capítulo 13

387 52 13
                                    

Al culminar su labor de cocinar algo, Yuu sirvió la comida en dos platos y ambos se sentaron a comer cuidando del pequeño que aún se encontraba en los brazos de Mika.

El moreno se encontraba haciendo muecas y pucheros que en otra situación le parecerían adorables al mayor, no obstante, en ese momento no decían otra cosa más que un "la verdad esto me sigue doliendo, así que es difícil de hablarlo para mí" y Mikaela odiaba eso.

—Sin rodeos, es porque soy... Gay —admitió mirando la mesa como si fuera lo más interesante del mundo. Si bien, habían hablado de aquello, Yuu no deseaba contarle a Mika que, no solo era por ese aspecto, sino el cómo lo descubrieron sus padres.

—Ya, Yuu-chan... No pensé que fuera por algo tan banal como eso... ¿Por qué nunca me lo dijiste? —pidió saber, admirando a su aún mejor amigo con una infinita tristeza.

—Imagina que tus padres se enteran de que eres gay y te repiten una y otra vez lo basura que eres por eso, imagina que te echan de tu casa diciéndote lo inútil que eres, y no contentos con eso, te hacen sentir un asco de persona, en mil y un aspectos. No es fácil si ni tu propia familia te acepta, así que... Me daba miedo que tú también te alejaras de mí.

Mika llevó a Michi más cerca suyo, abrazándolo con una fuerza medida para no lastimarlo, pero en una búsqueda por calor humano.

—Algo dentro de mí me decía que podía decírtelo —rió levemente—, pero... No quería cargar a nadie con esas cosas, son problemas míos después de todo, y...

Mika colocó con demasiada fuerza su mano izquierda en la mesa, sosteniendo al pequeño solo con su diestra.

—¡Para! —le pidió suplicante—. Yuu-chan, no tienes que cargar con todo tú solo, sino, ¿Por qué he sido tu mejor amigo todo este tiempo? —exclamó, y, en cuanto el pequeño en sus brazos empezó a llorar, intentó tranquilizar tanto su ira como su inquietud por Yuu.

El menor por otro lado se acercó a su mejor amigo para tomar con cuidado a Michirou, meciéndolo con ternura y admirándolo con devoción y amor profundo. Ante tal mirada Mika no pudo evitar sonreír tenuemente, y abrazó al menor dejando a Michi en el medio de ambos.

Yuu sonrió, apoyando su frente en el hombro del rubio que lo apretaba demostrando que allí estaba y allí seguiría siempre.

Mika se sentía triste por Yuu, y sin embargo, Yuu se sentía en casa cuando el rubio lo resguardaba en sus brazos.

Yuu se sentía inútil, y Mika lo veía como una maravillosa persona con rasgos fuertes y un carácter decidido.

—Te quiero, Yuu-chan, por favor confía más en mí —pidió depositando un beso en la frente de este, quien sonreía a más no poder y sintió sus mejillas calentarse por aquel gesto del mayor.

—También te quiero.

De repente sus estómagos gruñeron, sin embargo, por el momento preferían seguir disfrutando de ese momento mágico entre los dos.

~

Yuu ya no podía sentirse bien con ese trabajo, no después de todas las rondas de besos que compartieron ambos, no después de todos los te quiero que susurraron en sus oídos. Después de haber sido sinceros y haber abrazado la melancolía que se albergaba en sus corazones, no deseaba sentir que traicionaba al rubio.

Por lo pronto, agradecía que Mika no mencionara algo al respecto, en especial porque encontrar otro trabajo pronto sería algo difícil, así que por lo menos buscaba ahorrar un poco para subsistir un tiempo en lo que conseguía otro empleo que le ofreciera un sueldo similar al que obtenía en el burdel.

Anteriormente había tenido diversos trabajos, así que para su fortuna podía presumir de cierta experiencia y por lo mismo había más probabilidad en que le dieran un puesto en algún lugar.

Suspiró pesadamente en cuanto llegó al burdel. Una mueca de disgusto se formó en su rostro, esperando que aquel día, por muy irónico que fuera, el trabajo fuese escaso para él.

~

Mika se encontraba contento debido a que afortunadamente su economía comenzaba a surgir de mejor manera. Los frutos de sus esfuerzos se reflejaban bastante bien y por ende, pronto podría empezar a adquirir más inmuebles para su hogar. Incluso, podría pedirle a Yuu que se mudara con él, de ese modo los gastos serían menores y Yuu podría sentirse más libre de buscar otro empleo.

Había además algo que le causaba ilusión. Si Yuu aceptaba mudarse, Mika le pediría y también le apoyaría para que terminara sus estudios. Para el rubio era un aspecto importante, y deseaba que Yuu pudiera desenvolverse de mejor manera en otros aspectos, y se sentía orgulloso de admirar la madurez de su mejor amigo mientras crecía y, también, después de adoptar a Michirou.

Por otro lado, lo único que lamentaba era no tener todo el tiempo que deseaba para pasar más tiempo tanto con Yuu como con el pequeño a su cuidado, así que normalmente se veían una, dos, a veces con suerte, tres veces por semana.

Le gustaba la dinámica de visitar a Yuu y a veces simplemente dormir abrazando al de cabellos negros, o comer algunos bocadillos mientras que de vez en vez se besaban y susurraban palabras bonitas.

Mika deseaba formar una familia mucho más formal con su mejor amigo y el pequeño Michirou. Se podía imaginar mil y un situaciones donde los tres se apoyaban mutuamente. Donde Michi llenaba el hogar de ruidos alegres y Yuu cuidaba del pequeño, así mismo, Mika cuidaría de Yuu.

Los tres juntos. Formando un hogar feliz, como Yuu se merecía. Como Michi, también, se merecía.














Ola ayer iba a actualizar pero se me hizo tarde xD so, hoy actualizo unu espero les haya gustado y nos leemos después uvu

Una familia para Michirou Donde viven las historias. Descúbrelo ahora