XXXVIV.

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Mientras Thomas dormía un rato en el sofá de la sala camine a la cocina para preparar un café, mis ojos pesan ya que la noche anterior me fue imposible dormir del todo bien.

Me sente en la esquina de la mesa a tomar mi café con leche y tres de azúcar mientras observaba a mi apuesto novio dormir.

—Espero no haber roncado— exclamó Thomas un poco adormilado

—Creo que no— dije acercándome a él —¿cómo te sientes?

—Olivia...— pronunció tratando de levantarse —debes parar esto, debes quitar la denuncia a Abby, su familia tiene demasiado dinero y si no lo haces nos van a hacer daño

—¿Ella mando a que te hicieran esto?— pregunte con temor, a lo que Thomas solo asintió

No podia dejar que lo destruyeran, no podía perderlo de nuevo aunque eso me costara que el asesino de mi hermana estuviera libre.

—Yo quiero tanto como tú que Abby pague por esto, pero mi madre no tiene los mismos recursos que la familia de Abby así que si la tratas de hundir a ella, también me hundirás a mi

Conocemos lo que realmente nos hace débiles en el momento en que nos sentimos sin salida queriendo desaparecer con el corazón herido. Y se que Thomas es mi debilidad, que haría cualquier cosa por él sin importar el precio. Estoy condenada a amar a Thomas por toda mi vida y el precio por esto sera demasiado alto.

—Cariño— interrumpió mi madre —sera mejor que hoy dejes descansar a Thomas, vamos que yo te llevare a la escuela— dijo colocando su mano en mi hombro para que saliera de la sala

Me acerque a Thomas y le di un cálido beso en la frente acompañado de un susurro "mejórate pronto" dije antes de subir a mi habitación para preparar las cosas de la escuela.

—Tu mamá me llamo hoy Thomas, su vuelo esta un poco retrasado por el clima, pero espera llegar aquí antes del anochecer, tengo que trabajar y el papá de Olivia igual, pero te quedas en tu casa— pronuncio mi madre con amabilidad 

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Me detuve frente a la escuela sin animo de entrar, me tome un tiempo para pensar en mi y en el rumbo que las cosas estaban tomando. No estaba segura de lo que hacia, de lo que mis decisiones provocarían, porque mis decisiones estaban condenadas a provocar un desastre del tamaño del universo.

Espere a que el auto de mi madre se alejara lo suficiente para entonces dar media vuelta y correr lo mas rapido que mis piernas me lo permitieron, quería ser libre, quería huir de todo.

—¿A dónde tan apresurada?— sin darme cuenta al correr choque con alguien

—Lo s-siento— balbucee aun sin darme cuenta quien había sido la persona con la que había chocado —Guillaume, lo siento de verdad no te vi

—¿A dónde vas?—pregunto

—En realidad a ningún lado, quería ir... quería salir por un momento de mi vida, de mi rutina

—Que casualidad...— Estar frente a frente con Guillaume me ponía muy nerviosa, podia jurar que mis mejillas estaban más que sonrojadas de un color rojo. —quería intentar lo mismo, ¿quieres acompañarme?

Tenía dos opciones, la primera era quedarme justo donde estaba durante toda la jornada escolar corriendo el riesgo de que mi madre me encontrara y la segunda opción era irme con mi profesor a algún lugar, aunque esa idea me encantaba, sin lugar a dudas me llenaba de terror.

—Si quieres ir podémoos irnos en mi coche, esta a la vuelta

—Siento... no sé es bastante raro tener que decirte profesor fuera de la escuela

—No lo hagas— dijo con una sonrisa de oreja a oreja —puedes llamarme por mi nombre— solo sonreí

Caminamos hasta el auto de Guillaume, me abrió la puerta delantera y yo subí sin decir una sola palabra.

