Caóticos [Peligrosa obsesión]

II.

Olivia's POV

Estoy frente al espejo observando lo bien que combinan mis ojos azules con mi cabello rubio obscuro a tan solo un paso de ser castaño, maquille un poco mis ojos con sombras rosas y coloque un poco de rímel en mis pestañas, ahora si estaba lista para ir a la escuela.

Como de costumbre mi casa estaba sola, no había ni una sola alma además de la mía, pero al contrario de las novelas típicas de los adolescentes mis padres no eran ricos, mi mamá trabajaba en la policía día y noche doblando turnos para poder pagar la renta de nuestra casa, y mi padre es un doctor que dejo a mi madre a los pocos meses de la muerte de mi hermana Holly.

Tome una manzana roja del cesto de la cocina y revise si había un recado colgado de parte de mi mamá, y así era.

Oli, mi amor tuve que salir antes de tiempo, sé que te prometí que iríamos de compras pero tengo que trabajar un turno en la noche. No olvides cuanto te amo.

Atentamente: Mamá

—Tonterías— dije y arranque el papel del pizarrón para hacerlo bolita y tirarlo en la basura

Detestaba que lo único que sabía de mi madre era a través de ridículas notas que deja antes de irse a trabajar; a veces desearía que tuviéramos una vida normal con un desayuno normal así como en películas.

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Amaba el frío más que nada en el mundo porque era el clima perfecto, ni zancudos, ni sudor, ni mal humor; pero dejaba de amarlo cuando me tocaba caminar en las frías mañanas a mi escuela.

Podía sentir mis mejillas arder por la brisa que corría por estos rumbos, era como si pequeños trozos de hielo rozaron en mi rostro. Trate de darme calor al frotar mis manos, pero me era imposible.

— ¿Te han dicho que el frío trae consigo demasiadas enfermedades respiratorias?— la voz de Thomas me tomo por sorpresa e hizo que diera un pequeño brinco de la impresión

— ¿Y a ti te han dicho que espantar a la gente por la espalda puede ocasionar problemas cardiacos?— el frío hacia que mis dientes y la mayoría de mi cuerpo temblara, pero aun así me anime a hablar

—Vamos Liv, hace demasiado frío sube a la moto conmigo ¿aceptas?

Es absurdo como las chicas saben acerca de marcas de motos, de carros o camionetas, yo apenas y se distinguir entre un coche, una camioneta, una moto o un bus, pero acerca de marcas no tengo idea. No quería aceptar subir con Thomas en su moto, pero no hacerlo haría que llegara tarde a clases y que muriera quizás de una pulmonía.

—Vamos Liv— insistió esta vez estirando su mano

—Bien, pero no subiré si no traes un casco extra, y no quiero que creas que somos amigos o algo por el estilo, hace mucho "nosotros" dejamos de ser algo— pronuncie esas palabras tan claro como mis cuerdas vocales me permitieron. Tome la mano de Thomas para subirme a la moto y él me brindó un casco color lila, el mismo casco que solía usar tiempo atrás.