Capítulo 15

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—Yo... —comenzó—, me conoces perfectamente bien, soy una persona con muchas deficiencias. Soy terco y obstinado, un poco ignorante, impulsivo y perezoso —admitió jugando con la cuchara en su plato, mientras Mikaela fruncía el ceño tras escuchar a su contrario hablar tan mal de sí mismo—, mi trabajo es una mierda, incluso si me otorga una mejor economía, sin embargo, sé muy bien que no puedo mantener una relación teniendo en cuenta que les otorgo placer a mujeres que ni siquiera me atraen.

Mikaela tomó la mano de Yuu intuyendo a dónde iba su conversación, así que el azabache le observó tímido, incluso temeroso, pero, también, siendo valiente.

—Aún así, quiero que sepas que me gustas, te quiero, y mucho. Eres la persona más importante dentro de mi vida, tanto así que eres mi primer pensamiento al despertar y el último cuando voy a dormir, desde que te conozco te robaste mi corazón y todo mi ser, y no me arrepiento en ningún momento de... De haberme enamorado de ti.

Mikaela se sentía muy halagado escuchando tan bonitas palabras salir de los labios de su mejor amigo, así que permaneció callado para no interrumpirlo, acariciando el dorso de la mano de Yuu.

—No tengo mucho por ofrecer, ni siquiera soy tan atractivo, así que te pido una disculpa por ser tan mal partido, sin embargo, Mika, yo... Yo quiero tener una relación contigo...

El rubio se sentía muy triste e impotente pensando en la manera en la que Yuu se veía. Para él, esta persona era la más gentil, amable y obstinada, en el buen sentido, que jamás había conocido.

Apretó más fuerte las manos de Yuu, y asintió con la cabeza suavemente, y se acercó dejando un suave beso en los labios del azabache.

—Primero que nada, para mí eres una maravilla, Yuu-chan, vales completamente la pena, en todos los sentidos. Eres apasionado, amable, y muy leal, así que no pienses de esa manera, mucho menos pienses que no tienes qué ofrecer cuando eres tan noble, ¿De acuerdo? —pidió, logrando que Yuu riera avergonzado por esas palabras. No se veía de ese modo, sin embargo, tampoco iba a discutir con Mikaela sobre un asunto tan banal como ese.

—¿Eso significa que realmente aceptas algo conmigo?

—¿Por qué no lo querría, tonto? —murmuró Mikaela asintiendo con la cabeza nuevamente.

—Es que tú eres tan increíble.

—Y tú también lo eres —murmuró bajando la cabeza para besar en repetidas ocasiones las manos de su ahora novio.

—¡Ba! —rió Michi que había estado jugando con una tapadera de un recipiente que alcanzó de la mesa de los adultos, mientras Yuu se declaraba, como si entendiese el ambiente en el que su padre adoptivo se encontraba—. Babababa —siguió diciendo, golpeando su mesita con toda la energía que tenía en ese momento.

Yuu rió pellizcando sin fuerza la mejilla del pequeño, y Mikaela observó con deleite aquella imagen.

—Yuu-chan, sobre tu trabajo...

—Oh —el azabache miró a Mikaela sonriente—, mañana hablaré con mi jefa y le diré que renunciaré, buscaré otro trabajo—, prometió.

Mika suspiró con alivio y asintió con la cabeza contento con lo que escuchaba.

Aún si Mika no hubiese tocado ese tema, para Yuu era un hecho que renunciaría al burdel si su novio lo aceptara, el problema que veía en ese momento sin embargo, era el dinero que necesitaba. Incluso si el rubio había aceptado algo con él, no estaba en sus planes pedirle ayuda económica teniendo en cuenta que fue su decisión haber adoptado a Michi, y era su responsabilidad. Afortunadamente desde que entró a trabajar en el burdel, sí que había hecho un pequeño ahorro, el cual por el momento sería única y exclusivamente para todos los gastos que tendría con Michi.

—Múdate conmigo, Yuu-chan —pidió Mika—, de ese modo, podemos pasar más tiempo juntos y ahorrar dinero.

El rubio era consciente de la forma en la que Yuu pensaba, sabía que esta persona no era en absoluto interesada ni superficial, y le costaba un poco pedir y aceptar ayuda, así que buscaba la manera en la que pudiese ayudarlo, además la idea de vivir con la persona más importante dentro de su vida, era una idea increíble para él.

—¡Pero acabamos de... De iniciar algo! —refutó Yuu, sintiendo que esa propuesta repentina era muy linda, sin embargo, temiendo que por los llantos de Michi o su propia forma de, según él, ser, pudiese llegar a desesperar a Mika.

—Yuu-chan, nos conocemos desde hace más de una década —rió Mika levantándose de su asiento y regresando con un osito de peluche que le había comprado a Michi hace unos pocos días para que se distrajera con algo más suave y que además adoraba desde que se lo obsequió. El bebé rió y tomó el juguete con emoción lanzando incluso la tapadera, que en seguida Mika recogió, moviéndolo de un lado a otro su peluche favorito, con un poco de violencia.

—¿Estás seguro? —pidió saber Yuu, y fue entonces que al fin dio un bocado al caldo que su novio había preparado.

—Hm —respondió el mayor, sonriendo como un adolescente prepuberto y enamorado.

—En ese caso, podría poner en renta mi casa —expresó Yuu sintiendo que iniciar algo con Mika sería una de las mejores cosas que le podrían haber pasado en toda su vida.

Claro que, el simple hecho de haberlo conocido ya era considerado un regalo del cielo para Yuu, y por supuesto, también haber encontrado a su pequeño Michi, quien se había convertido en la luz de sus ojos, y también la luz de los ojos para Mika, lo cual era bastante evidente en realidad.

—De acuerdo. ¿Te parece si hacemos maletas después de comer?

Para Yuu, la manera tan rápida de Mika en buscar que se mudara consigo, le llenaba el pecho de alegría, era una sensación hermosa para él saber que podía contar con su mejor amigo, su novio ahora, el amor de su vida, su familia.

—Bien.

El resto de la tarde, ambos se dedicaron a colocar ropa y artículos personales en maletas y bolsas, junto con todas las pertenencias de Michirou, y por la tarde, Mika dejó a Yuu mientras acomodaba sus pertenencias en la misma habitación del rubio en lo que se dedicaba a adelantar un poco de su trabajo.

Quizá era una decidió tomada bastante repentinamente, sin embargo, Mika tenía muy en cuenta las necesidades económicas de Yuu, e incluso podría ahorrar bastante si ambos pagaban la mitad de lo necesario como agua, luz y comida, además, no era una mala idea dividirse los deberes del hogar y también verse más a menudo.

Estaban muy acostumbrados a su presencia mutua. Incluso mientras mantenía una relación con su ex novia, Mika jamás dejó de visitar y pasar tiempo con Yuu, de hecho, muchas veces antes llegó a tener conflictos con su ex porque pasaba más tiempo con su mejor amigo. Solían quedarse a dormir en la casa del otro y conversar por mensajes todo el tiempo. A excepciones de días muy laboriosos para Mika, casi todos los días tenían noticias del otro, así que mudarse juntos tampoco era tan descabellado.



Chale, tengo varios capítulos escritos y ya me dio un bloqueo u.u pensaba actualizar después de terminar de escribir el fic, sin embargo, no quería tardar tanto xD así que espero que les haya gustado este capítulo, nos leemos después uvu

Una familia para Michirou Where stories live. Discover now