—¿Puedo poner una canción?— pregunte incómoda

—Claro

Guillaume me dio su celular para que pudiera poner alguna canción, escogí algo de Agnes Obel, su letra, su ritmo y su voz me hacían sentir distinta, como si estuviera en un lugar distinto, y eso era lo que los sueños con Guillaume me provocaban.

—No me hubiera imaginado que este tipo de música te gustaba

—Me relaja— dije y cerré los ojos para disfrutar Broken Sleep, podía sentir como cada centimetro de mi era inundado por este sentimiento tan extraño —¿a dónde vamos?— me anime a preguntar

—¿Te importaría acompañarme a mi apartamento por unas cosas? Después puedo invitarte algo de desayunar, no es un secreto que me encanta lo dulce Olivia

—Claro— exclame con vergüenza —no hay problema

Hay un momento en nuestras vidas donde todo se detiene por un instante que aunque pareciera eterno, no lo es; ese es el momento perfecto para cambiar el rumbo de las cosas, para decidir si realmente queremos seguir siendo lo mismo. ¡Mierda! Tengo 18 años y no estoy segura de que rumbo quiero para mi vida, ni siquiera estoy segura de que es esto que siento cuando estoy con Guillaume, pero si algo se es que estoy en la edad perfecta para perderme y poder reencontrarme a tiempo.

Guillaume estaciono su carro frente a un residencial de condominios muy elegante y al bajar se dirigió a mi puerta para abrirla y ayudarme a bajar.

Caminamos a la entrada del apartamento y a cada paso todo me parecía tan lujoso, dentro había un guardia de seguridad al que Guillaume saludo por el nombre de José, lo salude de igual modo y segui tras Guillaume, en el elevador Guillaume oprimió el botón con el número 4 que nos llevo directo a su apartamento.

—Puedes sentarte donde quieras, si abres esa puerta hay un balcón donde puedes tomar el sol —dijo señalando una puerta de cristal al lado del comedor— necesito hacer unas cosas solo espérame un momento.

Guillaume se encerró en una habitación y yo me dispuse a dar un paseo por su elegante apartamento donde todo combinaba perfectamente, para ser de un hombre todo estaba acomodado, sin una pizca de desorden, parecía que el caos no existía en este lugar.

Camine hacia el balcón y mientras lo hacia pase lentamente mi dedo indice sobre la mesa de cristal y comprobé que el polvo no tenia lugar en este lugar. Abrí la puerta y senti el fresco aire rozar cada parte de mi rostro.

—¿Te gusta?— la voz de Guillaume me hizo dar un pequeño salto del susto

—Si todo se ve muy lindo, esta muy lindo tu apartamento

—Normalmente nunca estoy aquí, pero ese es un tema para otro momento ¿te gustaría ir a desayunar?— yo asentí con la cabeza

Guillaume y yo salimos nuevamente de su departamento para buscar algo que desayunar, pero antes de llegar al elevador lo detuve.

—¿Y si pedimos un domicilio? Si mi mamá por alguna razón me encuentra fuera de la escuela me mataría— le propuse y Guillaume acepto, volvimos a dentro y yo me acomodé en el sofá

—Si alguien te viera conmigo, sola e inofensiva las cosas se podrían malinterpretar

—¿Inofensiva? De verdad Guillaume, ¿crees que soy una persona inofensiva?

—Un poco, eres pequeña y eso de alguna forma me hace pensar en que eres una persona frágil

—Pues te equivocas— dije entre risas —cuando viajemos a México te demostraré lo ruda que puedo ser

—No lo dudo Olivia, tienes un gran potencial, pero tu noviecito y los problemas con tu hermana te tienen un poco distraída algo desenfocada—dijo mirándome a los ojos —necesito que me digas si de verdad estás comprometida con esto, con el Taekwondo porque de no ser así estoy perdiendo mi tiempo contigo

—Estoy muy comprometida yo quiero ser la mejor queste lo que queste

Queste lo que me queste seré la mejor y estoy muy segura de eso.

Caóticos [Peligrosa obsesión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora