2: Los Clark y el Bosque

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Afuera, todo sigue nublado y los árboles se sacuden suavemente con el viento.

El castillo convertido en escuela tiene numerosos y grandes pabellones. En el ala este, se encuentran las salas donde se dictan las clases y en el último piso, según los carteles, la biblioteca.

Ingreso al lugar. Las paredes están abarrotadas de cuadros con fotos de la escuela, sus estudiantes y eventos.

El uniforme realmente no está mal. Veo mi reflejo en una estantería de trofeos y aliso mi falda.

Nunca había utilizado las medias hasta la rodilla.

Malika y las otras chicas se adelantaron. Yo estaba tardando demasiado y sus clases comenzaban cinco minutos antes que las mías.

Miro el horario otra vez y me frustro al no entender los códigos de los salones.

Giro sobre mis talones, buscando algún rostro amable a quién consultar.

Dos muchachos a dos metros de mí son los elegidos. Tomó un respiro, me acerco y pico el hombro de uno de ellos.

—Hola, chicos —saludo intentando lucir y sonar natural.

Los chicos giran hacia mí, devolviéndome la mirada algo confundidos miran de un lado al otro.

Uno de ellos, flaco y de ojos verdes me sonríe a boca cerrada.

—Hola.

—¿Saben dónde está la sala de biología? Soy nueva y estoy completamente perdida, así que pensé en que ustedes podrían ayudarme...

—Sí, claro —responde el otro chico—. Está en el pasillo tres, la quinta puerta de la izquierda.

Baja la mirada a su teléfono celular un momento— ¿Te acompañamos?

—Sí, gracias.

—Soy Caleb Clark y él es mi hermano, Jake —se presenta el ojiverde.

—Yo soy Alex Atria —me presento.

—¿Alex? —cuestiona Jake, frunciendo el ceño.

—Sí, mi mamá pensó que sería niño –me encojo de hombros mientras rio—. Mi consuelo es que Alex es cada vez es más común entre las chicas.

Caleb ríe mientras se acomoda el tirante de la mochila en el hombro. El uniforme le sienta de maravilla, desde el saco negro hasta la corbata color vino.

—Bueno, vamos.

Avanzamos por el pasillo, la mochila se me va resbalando del hombro por ratos.

Varios pares de ojos les siguen a ellos mientras seguimos andando por lo que me pregunto si serán populares.

Un par de chicas sonríen maliciosas y se susurran una a la otra al oído sin dejar de mirarme.

Jake se agacha un poco hacia mí.

—A la gente le gusta mirarnos —comenta—, ya se les va a pasar, es que he cambiado de peinado este año.

Rio, divertida,

Nos detenemos frente a una doble puerta tallada.

—Bueno, Alex Atria —dice Caleb—. Esta es la clase de biología, espero que no disfrutes la clase.

—No planeaba hacerlo —digo haciendo una mueca de disgusto—. Adiós, chicos.

—Adiós, Alex —se despiden al unísono.

Entro al salón y observo el lugar, solo hay una mesa y media disponible.

En la mesa medio disponible se encuentra sentado un chico hurgándose la nariz mientras que la otra mesa está completamente vacía. Así que es: o sentarme con el come-mocos o sentarme completamente sola.

Academia WindstormWhere stories live. Discover now