Caóticos [Peligrosa obsesión]

III.

El cielo está nublado y las gotas de agua comenzaban a caer al suelo, amó Elkhart con todo mi ser, pero la lluvia siempre esta presente en el día a día de la vida de los habitantes de esta pequeña ciudad.

Camine por toda la casa, de arriba a abajo en busca de una gota de miel de maple, porque cuando no tengo claro que hacer con mi vida la miel de maple me da una idea. Y es bastante claro que comer miel no arregla nada, pero para mi es como si arreglara mi vida entera.

Tome un bolso, mi celular, un poco de dinero y mis llaves y sali de mi casa sin haber encontrado ni un poco de miel.

Camine al Dólar Tree mi tienda favorita y la más cercana sin necesitad de tomar un carro, amaba esta tienda porque puedes comprar cosas desde un dólar, comida, frituras, colores y juguetes, era era realmente una ganga.

La sucursal más cercana quedaba a tan solo 10 minutos de mi casa, así que ir en busca de miel de maple no era un problema.

Al llegar a la tienda empuje la puerta de cristal y entre a la tienda, salude a la señora Lil y camine al pasillo de comida en busca de mi tan amada miel de maple, pero el pasillo de dulces me detuvo distrayéndome de mi dulce objetivo, las gomas de azúcar, mi dulce favorito en toda la puta vida.

—¿Veo que aún te inclinas por las cosas dulces?

—Siempre—dije con una sonrisa —¿Qué haces aquí Thomas?

—Esto— dijo mostrando un envase de líquido limpia pisos— mi madre me ha mandado por esto

—¿Has venido hasta acá por un líquido para limpiar pisos?

—Si, he venido en el auto de mi madre y se me hizo más práctico venir aquí, ¿and you Olivia? ¿por qué has venido?

—Miel de maple

—¿Tan mal esta tu vida como para interrumpir tu rutina y venir en busca de miel?— lo único que hice fue levantar mi ceja, si Thomas supiera que él alteraba mi vida —vamos Liv, busquemos tu miel y después vayamos a tomar una rica y deliciosa malteada

—¿Ah si, y a donde iremos?

—Ya veremos, venga Liv que tengo el auto de mi mamá, podríamos recorrer todo el puto mundo si eso es lo que quieres

Thomas me tomó por la cintura y me obligó a caminar por los pasillos de la tienda, pero antes de alejarme tomé una caja de gomitas acidules, fuéramos a donde fuéramos unas gomitas alivianarían el camino.

Caminar por la tienda con la mano de Thomas en mi cintura era una cosa única que no compararía con nada en el mundo, extrañaba tanto sentirlo cerca y nunca lo había notado, fue ahí donde comprendí la tan aclamada frase "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde", porque yo jamás supe que tan importante era Thomas hasta que pase meses sin él.

Estaba a punto de sacar mi dinero cuando Thomas me detuvo con la mano para que fuera él quien pagara.

Al salir de la tienda Thomas volvió a tomarme por la cintura pero esta vez mi rostro estaba frente al suyo, bueno, más bien unos ocho centímetros abajo de su rostro pero eso no fue impedimento para que Thomas me plantara un beso tal y como y los de meses atrás.

—Te necesito Liv, necesito sentirte cerca y la distancia se vuelve una locura, fue una locura total no tenerte cerca, no poder abrazar tu cuerpo por las noches y no supe cómo lidiar con la muerte de tu hermana, si tan solo yo no te hubiera llevado esa noche de camping...— acerque mi mano a su rostro para limpiar cuidadosamente las lágrimas que corrían por sus mejillas

—No podemos vivir en el pasado Thomas, además me has prometido un viaje en el auto de tu mamá

—¿Y a donde quieres ir?

—Vamos a donde todo comenzó