XXXIII.

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Una semana llena de caos había transcurrido desde la primer llamada que mi papá hizo al abogado para reabrir el caso de Holly. Desde entonces mi casa permanecía llena de policías, detectives y equipos médicos que examinaban juntos que todo estuviera en orden, todos y cada uno de ellos buscaba la mínima pista para llegar a la verdad.

Mi madre había hablado con el principal para que me permitiera no asistir a clases, y es que yo no tenia cabeza para poner atención a un profesor mientras en mi casa todo estaba de vuelta.

—¿Me podrías ayudar trayendo los cuadernos de historia?— dije vagamente —¡Ah también el de epistemología! Creo es un libro color blanco, en el casillero hay un pequeña cartera con dinero... ¿podrías traérmela?— dije mientras recordaba que otra cosa necesitaba del casillero

—Cuadernos de historia, libro y cuaderno de epistemología y tu cartera ¿algo más Liv?— preguntó Thomas enumerando la lista que le acababa de dar

—Creo que no

—Te los llevó en cuanto salga de clases, te extraño pequeña. Quiero que estés tranquila, los detectives harán todo lo que esté en sus manos para encontrar al asesino de Holly

—Yo lo se Thom, hablé con mis papás y es inevitable que te llamen a declarar... se que fue una estupidez mostrarles los anónimos pero sin ellos el caso no se hubiera abierto

—Pequeña— exclamó Thomas y podía sentir su sonrisa que me decía que todo estaría bien —él que esté libre de pecado que arroje la primera piedra, les demostraré a tus padres y a ti que yo no tuve nada que ver

—Te amo— dije con una pequeña sonrisa y colgué la llamada

Apague mi celular y lo dejé sobre la cama para después bajar a la cocina, tener a tantas personas en mi casa me ponía nerviosa, pero ignoré a todas estas personas y me metí en la cocina. Abrí el refrigerador para husmear si había algo delicioso que comer, afortunadamente encontré una rebanada de lasagna que no dude en calentar en el horno de microondas.

—¿La extrañas?— la voz de mi papá me tomo por sorpresa y me hizo pegar un brinco del susto

—Por supuesto, era mi hermana, mi compañera y cada minuto que pasa me arrepiento de no haber estado con ella en sus últimos momentos— dije mientras la lasaña giraba en el horno

—No es culpa de nadie, es posible que tu hermana tenía una vida completamente distinta a la que nosotros conocíamos... su embarazo... es algo que a tu mamá y a mi nos tomo por sorpresa, aún no tenemos idea de si es cierto o la prueba era de alguna de sus amigas... pero en cuanto lo hagan todo lo que creía de Holly quedara derrumbado— la voz de mi padre sonaba cada vez más quebradiza así que me acerqué a abrazarlo

—Yo jamás imaginé que Holly estuviera embarazada, mucho menos que se drogada

—¿Y tienes alguna idea de quién pudo haber sido el papá?— preguntó mi padre

—No, yo no le conocía ningún novio... por lo menos actual no, pero cuando me siento a recordar como era todo cuando ella estaba aquí siempre vienen a mi mente las noches en las que me pedía que la cubriera para que no se dieran cuanta de que salía

—¿Cuando fue eso?— preguntó mi padre con seriedad... a decir verdad sonaba molesto

—Tres...— dude en contarle la verdad, sentía que traicionaba a mi hermana pero una parte de mi sabía que esto era lo mejor —más o menos cinco o seis veces antes de su muerte

—Necesitan el número del celular de Holly para poderlo rastrear— dijo mi mamá entrando a la cocina

—Claro— exclamó mi padre y enseguida salió a buscar el ticket de la compra del celular de mi hermana

Tomé mi celular y mande un par de mensajes, el primero fue para mi profesor.

Prof. Guillaume
"El pasado debe quedarse en el pasado" citó su frase informándole que es por eso que esta semana no podré asistir a los entrenamientos.

Presione el botón de enviar y enseguida escribí un par de mensajes.

Thomas
Te necesito, cuando todo esto pase necesito que estemos solos tú y yo para la eternidad.

Thomas
(segundo mensaje
enviado)
Quizá pueda escaparme un momento, no lo sé... podrías invitar a Molly.

Cuando por fin todos los detectives y los policías se fueron mi casa se quedó en un total silencio que disfruté tanto. Aunque todos estábamos destrozados yo podía sentir que todo se resolvería, que pronto el culpable estaría tras las rejas y Thomas y yo por fin podríamos tener una relación normal.

—Thomas me va a traer mis cuadernos para que pueda estar al corriente en la escuela, y haremos juntos un trabajo que aún tenemos pendiente— dije frente a mis padres

—En tu habitación no Olivia, bastante tengo con que tu hermana se haya embarazado— exclamó mi padre con voz gruesa

—No sabemos si Holly estaba embarazada o no— dijo mi mamá para defender a mi hermana —haz tu tarea en el estudio hija— suplico

Cuando Thomas llegó ambos nos encerramos en el estudio como mis padres habían dicho. Thomas colocó mis cuadernos en el escritorio y se acercó a mi, puso sus manos atrás de mi nuca y me beso.

—Cierra los ojos— dijo cuando se separó de mi, yo hice lo que me pidió y unos cuantos segundos después metió una pequeña cápsula en mi boca —trágala—ordenó

Los momentos placenteros deberían ser eternos, y la cápsula que Thomas me había dado me hacía experimentar un placer que deseaba no terminara jamás, cada beso que Thomas me plantaba lo podía sentir en su máximo esplendor, era como si hubiera un choque cósmico en mi cuerpo.

—Holly está muerta— balbucee

—Liv...—

—Y su asesino está por las calles viviendo una vida normal— lo interrumpí

—Lo encontrarán y cuando lo encuentren pagará todo el daño que te hizo

Caóticos [Peligrosa obsesión]Where stories live. Discover now