I.

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Olivia's POV

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Olivia's POV

Las clases de historia siempre me han parecido aburridas, cada minuto qué pasa se siente como una eternidad. Yo me encontraba jugueteando con mi lápiz mientras la profesora daba las indicaciones para un trabajo en equipo, maldita sea, otra vez tendría que trabajar en equipo.

—Olivia, trabajarás con Thomas Byrne

Genial, esto era lo único que me faltaba, trabajar con el chico más egocéntrico de todo el colegio sería una tarea para nada fácil, y lo que menos quiero en este momento es más trabajo por hacer.

— ¿Podría trabajar sola? O incluso con Amanda profesora, pero cámbieme— supliqué, aunque tampoco me gustaba la idea de trabajar con Amanda, que aunque era la niña rara del salón seria mejor que trabajar con Thomas

—Por supuesto que no Olivia— dijo con ironía— trabajarás con el joven Byrne si no quieres estar reprobada en mi materia

Tome mi cuaderno y lo metí a mi mochila para salir de esa estúpida clase, no odiaba el hecho de tener que trabajar en equipo, aunque no lo pareciera soportaba trabajar en dúos e incluso traídas, pero lo que sí odiaba era el hecho de trabajar con Thomas Byrne.

Meses atrás no me hubiera importado trabajar con él, incluso lo hubiera disfrutado; pero desde la muerte de mi hermana todo había cambiado.

Deje de pertenecer al grupo de las "oxigenadas" , un grupo de tres niñas -cuando yo pertenecía a ese grupo éramos cuatro- y dos niños, entre ellos Thomas Byrne, pero cuando mi hermana Holly murió todo dentro de mi cambio, me aleje lentamente de mi grupo social, obviamente no lo aceptaron y para ellos comencé a ser como cualquier estudiante, ahora era un objeto más de burlas, lo que alguna vez fue una linda amistad ahora no era nada todo había quedado en el olvido gracias a mi aislamiento.

Aunque los demás creían que nuestro grupo era de los típicos jóvenes que pasan todo el tiempo en fiestas tomando hasta morir la realidad era distinta. Entre nosotros no existía ningún tipo de envidia, cada quien se alegraba por el éxito de cada uno, en especial Thomas y yo, quienes compartíamos más que una simple amistad. Para nosotros era distinto, era tan difícil explicar lo que había entre nosotros, nunca llegamos a formalizar, pero con él había vivido tantas cosas que nunca pude hacer con nadie más.

Pero todo cambio cuando decidí alejarme, se que Thomas me busco, pero cada vez que lo intentaba hacer yo lo alejaba más, hasta que se canso y no intento volverme a hablar, yo respete su decisión aunque se que en el fondo algo dentro de nosotros se quebró, algo que sería imposible volver a construir. Todo lo que algún día sentí por Thomas se había convertido en resentimiento, aunque tiempo después trate de acercarme, solo hubo rechazo de su parte.

—Olivia— su voz interrumpió mis pensamientos y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, pero lo ignoré y seguí caminando por los pasillos del colegio— ¡Olivia Halls!— esta vez no fue un llamado, fue un grito que hizo que la mitad de los alumnos voltearan a verlo

—Te parece si yo hago la introducción y el desarrollo y tú sólo haces la exposición a computadora y la conclusión ¿vale?— dije con la mirada concentrada en mis pálidas manos

—Olivia, de verdad necesito la calificación y por la manera en la que saliste de la clase de historia supongo que la maestra dirigirá toda su atención hacia nosotros, trabajemos en equipo como en los viejos tiempo— Thomas tomó mis manos, eso hizo que mis ojos azules -que tanto tiempo estuvieron tratando de evitar suyos- por fin estuvieran viendo los bellos y nada comunes ojos color café de Thomas Byrne.

—Vamos Olivia, date la oportunidad de superar esto— con su fría y manipuladora voz Thomas susurro en mi oído para segundos después alejarse y perderse entre los alumnos del pasillo.

