XIII.

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—No te entiendo Olivia
—¿Qué es lo que no entiendes Leah?— pregunte sin dejar de meter ropa en una pequeña maleta color lila
—Quieres que te acompañe a Chicago
—Si— respondí con simpleza
—¡A Chicago!— dijo con voz dramática —¿te das cuenta de que son más de dos horas de viaje? Olí, ¿a qué diablos quieres ir a Chicago?— mi amiga continuo gritando
—Escucha— trate de tranquilizarla poniendo mis manos en sus mejillas —hay una persona que dice saber la verdad sobre la muerte de mi hermana y se que sonará una locura, pero mira— le enseñe los anónimos y mensajes que el hombre me había mandado

Leah los leyó detenidamente y decidió ayudarme, ambas salimos de mi casa diciéndole a mis padre que iríamos de compras a Michigan.

Michigan quedaba del lado contrario a Chicago, así que mentimos para que nadie se enterara de que estábamos en Chicago, nadie incluido Thomas.

Solo espero que nada de esto sea una broma.

—¿Cuánto tiempo nos quedaremos allá?—preguntó mi amiga
—Solo un día Leah, mañana es domingo y regresaremos a medio día para ir a clases el lunes

Mi amiga me acompañó en mi búsqueda por la verdad, nuestro viaje comenzaría en la estación de trenes Amtrak Waterloo.

Me acerque a la taquilla y pedí dos boletos con destino a Chicago, nuestro tren saldría dentro de treinta minutos, así que buscamos una banca y nos sentamos para esperar la hora de salida.

—Thomas y yo somos novios— confesé
—No se que decir, Oli, a mi ese tipo no me da buena espina— no dije nada y solo recargue mi cabeza en el hombro de mi amiga —pero por una parte me alegro de que por fin se haya animado a pedírtelo
—¿Conoces a Émile?— pregunte cambiando el tema
—¡Claro!, el chico rubio de ojos azules que va con nosotros ¿no?
—Si, ese es el chico que me conecta con la persona de los anónimos
—No quiero que te ilusiones, puede que quizá sea una broma, una broma de muy mal gusto
—Lo se

Por fin había llegado el tren que nos llevaría hasta Chicago, pero antes de subir le mande un mensaje a Thomas.

Para Thomas:
Te necesito más que nunca

No cambiaria la compañía de Leah por nada en el mundo, pero me gustaría que Thomas se involucrará un poco en esto y me apoya en descubrir si la muerte de Holly fue tal y como no las contaron.

—¿En dónde veremos a los misteriosos?— me reí por el no nombre clave que les había puesto
—No pregunte
—¡Olivia, Chicago es como 100 veces más grande que Elkhart!— exclamó exaltada

Tome nuevamente el celular y marque al numero de Émile, el contesto al tercer tono y me dijo que nos veríamos en el bar Barrio a las 10 de la noche.

Como el camino era largo, Leah y yo tomamos una pequeña siesta; pero aunque trataba de dormir había ratos en los que despertaba preocupada por no hablar de esto con Thomas.

Después de un rato cuando por fin pude quedarme dormida Leah me comenzó a mover mi hombro —Olí, despierta que hemos llegado

Pedimos un taxi que nos llevara hasta nuestro hotel el SpringHill Suites Chicago Downtown ubicado en el número 410 de la calle N Dearborn.

—Gracias— dijimos al unísono

Chicago es uno de los estados con más hispanohablantes de Estados Unidos, por lo cual es muy común encontrar personas que nos hablen en español.

Caóticos [Peligrosa obsesión]Where stories live. Discover now