Capítulo 26

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En un inicio, Mika había intentado persuadir a Yuu: Si te vas, no me vuelvas a buscar a mí.

Yuu aceptó.

Mikaela quiso volver a persuadirlo: si te vas, no quiero que vuelvas a ver a Michirou.

Y Yuu aceptó.

Entre lágrimas le pidió permiso para ver a su pequeño una última vez, y en silencio acarició su carita con una mirada de amor puro, como si él fuera su verdadera familia, como si él lo hubiese creado.

Mikaela no dejó escapar lágrimas nuevamente, solo se dedicó a observar cómo Yuu empacó sus cosas esa noche y antes de salir de la habitación, lo estrechó en sus brazos queriendo dar marcha atrás a sus palabras, sin embargo, conocía perfectamente bien la terquedad de su novio, así que le deseó buena suerte y lo dejó irse.

No se llevó nada más. Ningún dibujo de Michi. Ninguna foto con Mika. Ningún recuerdo. Nada de lo que habían comprado en conjunto, solo su ropa y nada más.

A la mañana siguiente, Michi se sintió un poco extrañado de que quien lo despertara fuera Mikaela y no su papá que siempre le llevaba un vaso de leche tibia para que despertara.

No desayunó alguna comida con dibujos y caritas como solía hacerle Yuu. A veces dibujaba rostros felices en sus huevos fritos, a veces escribía Te Amo utilizando verduras o la parte trasera de un tenedor cuando le servía arroz, así que se sintió un poquito triste por eso.

—¿Dónde está papi?

Mika bebió de su café cargado antes de responder, cerrando sus ojos con fuerza ante esa pregunta.

—Tuvo que hacer un viaje urgente, amor.

—¿Cuándo volverá? Mañana es día de películas y pizza, ¡Y papá es mejor que tú escogiéndolas!

El silencio prolongado de Mika, le hizo sentir a Michi un poco nervioso.

—No sé cuándo volverá —admitió en un susurro—. Termina de comer, campeón. Se hace tarde para ir a la escuela.

Michi frunció el ceño y clavó el tenedor en el huevo simple estrellado en su plato como un berrinche.

~

Durante la tarde, Michi extrañó de sobremanera la comida de Yuu porque Mika no era tan pasional como Yuu en la cocina, y además, no tenía tanta paciencia, así que cuando hacía tarea, Michi se sintió un poco regañado por su padre.

—Amor, mañana iremos a comer fuera, así que arregla tu ropa para mañana desde hoy, ¿Bien? —pidió Mika después de terminar de limpiar la mesa de la sala.

—Mh.

A veces, Yuu a escondidas lo ayudaba a escoger su ropa, así que en ese momento sintió como si nunca lo volviera a ver y su corazón dio un vuelvo doloroso.

Tras terminar la actividad que Mika le pidió, corrió a la habitación de su padre y abrazó su pierna.

—¡Extraño a papá! —dijo casi sollozando.

Solo hubo silencio entre los dos, porque Mika no sabía qué responder.

—No sé cuándo volverá —susurró agachándose para abrazar a su hijo.

Sabía bien que no podía darse el lujo de llorar y mostrarse débil ante Michi, solo le haría las cosas más difíciles a su hijo que se vería expuesto a tantos cambios.

Incluso si no estaba dispuesto a reconciliarse con Aly como Yuu le pidió, en cualquier momento, Michirou tendría que saber la verdad.

~

Había una gran diferencia entre consentir, y comprar por comprar.

A Mikaela no le gustaba que Yuu mimara tanto a Michi, pero le dio tanto cariño y tanto amor que estaba seguro de que para su hijo sería imposible olvidarlo.

Por otra parte, Aly parecía querer agradar a Michi con materialismo. A la comida a la que asistieron en un restaurante de comida italiana, le obsequió un carro a control remoto, un libro de dibujos, colores para el mismo y un balón de fútbol.

A Michi no le gustaba ningún deporte con balones, sin embargo, agradeció y comió en silencio. Por lo menos los primeros obsequios le agradaban bastante.

Aly originalmente quería redimirse con su hijo, sin embargo, era un poco insensible muchas veces, y su egoísmo era difícil de parar. Esa reacción no la había esperado, así que el tiempo de la comida fue muy tenso para los tres, porque Aly sintió que su hijo biológico solo la miraba como una simple amiga de sus padres, lo que le dolía, en especial en su orgullo.

Al despedirse, tuvo la esperanza de que Mikaela la dejara pasar un rato en su casa, sin embargo, era demasiado apático y simplemente comentó que podrían salir los fines de semana para que conociera a Michi, así que esperó pacientemente a que el viernes llegara y se esmeró más en crear un vínculo con su hijo.

Michirou parecía muy deprimido ese día, pero ella no se dio cuenta.

Porque no lo conocía.

Porque quería redimirse, pero no buscaba realmente apoyar y guiar a Michi.

Con Mikaela las cosas también eran frustrantes. Aunque había dicho con indirectas que quería volver a intentarlo con él, Mika solo daba evasivas, y no se preocupaba lo suficiente para incluso simplemente apoyarla en conocer más a su hijo.

Mika estaba molesto con Yuu, pero por sobre todo, estaba molesto con Aly. Podía llegar a ser muy rencoroso, y jamás podría perdonarle a su ex novia lo que hizo hace años al abandonar a su pequeño, así que a la mínima oportunidad, fue sincero.

No quería nada con ella nuevamente, amaba a Yuu quien siempre sería irreemplazable en su corazón, así que no estaba dispuesto a intentar nada con esa mujer ni intentaría que hubier algo más entre madre e hijos además de un simple hola y adiós entre ambos, porque si bien, le importaba su hijo, era algo que ella sola tenía que resolver.

Ella lo había abandonado, ella tendría que buscar su amor y cariño.



Ahhh no puedo mimir y me levanto como en una hora xD... Espero que este capítulo les haya gustado, aunque es triste unu tengan paciencia por favor que habrá happy endu <33

Una familia para Michirou Where stories live. Discover now