"Date la oportunidad de superar esto" Para él era fácil decir aquellas palabras, porque él no había perdido a su hermana, ignore todos los pensamientos de Thomas y camine a mi casillero para guardar los libros.

Las palabras de Thomas aún resonaban en mi mente como un eco que no terminaba, tome mis cuadernos y los metí dentro del casillero, no quería cargar realmente nada, ya que hoy ninguno de mis papás vendría por mí, y mi casa no quedaba lejos del colegio, pero no quería ir cargando libros a lo tonto.

Elkhart es uno de los pueblos más lluviosos de todo Indiana, los habitantes de este pueblo raramente vemos días calurosos con estupendos rayos de sol que te hacen desear querer ir a la playa, y es raro que en Elkhart tengamos una playa y un lago que comúnmente están vacíos gracias a los días lluviosos.

Caminar por las calles de mi nubloso pueblo es uno de los placeres más gratos que la vida puede darme.

De pronto sin siquiera darme cuenta me encontrada parada frente a la casa de Thomas, me detuve un momento para observar aquella casa, la casa donde pase la mayor parte de mi infancia.

—Vaya, sabía que debías superar esto, pero no me imagine que tan pronto estuvieras aquí Liv

Liv. Así solía decirme Thomas cuando algo estaba mal y ambos sabíamos que el problema no se resolvería pronto.

— ¿Qué haces aquí?— al parecer mi pregunta le pareció tan tonta como a mí porque comenzó a reír, yo me di una cachetada mental mientras mordía mi labio inferior tratando de controlar mi vergüenza

—Sé que te sorprenderá Liv, pero aquí vivo— dijo con tono burlón

—Lo siento, debo de regresar a mi casa— di media vuelta y seguí el curso de mi camino pero apenas di tres pasos Thomas me detuvo

— ¿Aún entrenas?—pregunto curioso

—Sí, y de hecho se me hace tarde—no mentí porque si se me hacía tarde, pero cuando se trataba de mí, mi entrenador no tenía problemas con mis horarios

Seguí caminando alrededor de cinco minutos, al llegar a mi casa me tumbe directamente en la cama.

Tumbarme en la cama y hacer una lista de las razones porque seguía con esto se me estaba haciendo costumbre muy mala que me hacía pensar si rendirme o no.

Mi mamá es la persona más amable y amorosa de todo el mundo, aunque trabaja mucho siempre trata de pasar la mayor parte del tiempo conmigo, pero para evitar que me sienta sola desde niña me inscribió a clases de TaeKwonDo, un arte marcial proveniente de Corea, años más tarde me di cuenta de que esta era mi vocación, de que esto era lo que me apasionaba.

Mire el reloj que colgaba en la pared frente a mi cama; el tiempo volaba y ya eran diez para las tres, dentro de una hora y media tenía que salir a mi entrenamiento, así que baje a la cocina para prepararme un ligero pero delicioso sándwich de jamón.

Prof. Guillaume
La espero al entrenamiento de hoy jovencita. ¡No falte! 🤪

El mensaje de mi profesor me tomo por sorpresa y me recordó que faltaba poco tiempo para salir y llegar puntual al entrenamiento.

Desde hace tiempo mi profesor tiene un interés particular en mí, lograr colocarme en la cima; y cuando fui seleccionada para las nacionales su interés aumentó lo que provocó que hubieran más exigencias.

Había días en los que me cuestionaba si realmente esto era lo que quería, o si realmente me sentía cómoda, nunca lograba entablar una conversación con personas de mi edad, algo que me resultaba difícil a la hora de hacer amigos, pero todo era distinto cuando intentaba platicar con el profesor Guillaume, en general era con toda clase de tutores existía una conexión fueran mujeres o hombres, pero cuando estaba con el profesor Guillaume sentía que podría por un momento dejar mi aburrida y rosa vida, durante sus clases era libre, cuando traía mi uniforme de Tae Kwon Do era libre de ser por un momento quien yo quisiera ser, no lo que la gente esperaba que fuera.

Caóticos [Peligrosa obsesión]Where stories live. Discover now