Y déjame decirte porqué... Porque eres su hija, eres brillante, inteligente, paciente, talentosa y mejor persona de lo que él nunca será y lo sabe. Es casi imposible no quererte o no querer caerte bien porque eres graciosa, amable y habilidosa... Y si no viene a verte bailar si decide no quedarse y recuperar su pequeño pedazo de familia pues no vale la pena, Alex.

No lo digo en voz alta, pero era todo lo que quería oír. Me lanzo a sus brazos, parándome sobre las puntas de mis zapatillas y entonces, lo beso, tomando su rostro entre mis manos.

Dos luces incandescentes impactan con nuestros rostros, abro los ojos y giro sobre mis talones.

Es el auto de mi padre. Las luces se apagan y él baja del auto.

—¿Ya terminó? —pregunta, preocupado.

Por impulso corro hacia él y lo abrazo, mi muestra de afecto le toma por sorpresa, me rodea con sus brazos y sonríe.

—Debo irme, me esperan para poder empezar —digo antes de salir corriendo hacia el interior del teatro.

*****

Es mi entrada, la luz se enciende, salgo del lateral izquierdo del escenario, el público aplaude. Los demás cisnes ya se encuentran en el escenario. Francis ha acabado su parte, arrodillado al otro lado del escenario me observa apuntando con su ballesta.

Tomo una profunda respiración y salgo bailando. Intento mantenerme relajada mientras me presento al público como el cisne blanco. Francis baja su arma para empezar a bailar conmigo en el centro del escenario.

Academia WindstormWhere stories live. Discover now