28: Las Tres Doncellas

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Me tomo un momento para respirar antes de ir a recoger mis cosas. El ensayo terminó y mi vestuario está listo para que me lo lleve. Me veo en el espejo y al ver mi reflejo solo pienso en mi doble medieval corriendo por el castillo o entre los árboles del bosque.

No debí correr, quizá no debí huir y dejarles el desastre a los demás, pero es que es demasiado que tomar en tan poco tiempo. Todo ocurre tan rápido y desde que mi madre ya no está... seguir es difícil.

Intento no pensar demasiado en ella, intento no escarbar en la herida sangrante porque sé que eso solo alimenta la rabia que siento.

—Bien hecho, Atria —me felicita la profesora Dallas.

—Gracias, profesora.

—¿Tendrás invitados este sábado? —pregunta.

—Ah... No lo sé, no tengo familia —respondo, con cierta incomodidad.

—Lamento mucho la partida de tu madre, pequeña niña —dice, con expresión maternal— oí que tu padre está contigo.

—Sí, yo... quizá él venga —digo.

—Reservaré un asiento en primera fila para él —ofrece con una sonrisa reconfortante—, querrá ver a su princesa bailar.

Solo sonrío.

No sé si quiera ir a verme.

—Le haré saber —digo.

—No lo olvides, a las seis en el teatro principal de Windstorm, es un pueblo pequeño no se perderán —me recuerda.

—¿Me guardará un asiento en primera fila a mí también? —la voz de Nathan llega a mis oídos.

La profesora rueda los ojos.

—Clark, sal de mi studio —bromea ella, fingiendo estar cansada de su presencia.

—Pensé que aquí aceptaban a todos —responde, girando sobre las puntas de sus pies con torpeza hasta acercase a nosotras.

—Tienes tanta gracia y ligereza en los pies como un camión de carga —responde ella—, decepcionante.

—Supongo que en el equipo de fútbol y combate no hay mucho de esa ligereza y delicadeza —se encoge de hombros—, vengo a llevarme a su Reina Cisne si no le importa.

—Acabó el ensayo, llévala a pasear al jardín... Ha trabajo muy duro —me sonríe.

—Como usted ordene, madame... —dice él.

Al salir del studio nos recibe la llovizna. Espero a estar lo suficientemente alejados de la gente para preguntar por su búsqueda. Nathan toma mi mano mientras caminamos hacia el jardín de arbustos laberínticos. Apoyo mi cabeza en su hombro.

—¿Encontraron a mi gemela malvada?

Él ríe por lo bajo—. Ninguno está aquí. Encontrarlos es más difícil de lo que creíamos... Mientras más tiempo Geanieve esté aquí y mientras más personas la vean... el tiempo más se distorsiona, debemos encontrar una manera de regresarla a su época.

—Sí, para eso necesitamos ese cubo y lo tienen ellos, donde sea que estén —ruedo los ojos, cruzándome de brazos.

—Vamos a solucionarlo —promete, girando hacia mí. Las gotas de lluvia le resbalan por el rostro mientras me sostiene la mirada, solemne—, solo no te rindas, sé que el dolor que sientes es muy grande, sé que no tienes esperanzas en nada de esto y que quieres rendirte, pero te prometo, Alex, que vamos a arreglar esto, lo hemos hecho antes.

Dije que esto no iba a detenerme y es exactamente lo que estuve dejando que haga.

—No veo cómo pero está bien —asiento.

Academia WindstormWhere stories live. Discover now