Capítulo 9

705 99 32
                                    

Mikaela acariciaba con ternura los cabellos azabaches de su mejor amigo.

Así, abrazando a Michi quien también descansaba, el azabache mayor le parecía más tierno de lo que usualmente lo veía.

Suspiró y depositó un beso en la mata de cabellos rebeldes en su mejor amigo, acostándose junto a él.

Podía ser una cama pequeña la de Yuu, pero los dos junto a Michi cabían a la perfección...

Envolvió el abdomen de su mejor amigo... Y sin darse cuenta, también quedó rendido.

~

Yuu abrió los ojos poco a poco. Entre sus brazos aún dormía plácidamente su pequeño, e iba a ir a tomar un poco de agua, más un brazo que le rodeaba le impidió aquello.

Un poco adormilado volteó, observando a Mikaela con sus párpados cerrados, y una calmada aura rodeándole.

No pudo evitar soltar una tenue risita, observando detalladamente las facciones de su amigo.

Suspiró con embelese. Tomó el brazo del mayor para sacárselo de encima, para después de ello acomodar a Michirou un poco más cerca del rubio por seguridad del pequeño, y prosiguió yendo a la cocina por el líquido que deseaba tomar.

Tenía una sonrisa de bobo. Simplemente sentir a Mika así de cerca le hacía tan feliz, aún si sabía que este nunca le miraría con otros ojos.

Bebió aquel líquido que necesitaba y por el que fue, para después cocinar algo rápido para cuando Mikaela se despertase.

Una vez terminó, se dirigió a la habitación; se acercó con sigilo al ojiazul, su hora de entrada aún estaba un poco lejos, pero seguro el rubio tendría hambre por lo que decidió levantarlo.

Iba a despertarlo, más en vez de sacudirlo, acarició los labios tan apetecibles del rubio.

Mordió los suyos propios, ¿sería mala idea si le daba un beso cuando Mika dormía?

Deseaba hacerlo, sin embargo había probabilidad de que el rubio despertara, se enojara con él y pensara en alejarse para siempre.

Parecía que su cerebro se desconectó de su cuerpo. Porque funcionaba, pero la razón no entraba en contexto.

Porque se acercaba cada vez más, conteniendo la respiración, hasta que sintió un delicioso cosquilleo en sus labios.

Sintió removerse al rubio, por lo que con brusquedad se alejó, casi cayendo.

Un bostezo se escuchó en la habitación, y si Mika estuviese más cerca de Yuu, este lograría escuchar el latir tan desenfrenado de su corazón.

—Me quedé dormido también. Lo siento —rió levemente, sin percatarse de las mejillas tan rojas en su mejor amigo.

—E-está bien... Ah... Eh... Vuelvo... Voy a la cocina...

El rubio miró extañado a Yuu, más no dijo nada y asintió con la cabeza.

Una vez vio salir al azabache de la habitación, tocó sus labios un poco sonrojado, y totalmente contento.

Yuu le besó justamente cuando había despertado, pero no se lo diría.

No al menos en ese momento. Porque ni siquiera sabía lo que sentía por su mejor amigo.

Sabía que lo quería, sabía que no podría vivir sin él incluso, pero no estaba seguro de si simplemente era una amistad irrompible, o le gustaba de manera romántica.

Que estuviese tan contento por aquel beso, debía significar algo; más había muchas cosas más de por medio.

Suspiró acariciando sus labios.

~

Yuu estaba entrando en un estado de pánico. Estaba siendo demasiado obvio, y podría descubrir lo que había hecho.

Se sentía como un niño pequeño después de haber cometido una travesura. Solo esperaba que Mika no se diese cuenta de su acción tan atrevida.

Se mojó el rostro dejando salir otro suspiro.

Rato después Mika apareció en la cocina cargando a Michi, bastante normal por lo que Yuu comenzó a tranquilizarse.

—Hice algo de comer.

Mika asintió regalándole una sonrisa.

—Yuu-chan.

—¿Si?

—¿Quieres ser mi secretario?

El azabache miró incrédulo al rubio, sin responder unos largos segundos.

—No sé si sea buena idea. Soy un completo desorganizado, no soy muy puntual que digamos y sé usar lo básico de las computadoras más no soy un experto. Además...

—Vamos... No quiero que trabajes más allí... Y necesito a alguien que me apoye en mi trabajo —interrumpió.

—No es buena idea. Créeme que aceptaría, pero podría perjudicarte —prosiguió a servir en dos platos el alimento que preparó, dirigiéndose a la mesa seguido de su mejor amigo.

—Está bien... —Suspiró Mika.

En realidad no necesitaba apoyo pues apenas iba empezando, e incluso no podría pagarle a Yuu, pero se las podía apañar para ello, buscar una alternativa.

—No tienes que preocuparte por mí, Mika. Te lo agradezco en serio, pero tengo tu misma edad, sé cuidarme solito —rió tenuemente.

Una risa tan linda y tierna que Mika adoraba...

~

Rato después conversando, el rubio decidió que sería imprudente quedarse un poco más, por  lo que decidió partir a su propia casa.

Yuu cargaba a su pequeño mientras acompañaba a Mika a la puerta.

—Nos vemos luego, Michi —musitó en voz cantarina y lo más aguda que podía, acariciando el pelito del pequeño azabache de ojos celestes.

El bebé que se encontraba despierto ya, soltó una risa que logró enternecer a los dos adultos.

—Nos vemos luego, Yuu-chan —se despidió ahora de su mejor amigo, quien asintió relagándole una sonrisa.

Pero Yuu se sorprendió cuando le abrazó quedando Michi e el medio de ambos.

Ese abrazo se sintió diferente a cualquier otro que hubiesen compartido. Se sintió cálido, tan cálido y reconfortante.

Posterior al abrazo, depositó un beso un poco largo en su frente.

—M-Mika...

—Hablamos más tarde.

Se despidió con la mano y salió de la casa, dejando a un sonrojado y confundido Yuu tocando su frente.

Mika siempre había sido amable y tierno, pero en los últimos días lo estaba siendo mucho más.

Quizá debía poner un alto a ello, porque no quería ilusionarse, no quería sentirse tan bien, para después sentir su corazón romperse.

Como cada vez lo sentía cuando Mika tenía una nueva pareja.

Como lo sintió con la última chica con la que estubo.

Mika no lloró por su ruptura, pero duraron bastante tiempo juntos y parecía que sí se querían.

Se sentía egoísta por alegrarse de que ella se fuese de la vida de su mejor amigo... Porque incluso el ojiazul siempre le tomó más importancia a él, que a esa chica.

Pero, ¿qué se podía hacer cuando estás enamorado de tu mejor amigo?

Una familia para Michirou Where stories live. Discover now